Por primera vez en la Argentina se realizaron dos trasplantes con riñones perfundidos con máquinas de perfusión hipotérmica. Según explicaron desde el INCUCAI, el objetivo de estos dispositivos adquiridos es optimizar la evaluación, la preservación y la recuperación de riñones destinados a trasplante. Asimismo, indicaron que los procedimientos se efectuaron en dos Hospitales Públicos: el Hospital General de Agudos Cosme Argerich de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el CRAI Norte de la Provincia de Buenos Aires.
Para conocer los alcances de esta nueva tecnología, Infobae dialogó con el doctor Rubén Schiavelli, Jefe de División Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Argerich (sede para el inicio de este programa) y líder del equipo de profesionales a cargo de la intervención. Cuáles serán los cambios, qué limitaciones tiene y cuáles son las expectativas, fueron solo algunas de las preguntas que respondió el experto.
Estas máquinas que fueron adquiridas por el INCUCAI para ser utilizadas en todo el territorio nacional “son dispositivos extracorpóreos diseñados para optimizar la evaluación, preservación y recuperación de riñones destinados a trasplante. La utilización de dicha tecnología es beneficiosa para la práctica del trasplante, ya que permite la evaluación de los riñones previo al implante”.
“Gracias a estas máquinas, vamos a tener la posibilidad de perfundir riñones y disminuir lo que se conoce como ‘retraso de la función del injerto’, que es que una vez trasplantados, los pacientes tienen que realizar diálisis por un tiempo hasta que el injerto se recupera. Con estas máquinas, esto baja sustancialmente. Y la otra situación es que mejora la sobrevida a largo plazo”, explicó Schiavelli a Infobae
Según señalaron desde el INCUCAI, “el donante de órganos provino del Hospital del Bicentenario de Esteban Echeverría, bajo órbita de CUCAIBA”, mientras que “los trasplantes renales se realizaron a pacientes en lista de espera de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de Provincia de Buenos Aires”.
“Se eligió al Hospital Argerich como sede para el inicio de este programa y se creó un equipo profesional a cargo del doctor Schiavelli, junto a Leandro Mosna y Nicolás Sánchez, cirujanos del INCUCAI, además de nefrólogos del Hospital e instrumentadores de ambas instituciones”, relataron desde el instituto nacional.
Siendo que estas máquinas, “desde su llegada al país funcionan en la planta quirúrgica del Hospital Argerich”. “En una primera etapa se evaluó la logística y seguridad del procedimiento en riñones que no iban a ser utilizados para implante, capacitando a diferentes profesionales en la materia. Y en la segunda, que se inició con estos trasplantes, se ajustó al procedimiento programado que incluye donantes de instituciones del AMBA para implantes en instituciones de esa área geográfica”, explicaron.
“Nosotros hicimos un estudio con riñones que eran previamente descartados, que no se iban a implantar porque el sistema los había descartado por diferentes razones, y los pusimos en máquina. Hicimos 10 y los resultados fueron muy buenos. El primer objetivo no era probar la máquina, sino probarnos a nosotros con la máquina, en lo que tiene que ver la logística, cómo llevamos adelante los tiempos, y los traslados; además de probar la seguridad haciendo cultivos pre y post-perfusión y realmente dieron muy buenos resultados”, afirmó el experto a Infobae.
Y agregó: “Los trasplantes los hicimos el día domingo y estamos esperando la evolución, porque todavía es medio prematuro”. En ese sentido, en lo que se refirió al procedimiento de trasplante, desde el INCUCAI relataron: “Los riñones son ablacionados en la institución donde se encuentra el donante y son trasladados al Argerich para su perfusión. Cuando los mismos están adjudicados, la máquina es llevada con el riñón en su interior hasta la institución que realizará el trasplante”.
“Lo que buscamos es, claramente, mejorar la sobrevida y la calidad de los injertos. Hay tres cosas muy importantes: la primera es que, con esto, los receptores que vienen de lejos y que quizás tienen que venir en avión (y a veces lo pierden), pueden confiar en que dejaremos los riñones en la máquina y los esperaremos con un riñón bien preservado. Antes, los dejábamos en una caja con hielo y la solución de preservación estática, que se llama así porque tiene un líquido dentro del riñón, pero está en hielo y en una cajita. Ahora, los esperamos con un método más seguro”, explicó Schiavelli.
