Científicos del mundo debatieron sobre el desafío global del Alzheimer: cuáles fueron sus conclusiones

En busca de respuestas ante una enfermedad ya considerada una epidemia, se realizó en Suiza el Congreso de Davos Alzheimer’s Collaborative. El neurocientífico argentino Facundo Manes, que fue invitado a participar aunque no pudo asistir, compartió con Infobae su visión sobre esta problemática y los avances que se están logrando

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“Sabemos que cada tres segundos
“Sabemos que cada tres segundos hay una persona en el mundo diagnosticada con esta condición y hoy afecta a una de cada ocho personas mayores de 65 años. Se estima que actualmente hay más de 35,6 millones de personas con la enfermedad de Alzheimer", dijo Manes

Según la Organización Mundial de la Salud, el número de personas que viven con demencia está aumentando aceleradamente. Se calcula que para 2050, que las personas que presentarán esta enfermedad se triplicará hasta alcanzar los 139 millones. El Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores por lo que los expertos consideran que el mundo se está enfrentando a una pandemia emergente de Alzheimer y advierten que los sistemas de salud no están preparados para enfrentar el desafío actual, y mucho menos el aumento que se avecina.

Otras cifras que ilustran este panorama, según la Davos Alzheimer’s Collaborative (DAC), son que a nivel mundial, 3 de cada 4 personas con demencia no son diagnosticadas ni tratadas y cada año, la demencia le cuesta a la economía mundial más de 1,3 billones de dólares. Este número aumentará hasta nueve veces entre 2020 y 2050.

En sintonía con esta situación tan preocupante, se manifestaron los expertos que participaron del Congreso de Davos Alzheimer’s Collaborative (DAC), una asociación global de organizaciones contra la enfermedad de Alzheimer. Liderada por el Foro Económico Mundial (WEF) y la Global CEO Initiative on Alzheimer’s Disease (CEOi), y asesorada por líderes en ciencia, finanzas y atención médica. DAC trabaja con organizaciones internacionales, gobiernos y el sector privado para acelerar la innovación y ofrecer soluciones en todo el mundo.

Al cónclave que se llevó a cabo en Lausana, Suiza, del 10 al 12 de octubre, fue invitado el neurocientífico argentino Facundo Manes, fundador del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), quien no pudo cumplir con el compromiso como orador para formar parte de la sesión de emergencia del Congreso, convocada por el gobierno argentino, “para discutir un proyecto de ley de importancia crítica”, expresó Manes, quien actualmente es diputado.

El doctor Facundo Manes, fundador
El doctor Facundo Manes, fundador del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y diputado de la Nación

A pesar de no haber podido asistir al cónclave, Manes dio su punto de vista a Infobae, sobre los temas abordados y un pantallazo de su posición en torno de esta problemática y de los temas tratados en el Congreso de Lausana. “Sabemos que cada tres segundos hay una persona en el mundo diagnosticada con esta condición y hoy afecta a una de cada ocho personas mayores de 65 años. Se estima que actualmente hay más de 35,6 millones de personas con la enfermedad de Alzheimer y, dado el envejecimiento previsto en la población mundial, esta cifra aumentará a 65,7 millones para 2030 y a 115,4 millones para 2050. El número de pacientes se está duplicando cada veinte años. Los costos se estimaron en aproximadamente el 1% del producto bruto interno mundial”.

De qué se trata esta enfermedad

El Alzheimer es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre los adultos mayores. Debido a esto, hay una alta proporción de personas que necesitan ayuda para desarrollar sus actividades diarias y requieren supervisión, incluso algunas veces durante todo el día.

“Todo esto lleva a considerar que no solo están afectados los pacientes, sino también sus cuidadores, lo que duplica o triplica el número de los llamados ‘otros enfermos’. En nuestra región las personas con esta demencia son cuidados en un porcentaje alto en sus domicilios, por sus familiares, amigos o vecinos. Este esquema ocasiona niveles altos de sobrecarga en los cuidadores, disfunción familiar y síntomas psiquiátricos asociados al estrés que implica esa tarea”, explicó Manes.

