Leishmaniasis cutánea: alertan sobre la transmisión local de la enfermedad tropical en Estados Unidos

Es prevalente en el Mediterráneo, Oriente Medio, Asia Central y África, aunque ahora se han registrado algunas de sus variantes en suelo estadounidense. Cuáles son los motivos

Los estadounidenses se ven afectados por la leishmaniasis cutánea (Europa Press)

Los científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han encontrado evidencia de que una enfermedad tropical, la leishmaniasis cutánea, antes asociada principalmente con viajeros, está afectando ahora a personas dentro del país, sin historial de salidas internacionales. Este descubrimiento fue explicado durante la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina e Higiene Tropical (ASTMH, por sus siglas en inglés).

El equipo de investigación liderado por Marcos de Almeida, científico del CDC, este hallazgo se basa en un análisis de la creciente incidencia de infecciones domésticas por esta enfermedad en la última década. A través de la secuenciación genética, se descubrió que la cepa del parásito Leishmania mexicana, responsable de las infecciones, tiene una huella genética distinta, lo que señala que se trata de un “genotipo” estadounidense de la afección transmitida localmente por flebótomos, insectos chupadores de sangre.

De acuerdo con el comunicado de prensa de la ASTMH, la epidemióloga Mary Kamb, de los CDC, indicó en el simposio que, por primera vez, se cuenta con pruebas genéticas sólidas que evidencian la transmisión local de la leishmaniasis en Estados Unidos, especialmente en Texas, pero potencialmente en varias áreas del país, especialmente en el sur.

La leishmaniasis cutánea afecta a personas en Estados Unidos (Getty)

Este aumento de casos de leishmaniasis cutánea remitidos para análisis podría deberse a varios factores, entre ellos, la influencia del cambio climático. Según Vitaliano Cama, también de los CDC, el calentamiento global podrían estar creando entornos propicios para que los flebótomos, que transmiten la leishmaniasis, sobrevivan y se reproduzcan, permitiendo la aparición de transmisión de la enfermedad en nuevas áreas. Sin embargo, aún hay preguntas sin responder sobre la trayectoria de esta enfermedad.

El creciente número de casos de esta enfermedad en los Estados Unidos está despertando preocupación sobre el riesgo de una propagación de la forma leishmaniasis visceral. Esta puede transmitirse a través de flebótomos alimentándose de perros que llegan al país y que son portadores del patógeno Leishmania infantum.

Según se detalla el comunicado, Christine Petersen, directora del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Iowa, señaló que con aproximadamente un millón de canes ingresando a los EE. UU. anualmente, la mayoría sin chequeos adecuados para detectar enfermedades infecciosas, se necesita un sistema más eficaz para prevenir la introducción de Leishmania infantum en poblaciones locales de flebótomos.

La especialista subrayó que los canes infectados pueden ser tratados para reducir la cantidad de parásitos que portan. Sin embargo, la mayoría recaerá, necesitando exámenes y tratamientos regulares. Además, el presidente del ASTMH, Daniel Bush, hizo hincapié en la importancia de un enfoque global para combatir las enfermedades infecciosas ante el cambio climático.

A través de la secuenciación genética, se descubrió que la cepa del parásito Leishmania mexicana, responsable de las infecciones, tiene una huella genética distinta, lo que señala que se trata de un “genotipo” estadounidense

¿Qué es la leishmaniasis?

La leishmaniasis es una enfermedad provocada por leishmania que se transmite a humanos por intermedio de mosquitos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sus manifestaciones varían entre la cutánea, que causa llagas en la piel; la mucocutánea, que puede provocar daño parcial o total en la boca y nariz; y la visceral, la forma más grave que afecta órganos internos como el hígado, el bazo y la médula ósea.

La OMS estima que cada año hay entre 700.000 y 1 millón de nuevos casos y explica que esta afección es prevalente en Mediterráneo, Oriente Medio, Asia Central y África. Actualmente, no existe una vacuna disponible para su prevención, por lo que las herramientas principales para su control son el diagnóstico y tratamiento temprano de los casos y control del vector.