La ex reina de la Vendimia del departamento de San Rafael, en Mendoza, Jaquelin Carrieri, murió este lunes en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. Se presume que la causa de la muerte habría sido un derrame cerebral después de haber sido sometida a una cirugía estética.
Aún no se ha detallado qué tipo de cirugía le hicieron a Carrieri, qué técnicas se usaron y dónde se la practicaron. Pero el caso se produce cuando están en la mira las prácticas realizadas por profesionales sin la adecuada capacitación y se cuestiona la presión por operarse el cuerpo solo por razones estéticas.
En junio pasado, la modelo y periodista brasileña, Lygia Fazio, murió a los 40 años por un derrame cerebral que, según su familia, habría sido provocado por una cirugía estética en la que se le aplicó silicona industrial y polimetilmetacrilato en sus glúteos. El 31 de agosto falleció la modelo argentina Silvina Luna, de 43 años, quien en 2011 se había realizado un aumento de glúteos que le generó diversas complicaciones.
“Por el momento no está confirmado que haya tenido una cirugía estética ni qué tipo de práctica. Haría falta más información para opinar”, dijo a Infobae Edgardo Bisquert, presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER).
¿Qué tener en cuenta antes de una cirugía estética?
“Lo importante ante la consulta médica en general es, primero, verificar la trayectoria y los créditos que tiene el profesional que vamos a ir a visitar. Es fundamental que sea miembro de alguna entidad que lo nuclee. Esto es básico”, advirtió en Infobae el doctor Raúl Banegas, cirujano plástico especialista en estética y miembro titular jerarquizado de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER).
Banegas agregó un dato importante en especial para las generaciones jóvenes: “Hoy, con el advenimiento de las redes sociales, se produjo un boom y todo el mundo está siguiendo especialistas por redes sociales, es importante aclarar que no es directamente proporcional la cantidad de seguidores, con la idoneidad del profesional”.
Por su parte, la doctora Griselda Seleme, cirujana plástica, especialista en estética y miembro de SACPER, señaló en Infobae que “es clave entender que en estética la evaluación y diagnóstico es esencial. No hay recetas universales, ni tratamientos mágicos. Ponernos en manos de un especialista y escuchar la devolución que nos da”.
Desde las entidades que agrupan a los profesionales que realizan cirugías plásticas se han aclarado que antes de dar el consentimiento, las personas deben informarse bien y seguir una serie de recomendaciones.
“Hoy en día vemos con más frecuencia pacientes que llegan con complicaciones después de cirugías hechas por médicos que no son especialistas. Que se las hicieron en consultorios médicos y no en quirófanos y cometieron errores. En algunos casos, se trata de pacientes que no debían operarse”, afirmó en diálogo con Infobae el doctor Jorge Pedro, especialista universitario por la Universidad de Buenos Aires en cirugía plástica, médico de la división cirugía plástica del Hospital de Clínicas de la UBA y miembro de la SACPER.
Sin embargo, el doctor Pedro consideró que relacionar una muerte con cirugía estética es muy arriesgado.
“Hay que evaluar bien el caso. Las escasas muertes que hubo fueron en pacientes que habían sido sometidos a diferentes intervenciones, como mamas, abdomen, liposucción, en un consultorio. En esos casos es más común una embolia que una hemorragia”, dijo a Infobae.
Es muy importante -indicó el experto a Infobae- “saber elegir dónde se hace la intervención y quién se la hace. No se deberían minimizar los riesgos de las cirugías estética. Por eso es clave contar con información sobre qué implica cada cirugía, quién es el especialista, y cómo es el lugar donde se hará”.
Señaló que un buen especialista también debe saber decir no a las personas que no requieran de una intervención, poner límites y detectar expectativas desmedidas que no se podrán satisfacer. “Deberían realizarse en centros de complejidad y con información previa sobre el procedimiento, los cuidados postoperatorios y los posibles riesgos y complicaciones”, añadió.
“Tanto la cirugía estética como la cirugía reparadora o reconstructiva son partes de la cirugía plástica”, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. La cirugía estética se realiza para mejorar las estructuras normales del cuerpo con intención de aumentar el atractivo del paciente y su autoestima.
Cuando una persona está pensando en la posibilidad de someterse a una intervención debe preguntarse: “¿por qué quiero someterme a esa intervención? y ¿qué es lo que espero de la cirugía, o que espero que la cirugía plástica haga por mí?” Existen dos categorías de personas, de acuerdo con la Sociedad Española. Un grupo son aquellas personas “con una imagen de sí mismos muy positiva y que están preocupados por una determinada característica física que desearían mejorar o cambiar; después de la cirugía se sentirán satisfechos con el resultado y seguirán manteniendo una imagen positiva de sí mismos”.
La segunda categoría consistiría “en aquellos pacientes con un defecto físico o estético que ha ido empeorando la imagen de sí mismos con el tiempo; después de la cirugía precisarán un tiempo de ajuste e irán reforzando su autoestima progresivamente”.
Es importante recordar que la cirugía plástica puede producir tanto cambios físicos como cambios en la imagen de uno mismo y en la autoestima, advirtió la entidad.
Los expertos de España remarcaron en la página web de la Sociedad que si alguien está pensando en someterse a una intervención para intentar influenciar en alguien distinto de sí mismo puede acabar decepcionado. “Es posible que sus amigos o sus personas queridas respondan positivamente a su intervención, pero la cirugía plástica está pensada para producir cambios en usted, no en los demás”, afirmaron.
A pesar de que hay excepciones, existen situaciones en las que no recomiendan hacerse cirugías estéticas: pacientes con expectativas irrealistas, pacientes en crisis, pacientes imposibles de satisfacer, pacientes obsesionados con defectos mínimos y pacientes con enfermedades mentales.