El doctor Manes indicó que
El doctor Manes indicó que “la evidencia más importante de alarma para medir cuándo nuestro olvido es normal y cuándo no, resulta de una clara disminución de la memoria presente comparada a cómo era unos meses o años atrás” (Imagen ilustrativa Infobae)

Y agregó: “Estamos hablando de demencia, la condición que supone uno de los mayores desafíos para la ciencia, para la salud pública y para la comunidad en general en el presente, y lo será cada vez más en el futuro. La demencia es un síndrome caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales superiores tales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta, alterando la capacidad de la persona para desenvolverse de forma independiente en sus actividades habituales. Y la enfermedad de Alzheimer es la demencia más frecuente, constituye alrededor del 70% de los casos”.

“Muchos piensan que, con la edad, uno inevitablemente desarrolla deterioro de sus facultades intelectuales. Si esto fuera así, todas las personas que llegan a los 100 años tendrían Alzheimer. Sin embargo, diversos estudios con personas de 100 años demostraron que muchas de ellas no tienen una enfermedad degenerativa. Entonces, debemos comprender que no es una consecuencia normal del envejecimiento ni propia de la vejez, sino que representa una patología específica”, agregó el neurocientífico.

Aunque no ha sido identificado un único factor como causante de la enfermedad, ya que es probable que se trate de una combinación de estos, el factor de riesgo más importante para padecerla es la edad. En consecuencia, esta enfermedad se ha transformado en un gran problema para la salud pública, señaló Manes, porque “el envejecimiento de la población mundial está aumentando significativamente. Y, como sucede con cada epidemia, los efectos se sentirán de manera más aguda en los países de bajos y medianos ingresos con respecto a los países desarrollados”.

En cuanto a las manifestaciones del Alzheimer, Manes señaló que al inicio de la enfermedad pueden observarse problemas en la memoria más reciente (preguntas reiterativas, dificultad para aprender algo nuevo, olvidar eventos o citas), desorientación en lugares familiares o conocidos, problemas en la comunicación y en el lenguaje, progresiva dificultad para manejar bien los gastos o cuentas personales o realizar las actividades cotidianas, problemas para razonar o tomar decisiones adecuadas, pérdida de la iniciativa y depresión.

El médico indicó que “la evidencia más importante de alarma a tener en cuenta para medir cuándo nuestro olvido es normal y cuándo no, resulta de una clara disminución (o no) de la memoria presente comparada a cómo era unos meses o años atrás”.

Cada tres segundos hay una
Cada tres segundos hay una persona en el mundo diagnosticada con esta condición y hoy afecta a una de cada ocho personas mayores de 65 años. Se estima que actualmente hay más de 35,6 millones de personas con la enfermedad de Alzheimer (Getty)

Aunque todavía no existe una cura de la enfermedad, hay fármacos que se utilizan para los problemas cognitivos y conductuales. “El abordaje no farmacológico es tan importante como el uso de la medicación. Esto se debe a que la estimulación de las funciones cognitivas y del desempeño funcional de la persona con Alzheimer permiten retrasar el avance de la enfermedad. El control de los factores de riesgo vascular también tiene un impacto positivo, reduciendo la progresión de la enfermedad. Es fundamental además que los familiares o los cuidadores obtengan la mayor información posible acerca de la enfermedad e identifiquen recursos y ayudas existentes en la comunidad y en los profesionales a cargo del tratamiento”, expresó Manes.

El neurocientífico explicó que las nuevas investigaciones están dirigidas al desarrollo de drogas modificadoras de los cambios cerebrales que produce la enfermedad para alterar el curso de esta condición. “Existe consenso científico en que la enfermedad se debe detener en sus etapas iniciales, incluso mucho antes de que aparezcan los síntomas, ya que los cambios en el cerebro se producen décadas antes de que se haga evidente la enfermedad clínicamente. Por lo tanto, los desafíos más importantes de las investigaciones actuales y futuras consisten en detectar la enfermedad cuanto antes y en desarrollar drogas efectivas que modifiquen su biología para utilizarlas desde la etapa inicial”, afirmó el médico.