Al tiempo que completó: “La segunda expectativa es que nos permite, por un lado, descartar riñones si vemos que los parámetros de la máquina no son buenos. Así, podemos decidir no implantarlos si la máquina indica parámetros desfavorables. Mientras que la tercera es exactamente lo contrario: riñones que, a priori, podríamos pensar en descartar. Si al ponerlos en la máquina, los parámetros mejoran, podríamos considerar aceptar más riñones”.
En tanto, ante la consulta sobre impedimentos de aplicar esta máquina para algunos grupos etarios, el experto aseguró: “No hay impedimentos en cuanto a niños o tamaño del órgano. El único impedimento es la cantidad de máquinas disponibles y la posibilidad de tener más para realizar más perfusiones”. “La máquina de perfusión hipotérmica es una tecnología utilizada y establecida hace años en países que están a la vanguardia de este tipo de procedimientos. Sus beneficios han sido demostrados por numerosos trabajos científicos de todo el mundo”, agregaron desde el INCUCAI.
Aunque aclaró: “De todas maneras, lo vamos a hacer siempre en los donantes que no son estándar. Un donante estándar es alguien joven que fallece, generalmente, debido a algún traumatismo o accidente y que no tiene enfermedades. Por otro lado, un donante de criterio expandido es alguien de mayor edad que, usualmente, tiene alguna enfermedad y suele fallecer por ACV. En estos últimos es en los que más lo vamos a usar”.
Además, desde el instituto nacional indicaron que “la inclusión de este nuevo programa se ajusta a la distribución habitual que realiza el INCUCAI. En estos casos, la perfusión de los órganos optimiza la calidad para mejorar el post trasplante del injerto y del receptor”. Siendo que, según enumeraron en concordancia con el experto, “el uso de esta tecnología permite la disminución de la función retrasada del injerto y la necesidad de dializar por un tiempo después del trasplante, aumentando su supervivencia así como la disminución de la falla primaria del injerto”.
“También permite un ahorro de costos, ya que disminuye la estadía hospitalaria y la necesidad de terapia sustitutiva renal (diálisis). Asimismo, posibilita la evaluación de los riñones durante la perfusión, lo que conlleva una mayor efectividad en la selección de órganos para implante. Siendo, que, incluso, estas máquinas influyen sobre la logística del trasplante ya que permiten una extensión significativa del tiempo de isquemia (tiempo que transcurre entre la ablación y el implante de los órganos) y de esta manera se pueden esperar a que lleguen pacientes que proceden de zonas lejanas con un método seguro de preservación de los órganos”, recalcaron desde el INCUCAI.
Es por eso que Schiavelli resaltó: “La incorporación de tecnología por parte del INCUCAI va a mejorar estos trasplantes renales. Y siempre rescatar el gran trabajo que realiza el personal de procuración de órganos, quienes después del fallecimiento continúan trabajando con los donantes para asegurar que los órganos lleguen en las mejores condiciones posibles para el trasplante”.
“Sin donantes no hay trasplantes, y estos donantes son el resultado de un esfuerzo enorme por parte de la gente de procuración de órganos, que es el equipo del INCUCAI, el CUCAIBA, del Instituto de Trasplante de la Ciudad de Buenos Aires (que es el INCUCAI de la Ciudad de Buenos Aires), y de todas las jurisdicciones del país. Gracias a este alto nivel de excelencia en la procuración de órganos, nosotros realizamos trasplantes cada vez mejor”, concluyó.
Vale destacar que, según indicaron desde el INCUCAI, en lo que va del año se realizaron 3.097 trasplantes de órganos y córneas. Así, 1.576 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos – 1.348 provenientes de donantes fallecidos y 229 de donantes vivos - y se realizaron 1.520 trasplantes de córneas. Del total de trasplantes, 248 fueron pediátricos (menores de 18 años).
Incluso, se concretaron en total 1.142 trasplantes renales, 303 hepáticos, 78 cardíacos, 18 pulmonares, 15 renopancreáticos, 15 hepatorrenales, 3 pancreáticos, 1 intestinal, 1 hepatointestinales y 1 cardiorrenal, además de 1.520 trasplantes de córneas. Estos procedimientos fueron posibles gracias a la concreción de 1.305 procesos de donación - 601 procesos de donación de órganos y 704 de córneas- que se llevaron a cabo en todo el territorio nacional.
“La realización de cada trasplante es posible gracias a la participación de la sociedad, representada en el acto de donar, a la intervención de los profesionales de la salud de los establecimientos hospitalarios de todo el país, y al trabajo de los organismos provinciales de procuración pertenecientes al sistema sanitario argentino”, concluyeron desde el INCUCAI.