En el marco de la 5ta Cumbre Mundial de Salud Mental, que reúne en Buenos Aires a expertos internacionales, regionales y nacionales, se realizaron distintas presentaciones. El evento, finaliza este viernes, siendo que el lema de esta oportunidad fue “La salud mental en todas las políticas”, lo que implica el diálogo de las diferentes áreas del Estado, además de la sociedad civil, para lograr consensuar y diseñar políticas públicas. El objetivo es dar respuestas a las múltiples y complejas necesidades de la población en esta materia, siempre desde el paradigma de la salud mental comunitaria.
Durante la conferencia: “Los determinantes sociales, económicos y ambientales de la salud mental”, el panel estuvo integrado por la moderadora Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias, Organización Mundial de la Salud (OMS); Stephanie Priest, directora general del Centro para la Salud Mental y el Bienestar, Agencia de Salud Pública, Canadá; Ashwin Vasan, comisionado de salud del Estado de Nueva York, Estados Unidos; Yeimy Carolina Agudelo, alcaldesa de Kennedy, Bogotá, Colombia; Juan Benítez, del Movimiento Alza, Argentina y Evangelene Daniela-Wong del Ministerio de Salud de las Islas Cook, que brindó su disertación por video.
Según los expertos, los factores que determinan la salud mental de una población son multisectoriales, por lo que las intervenciones para promover y proteger la salud mental también deben realizarse desde distintos sectores. Del mismo modo, cuando se trata de prestar asistencia, también es necesario un enfoque multisectorial porque las personas con afecciones de salud mental suelen necesitar servicios y apoyos que van más allá del tratamiento clínico.
Dévora Kestel expresó: “Al hablar de determinantes sociales uno tiende a pensar en la prevención de problemas de salud mental pero la integración de la salud mental en los diversos sectores, el tema de esta cumbre, también es importante desde varios puntos de vista no solo desde la prevención”. Para ilustrar el tema de los determinantes sociales, Kestel contó la historia del “Señor O”, de unos 70 años, que conoció hace más de 30 años en un hospital psiquiátrico donde vivían 100 hombres en muy pobres condiciones.
“Este señor muy gentil y correcto, había trabajado en la Remington, una fábrica de una compañía de máquinas, tuvo un episodio psicótico lo internaron en un hospital muy lejos de su mujer, con dos hijos pequeños, probablemente no pudo sostener por mucho la situación con la familia. Después de un tiempo, dejaron de ir a verlo y se perdió todo el contacto. Cuando lo conocí, 48 años después, quisimos reunirlo con sus hijos, quienes crecieron creyendo que había muerto”.
Y continuó: “Toda esta historia es para introducir esta discusión sobre los determinantes sociales de la salud mental porque si él hubiera tenido la posibilidad de una licencia por enfermedad en su trabajo; hubiera tenido apoyo social; una cobertura de algún tipo y seguir una atención en la comunidad y volver gradualmente al trabajo, no hubiera tenido que pasar una vida entera en un hospital psiquiátrico, los hijos hubieran crecido con un padre y la familia y el Estado no hubieran gastado una fortuna en mantener a un señor por 50 años en un hospital”, describió Kestel.
Por eso, recalcó, los determinantes sociales juegan un rol clave en la salud mental de la población. El entramado social, el acceso a la educación y a la salud, al empleo y la pobreza son todos factores críticos que afectan los posibles resultados en salud mental”.
Por su parte, Stephanie Priest se refirió a los determinantes sociales, económicos y ambientales como esenciales en la salud mental. Describió los determinantes sociales de acuerdo a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como “las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana” y destacó la importancia de “considerarlos y dar un enfoque integral y el equilibrio correcto para lograr una salud mental para todos”.
Según la OMS los determinantes sociales pueden ser muy distintos para varios subgrupos de una población y dar lugar a diferencias en los resultados en materia de salud.
Por su parte, Ashwin Vasan explicó su experiencia como comisionado de salud del Estado de Nueva York y la necesidad de lograr priorizar a los más necesitados, ya que “el impacto en la salud mental es mayor en los pobres y oprimidos”, afirmó.
Por eso, trabajó en la priorización en salud mental según distintas medidas, como la expansión de la rehabilitación en la comunidad, lo que le dio buenos resultados. Otra estrategia fue el apoyo a inmigrantes, víctimas de limitaciones económicas y sociales, para que puedan atender sus necesidades de salud mental.
También se refirió a los “Clubhouses”, espacios que fomenta la comunidad para personas con enfermedades mentales graves. El objetivo es ayudarlas a encontrar una experiencia segura y productiva en la comunidad.
Vasan explicó también su Plan de Salud Mental para Nueva York, el cual se centra en tres grupos de neoyorquinos, para los cuales ve la mayor necesidad: niños, jóvenes y familias; personas con enfermedad mental grave y personas en riesgo de sobredosis de drogas.
Este plan se centra en la prevención, abordando los factores sociales, económicos, raciales y culturales que afectan la salud mental; la intervención y la convocatoria de recursos y apoyos.
El enfoque integral se centra en destinos objetivos entre los que el experto mencionó:
- Proporcionar a los niños y jóvenes atención de salud mental que sea oportuna, culturalmente receptiva, accesible y asequible.
- Mejorar el acceso a atención especializada en salud mental y atención primaria que tenga en cuenta la raza y el trauma.
- Reducir el riesgo de muerte de las personas que consumen drogas, centrándose en los barrios con las tasas más altas de muerte por sobredosis.
- Garantizar que las personas que consumen drogas tengan acceso a servicios de recuperación, tratamiento y reducción de daños de alta calidad.
- Mejorar la calidad de vida mediante mayores inversiones en vivienda, empleo y atención médica en las comunidades.
Por su parte, Yeimy Carolina Agudelo, alcaldesa de Kennedy, Bogotá, Colombia explicó la experiencia de su localidad, donde realizó trabajos a partir de “la necesidad de transformar el paradigma de la salud y buscar otro tipo de estrategias como la salud colectiva, la salud comunitaria, donde la transversalización de la política pública se manifieste en salud, vivienda, educación, capacidad de desarrollo económico y de seguridad social”, expresó.
Finalmente, Juan Benítez describió su dramática experiencia vivida de salud mental y como protagonista hizo un pedido hacia los gobiernos de todo el mundo para que “se enseñe salud mental desde niños en las escuelas, para aprender a manejar las emociones”.