Y agregó: “Proteger las neuronas intactas es un objetivo más importante que reparar las neuronas ya dañadas. Retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer es un paso importante. Si su aparición se pudiera retrasar cinco años, se reduciría aproximadamente a la mitad el número de personas enfermas en treinta años”.

Expertos en neurociencias y de
Expertos en neurociencias y de otras disciplinas participaron de la participaron del Congreso de Davos Alzheimer’s Collaborative (DAC). En la segunda fila, Facundo Manes neurocientífico y diputado de la Nación

Destacó también que el aumento de la prevalencia y el consecuente impacto en el ámbito sociosanitario y económico será devastador si la salud pública se olvida de las personas con demencia o de sus familiares y cuidadores.

“Por eso, el mundo necesita prepararse para esta epidemia. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Atención Domiciliaria Integral (ADI) mencionan que es urgente la generación de políticas, programas y/o estrategias de enfrentamiento de la demencia en los distintos países, pero particularmente en aquellos con ingresos económicos moderados o bajos donde el aumento de la prevalencia será mayor. Recomiendan iniciar el abordaje a partir del desarrollo e implementación de planes gubernamentales nacionales. Estos planes deben incluir en su diseño e implementación a todos los sectores relacionados con la atención de las personas con demencia (los decisores políticos, las asociaciones de profesionales de la salud, las organizaciones no gubernamentales, los familiares y los cuidadores)”, declaró Manes.

Los puntos fundamentales a abordar por estos planes nacionales deben ser, con el acuerdo al médico:

- La educación sobre la importancia del control de factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad además de sostener una adecuada actividad física, cognitiva y social

- Disminuir el estigma hacia esta condición en la población general;

- La capacitación de los profesionales, los cuidadores y familiares;

- El diagnóstico temprano

- La contención y soporte a los cuidadores y familiares;

- La calidad de los servicios en la comunidad, en los hospitales, en las residencias de larga estadía y en el cuidado al final de la vida

- La inversión en investigación e innovación tecnológica;

- El establecimiento de leyes para proteger los derechos de las personas con demencia.

"Retrasar la aparición de la
"Retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer es un paso importante. Si su aparición se pudiera retrasar cinco años, se reduciría aproximadamente a la mitad el número de personas enfermas en treinta años”, dijo Manes

Desafíos a enfrentar

Según el doctor Manes, los líderes del G20 deberían establecer un grupo de trabajo integrado por ministros de finanzas y salud para establecer el Fondo para la Demencia de manera similar al Fondo Pandémico. “Los sistemas de salud fragmentados de muchos de estos países no están preparados para prevenir, diagnosticar y gestionar este aumento en la prevalencia de la demencia y sus comorbilidades en sus poblaciones que envejecen rápidamente. La pandemia de COVID-19 ha comprometido drásticamente la prestación de servicios de salud y la seguridad sanitaria en los países de bajos ingresos”, expresó el médico.

Y añadió que “garantizar la atención y el apoyo de los gobiernos para cuestiones relacionadas con el Alzheimer, el envejecimiento y la salud cerebral puede ser un desafío, especialmente cuando las enfermedades infecciosas a menudo dominan las agendas de salud pública. Sin embargo, existen varias estrategias que pueden ayudar a motivar a los gobiernos a priorizar estos temas y formas de crear conciencia y obtener apoyo”. Estos son algunos de los desafíos clave, según el neurocientífico:

- Infraestructura sanitaria limitada: muchos países de ingresos bajos y medianos tienen sistemas sanitarios subdesarrollados con acceso limitado a instalaciones médicas, profesionales sanitarios cualificados y equipos de diagnóstico. Esto puede provocar retrasos en el diagnóstico y falta de servicios especializados en demencia.

