La visión es uno de los sentidos más preciados que poseemos, y su cuidado es fundamental para mantener una vida saludable y productiva. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la discapacidad visual afecta a 2.200 millones de personas en el mundo.
Pero lo más impactante es que al menos 1.000 millones de estos casos podrían haber sido evitados o tratados adecuadamente.Estos números nos deberían hacer reflexionar sobre la importancia de la prevención y el cuidado de nuestros ojos. Por eso, es fundamental no postergar los chequeos regulares con el oftalmólogo.
Este jueves 12 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Visual, y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por su sigla en inglés), junto al Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), buscan concientizar sobre la importancia de la consulta oftalmológica anual, o con la periodicidad que sea necesaria, para prevenir o tratar enfermedades que puedan ocasionar pérdida de la vista.
“Las cataratas o los errores refractivos no corregidos son la causa de la mayoría de las pérdidas de visión. El 90% de las pérdidas de visión se pueden prevenir o tratar”, advierte la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera.
La pérdida de visión no solo representa un obstáculo en el día a día de quienes la padecen, sino que también tiene consecuencias emocionales, psicológicas y socioeconómicas. Las personas con discapacidad visual suelen enfrentarse a mayores dificultades laborales, tienen un incremento en el riesgo de ansiedad y depresión y, en el caso de los adultos mayores, pueden sufrir aislamiento y pérdida de autonomía.
“Durante toda la vida, desde el recién nacido hasta el anciano, el control oftalmológico anual ayuda a prevenir, detectar y tratar a tiempo las enfermedades de la vista que podrían ocasionar pérdida de la visión y afectar severamente la calidad de vida”, afirmó la doctora Adriana Tytiun, integrante del CAO.
“La vista es algo que damos por sentado, pero, sin ella, nos cuesta aprender, caminar, leer, participar en la escuela, trabajar y conectarnos con el entorno. Todos, si vivimos lo suficiente, experimentaremos al menos una afección ocular a lo largo de la vida que requerirá una atención adecuada”, sostuvo el doctor Nicolás Garcés, integrante del CAO.
Si bien algunas enfermedades oculares pueden ser graves y permanentes, muchas pueden ser tratadas si se detectan a tiempo.
“Enfermedades como la conjuntivitis y la sequedad ocular, aunque menos graves y transitorias, son motivos de consulta mucho más frecuentes. El paciente acude porque tiene síntomas y es entendible, pero es importante desarrollar la conducta de visitar al médico oftalmólogo de forma preventiva, sin síntomas, para poder evitar desarrollar otras enfermedades o detectarlas tempranamente, antes de que ocasionen daño irreversible”, sostuvo el doctor Javier Casiraghi, integrante del CAO.
El especialista agregó que tanto el control de la visión como la prescripción de anteojos son actos médicos, y durante los exámenes de rutina se aprovecha para revisar todo el sistema visual y detectar a tiempo posibles y potenciales enfermedades de la vista: “Si las personas compran anteojos en la calle, la óptica o la farmacia, sin la adecuada examinación de los ojos, pierden la posibilidad de acceder a la detección de patologías de la vista que pueden ser irrecuperables”.
Las principales enfermedades de la vista
A nivel global, las principales afecciones que causan el deterioro de la visión distante, o ceguera, son cataratas (94 millones), errores de refracción (88,4 millones), degeneración macular relacionada con la edad (8 millones), glaucoma (7,7 millones) y retinopatía diabética (3,9 millones).
La afección principal que causa el deterioro de la visión cercana es la presbicia (826 millones).
La retinopatía diabética es causada por el exceso persistente de azúcar en sangre, que va dañando lenta -pero progresivamente- pequeños vasos sanguíneos en distintas partes del cuerpo, incluidas la retina y/o la mácula, dos áreas internas del ojo. La diabetes afecta a cerca de 1 de cada 10 argentinos y, después de 20 años con la enfermedad, se considera que el 90% de las personas con diabetes tipo 1 y el 60% de las que tienen diabetes tipo 2 desarrollarán alguna forma de retinopatía, fundamentalmente quienes no hayan logrado sostener el mejor control posible de la enfermedad.
El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, pero es evitable. Se estima que afecta en Argentina a un millón de personas y que la mitad no lo sabe. Puede desarrollarla cualquiera, pero es más frecuente en mayores de 40 años, personas con familiares directos que tienen glaucoma, personas con diabetes, miopía o hipermetropía, quienes hayan sufrido traumatismos en los ojos o que usen o hayan usado corticoides.
Algo que tienen en común la retinopatía y el glaucoma es que pueden detectarse rápidamente en un control oftalmológico, antes de que la persona desarrolle síntomas o pérdida de la visión.
“Por eso es vital realizarse controles de la vista, porque realmente puede cambiar el pronóstico de enfermedades como éstas, que son graves, frecuentes y que pueden pasar desapercibidas durante años. Con el diagnóstico a tiempo y el tratamiento adecuado, muchas personas podrán continuar llevando una vida normal y evitar discapacidad”, concluyeron los especialistas.