- Falta de conciencia y estigma: la demencia a menudo es estigmatizada e incomprendida en los países de ingresos bajos y medianos. La falta de conciencia pública y de creencias culturales sobre el envejecimiento y el deterioro cognitivo pueden provocar un retraso en el diagnóstico y una menor disposición a buscar ayuda médica.

- Escasez de profesionales de la salud: Los países de ingresos bajos y medianos a menudo enfrentan una escasez de profesionales de la salud capacitados, incluidos geriatras y neurólogos, que se especializan en el diagnóstico y el tratamiento de la demencia. Esta escasez puede limitar la capacidad de realizar un diagnóstico preciso.

La falta de acceso a
La falta de acceso a pruebas neuropsicológicas y diagnósticos precisos en los países de bajos recursos dificulta la atención temprana de la demencia (Getty)

- Acceso limitado a pruebas neuropsicológicas: el diagnóstico preciso de la demencia a menudo requiere evaluaciones neuropsicológicas y neuroimagen, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas. Estos recursos pueden ser escasos o no estar disponibles en muchos países de ingresos bajos y medianos, lo que dificulta proporcionar diagnósticos específicos de tipo de demencia.

- Diagnóstico erróneo o diagnóstico tardío: debido a la falta de concientización y el acceso limitado a la atención médica, la demencia a menudo se diagnostica erróneamente o se diagnostica en etapas avanzadas, cuando las intervenciones son menos efectivas. La detección temprana es crucial para brindar atención y apoyo adecuados.

- Desafíos en el diagnóstico diferencial: distinguir entre diferentes tipos de demencia (por ejemplo, enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia frontotemporal) puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden superponerse. Una diferenciación precisa es esencial para un tratamiento específico y una planificación de la atención.

- Acceso a medicamentos e intervenciones: incluso cuando se realiza un diagnóstico, el acceso a medicamentos e intervenciones basadas en evidencia puede ser limitado en los países de ingresos bajos y medianos. Los altos costos, la falta de disponibilidad o una cobertura de seguro médico inadecuada pueden impedir que los pacientes accedan a los tratamientos necesarios.

- Carga del cuidador: Los cuidadores informales en los países de ingresos bajos y medianos a menudo soportan una carga significativa en el cuidado de personas con demencia. Los servicios de apoyo limitados, los cuidados de relevo y la educación para los cuidadores pueden exacerbar los desafíos asociados con la demencia.

Los cuidadores soportan una gran
Los cuidadores soportan una gran carga cuando están al cuidado de personas con demencia. La creación de servicios comunitarios y grupos de apoyo son muy importantes (Getty Images)

Las propuestas

Para abordar estos desafíos en los países de ingresos bajos y medianos se requiere un enfoque multifacético que incluyan los siguientes puntos, señaló Manes:

1. Aumentar la conciencia: campañas de salud pública e iniciativas de educación comunitaria para crear conciencia sobre la demencia, reducir el estigma y fomentar el diagnóstico temprano.

2. Desarrollo de capacidades: capacitar a los profesionales de la salud en el diagnóstico y la atención de la demencia, incluido el uso de herramientas de evaluación culturalmente apropiadas.

3. Investigación y recopilación de datos: promover la investigación sobre la demencia en los países de ingresos bajos y medianos para comprender mejor los patrones locales y los factores de riesgo.

4. Colaboración internacional: asociarse con organizaciones internacionales y países de altos ingresos para compartir recursos, experiencia y mejores prácticas.

5. Fortalecimiento de políticas y sistemas de atención médica: abogar por cambios de políticas e inversiones en infraestructura de atención médica para mejorar el diagnóstico y la atención de la demencia.

6. Atención basada en la comunidad: desarrollo de sistemas de apoyo comunitarios y programas de capacitación de cuidadores para brindar asistencia a personas con demencia y sus familias.

La demencia es un síndrome
La demencia es un síndrome caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta (Getty Images)

“La demencia es una preocupación creciente en los países de ingresos bajos y medianos (PIBM) por varias razones, y abordar este problema requiere esfuerzos concertados de la comunidad global”, manifestó Manes. Esto se debe, explicó Manes, al envejecimiento, la falta de conciencia, lo que genera estigma, discriminación y retrasos en el diagnóstico. “Muchas personas pueden confundir los síntomas de la demencia con una parte normal del envejecimiento, lo que impide que las personas busquen atención médica oportuna”, dijo el médico.

Y agregó entre las causas que los países de ingresos bajos y medianos suelen tener una infraestructura sanitaria inadecuada, incluida una escasez de profesionales sanitarios, herramientas de diagnóstico y opciones de tratamiento. “Esto dificulta el diagnóstico precoz y la atención adecuada de las personas con demencia”, afirmó.

Otras razones que destacó son la carga de los cuidadores, quienes suelen carecer de apoyo, capacitación y acceso a relevo, lo que puede afectar negativamente su propia salud y bienestar el impacto económico de la demencia para las personas, las familias y los sistemas de atención sanitaria, y la falta de datos completos sobre la prevalencia, los factores de riesgo y las necesidades específicas de las personas con demencia en los países de ingresos bajos y medianos. “Esto dificulta el desarrollo de políticas y programas basados en evidencia”. explicó.

Acciones para fomentar

El doctor Manes enumeró una serie de medidas clave para enfrentar el Alzheimer:

- Crear conciencia: promover campañas de concientización sobre la demencia en los países de ingresos bajos y medianos para reducir el estigma, aumentar el diagnóstico temprano y educar a las comunidades sobre la afección. “Enfatizar que la demencia no es una parte normal del envejecimiento”, destacó Manes.

“El abordaje no farmacológico es
“El abordaje no farmacológico es tan importante como el uso de la medicación", dijo Facundo Manes (Christin Klose/dpa)

- Desarrollo de capacidades: proporcionar capacitación a los profesionales de la salud, incluidos los proveedores de atención primaria, para mejorar su capacidad para diagnosticar y controlar la demencia.

- Investigación y recopilación de datos: apoyar los esfuerzos de investigación para recopilar datos sobre la prevalencia de la demencia, los factores de riesgo y el impacto en las personas y comunidades dentro de los países de ingresos bajos y medianos. Estos datos pueden informar el desarrollo de políticas y programas.

- Servicios comunitarios: desarrollar servicios comunitarios de atención a la demencia, incluidos grupos de apoyo para cuidadores, guarderías e instalaciones de cuidados de relevo.

- Desarrollo de políticas: abogar por políticas que prioricen la atención y el apoyo a la demencia dentro de los sistemas de atención médica de los países de ingresos bajos y medianos. Esto puede incluir aumentar la financiación para la investigación sobre la demencia, mejorar el acceso a herramientas de diagnóstico y medicamentos y ampliar los programas de apoyo social.

- Colaboración internacional: fomentar la colaboración entre los países de ingresos bajos y medianos, los países de altos ingresos y las organizaciones internacionales para compartir las mejores prácticas, la experiencia y los recursos para la atención y la investigación de la demencia.

La carga del cuidador y
La carga del cuidador y la falta de acceso a medicamentos son problemas importantes en países con recursos limitados

- Asociaciones público-privadas: promover asociaciones entre gobiernos, ONG y el sector privado para abordar los desafíos de la demencia en los países de ingresos bajos y medianos. Esto puede conducir a soluciones innovadoras y un mayor acceso a la atención y el apoyo.

- Estrategia global contra la demencia: apoyar el desarrollo y la implementación de una estrategia global contra la demencia que reconozca los desafíos únicos que enfrentan los países de ingresos bajos y medianos y proporcione un marco para la acción.

Según Manes, abordar la creciente carga de la demencia sobre los recursos sanitarios en países con recursos limitados requiere un enfoque estratégico e integral.

Algunas consideraciones clave que describió Manes para desarrollar estrategias nacionales efectivas son concientizar y reducir el estigma; realizar la recopilación de datos e investigación; capacitar a los profesionales de la salud en el diagnóstico, la atención y el apoyo a la demencia; promover el diagnóstico y detección temprana; desarrollar servicios basados en la comunidad, incluidas guarderías, cuidados de relevo y grupos de apoyo para cuidadores. Fomentar asociaciones entre proveedores de atención médica y organizaciones comunitarias. También destacó el acceso a medicamentos y terapias y la educación para pacientes y familiares y proporcionar orientación sobre estrategias de afrontamiento y planificación para el futuro.

El experto también mencionó consideraciones legales y éticas: “Es importante desarrollar marcos legales para la toma de decisiones, como la planificación anticipada de la atención y la tutela, para personas con demencia avanzada. Garantizar que se aborden las consideraciones éticas en la atención de la demencia, particularmente las relacionadas con el consentimiento informado y los derechos de las personas con demencia” y destacó el valor de una colaboración multisectorial, involucrando a múltiples sectores, incluidos la salud, los servicios sociales, la educación y el trabajo, en un esfuerzo coordinado para abordar la demencia de manera integral. Llamó a “Priorizar la demencia en las políticas nacionales de salud y asignar recursos en consecuencia y a establecer un sistema para el monitoreo y evaluación continuos de los servicios y programas de demencia para rastrear el progreso y realizar los ajustes necesarios”.

La educación sobre la importancia
La educación sobre la importancia del control de factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad además de sostener una adecuada actividad física, cognitiva y social son medidas de prevención de la enfermedad

Finalmente, Manes destacó la importancia de colaborar con organizaciones internacionales, países vecinos y naciones de altos ingresos para compartir conocimientos, asistencia técnica y movilización de recursos.

“Desarrollar e implementar una estrategia nacional para la demencia requiere un fuerte liderazgo, voluntad política y un compromiso para priorizar el bienestar de las personas afectadas por la demencia y sus familias. También implica una evaluación y un ajuste continuos para abordar las necesidades y los desafíos cambiantes”, concluyó el neurocientífico.

Los tres objetivos principales de DAC

La iniciativa DAC impulsa descubrimientos científicos y a los sistemas de salud para ayudar a las personas en todo el mundo para combatir el Alzheimer.

Trabaja en el progreso en tres áreas críticas:

1. Desarrollar una cohorte global para diversificar las poblaciones para llegar con tratamientos específicos. Estos datos proporcionarán la base para identificar nuevos biomarcadores y desarrollar tratamientos que funcionen para personas de todo el mundo. “El desarrollo de fármacos se ve frenado por una comprensión incompleta de la heterogeneidad y variabilidad de la enfermedad de Alzheimer. Desarrollar capacidad de investigación en países de ingresos bajos y medianos puede desbloquear nuevos objetivos terapéuticos. Tengo grandes esperanzas en el trabajo del DAC para construir una cohorte global con datos diversos y de alta calidad y ponerlos a disposición de los investigadores”, afirmó Elías Zerhouni, profesor emérito, Universidad Johns Hopkins; Exdirector de los Institutos Nacionales de Salud; Expresidente de I+D de Sanofi.

2. Crear una plataforma global de ensayos clínicos para reducir el costo y el tiempo de desarrollo de nuevos tratamientos. “Implementar objetivos novedosos en los ensayos clínicos correctos y tener lecturas que puedan implementarse globalmente es fundamental y hará que el campo avance enormemente”, expresó Husseini Manji, director global de Ciencia para la mente, Johnson & Johnson.

3. Preparar todos los sistemas de salud para brindar atención al Alzheimer y acelerar las innovaciones para quienes más las necesitan. “Se proyecta que el número de personas que viven con Alzheimer se triplicará de los 50 millones actuales a más de 139 millones para 2050. Para responder de manera efectiva, el sistema de salud de cada nación debe crear una vía para la salud cerebral del paciente que conduzca a una mayor detección, diagnóstico, tratamiento y atención. para los millones que lo necesitan”, afirmaron en Davos Alzheimer´s Collaborative.

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