“Garantizar que todas las personas tengan acceso a métodos anticonceptivos promueve los derechos humanos, incluido el derecho a la vida y a la libertad, el derecho a la libertad de opinión, expresión, elección y el derecho al trabajo y a la educación”, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el Día Mundial de la Anticoncepción y el Día Mundial del Embarazo Adolescente, el organismo sanitario internacional señala que existen muchos tipos distintos de anticoncepción, pero no todos son adecuados para todas las situaciones y todas las personas.
El método más apropiado para el control de la natalidad depende del estado general de salud de cada persona, la edad, la frecuencia de la actividad sexual, el número de parejas sexuales, el deseo de tener hijos en el futuro y los antecedentes familiares de enfermedades. Por eso es clave la consulta médica para elegir el más adecuado y eficaz según la historia clínica de cada persona y su estilo de vida.
El uso de anticonceptivos previene los riesgos para la salud relacionados con el embarazo en el caso de las mujeres y en particular, las adolescentes. “El uso de métodos de anticoncepción ofrece una paleta de posibles beneficios no relacionados con la salud que van de un aumento de las oportunidades de educación y un mayor empoderamiento para las mujeres, hasta un crecimiento de la población y un desarrollo económico sostenibles para los países”, dice la OMS.
En ese escenario, entre 2000 y 2020, la tasa de uso de anticonceptivos (porcentaje de mujeres de 15 a 49 años que utilizan algún método anticonceptivo) creció de 47,7% a 49,0% según datos de la agencia sanitaria de las Naciones Unidas.
La falta de conocimiento sobre los cuidados en las relaciones sexuales
Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA) impulsa una campaña llamada #DobleProtecciónMenosPreocupación, que plantea combinar el uso del preservativo con algún método anticonceptivo, que puede ser o no hormonal, para reforzar la prevención del embarazo no deseado y también la infección por enfermedad de trasmisión sexual (ITS).
La entidad remarca la importancia de la consulta médica a la hora de elegir un método de prevención del embarazo. Según Yasmin Marrapodi Blanco (MN 162204), médica especialista en Tocoginecología y sexóloga clínica: “Tenemos muchas consultas acerca de la toma de anticonceptivos, su forma de uso, interacciones con medicamentos. Muchas veces las pacientes la toman porque es ´la que toma la amiga´, y la verdad es que cada persona tiene su propia indicación de anticonceptivo. Siempre consultar con el o la ginecóloga previo a la elección de un método anticonceptivo”.
También la especialista, destacó que en relación al preservativo, “sigue costando que se utilice porque hay que inculcar su uso desde la adolescencia como método de protección, explicar que es el único método que evita las ITS. Debe utilizarse desde principio a fin de la relación sexual”. En relación a la influencia de los contenidos audiovisuales en las conductas sexuales, la especialista afirma que “en las películas no siempre se muestra el uso de preservativo, van a la escena sexual directamente y eso tiende a sugestionar a la población de que entonces no se necesita. Sin embargo tenemos que tener en cuenta que las series, las películas, inclusive la pornografia es ficción, y por lo tanto, son situaciones irreales”.
La especialista destacó que la llamada “pastilla del día después” no debe considerarse un método anticonceptivo: “Recibo muchas consultas sobre la pastilla de emergencia, la mal llamada del día después. La idea es tomarla lo antes posible, apenas suceda el accidente. No siempre está mal usada, pero a veces la toman a mayor tiempo, y cuanto más tiempo pasa, menos efecto produce. A veces se considera un método anticonceptivo y en realidad no lo es, se debe tomarlo si falla este método anticonceptivo por eso la llamamos pastilla de emergencia”.
¿Qué métodos anticonceptivos son efectivos?
Para que sea eficaz, todo método anticonceptivo debe utilizarse de manera constante y correcta. La OMS enumera entre los métodos anticonceptivos las píldoras anticonceptivas por vía oral, las implantaciones contraceptivas subcutáneas, las inyecciones, los parches, los anillos vaginales, los dispositivos intrauterinos, los preservativos, y los métodos basados en el conocimiento de la fecundidad (según los días en los que es fértil una mujer según su ciclo menstrual).
Por su parte, los especialistas de la Clínica Mayo de EEUU detallaron los métodos existentes según sus características principales:
- Métodos de barrera. Algunos ejemplos son los preservativos masculinos y femeninos, así como el diafragma, el capuchón cervical y la esponja anticonceptiva.
- Métodos hormonales de acción corta. Algunos ejemplos son las píldoras anticonceptivas, así como el anillo vaginal, el parche cutáneo y la inyección anticonceptiva. Se consideran métodos de acción corta porque hay que recordar de utilizarlos a diario, semanalmente o mensualmente.
- Métodos hormonales de acción prolongada. Algunos ejemplos son el DIU (dispositivo intrauterino) de cobre u hormonal y el implante anticonceptivo. Se consideran métodos de acción prolongada porque duran entre tres y diez años después de la inserción (dependiendo del dispositivo) o hasta que se decida retirar el dispositivo.
- Esterilización. Este es un método anticonceptivo permanente. Algunos ejemplos son la ligadura de trompas para las mujeres y la vasectomía para los hombres.
- Espermicida o gel vaginal. Estas son opciones de anticonceptivos no hormonales. El espermicida es un tipo de anticonceptivo que mata los espermatozoides o detiene su movimiento. El gel regulador del pH vaginal detiene el movimiento de los espermatozoides, de modo que no pueden llegar al óvulo para fecundarlo. Debes colocarte estos productos en la vagina justo antes de tener relaciones sexuales.
- Métodos basados en conocimiento de la fertilidad. Se centran en conocer qué días del mes la mujer puede quedar embarazada (días fértiles), generalmente en función de la temperatura basal y el moco cervical.
Prevenir el embarazo adolescente
Las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave.
“El embarazo en la adolescencia es un fenómeno mundial con causas claramente conocidas y graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas. A nivel mundial, la tasa de natalidad en adolescentes ha disminuido, pero las tasas de cambio han sido desiguales entre las regiones. También hay enormes variaciones en los niveles entre los países y dentro de ellos”, indica la Sociedad Española de Medicina en la Adolescencia (Sema) y señala que el embarazo en la adolescencia tiende a ser mayor en personas con menos educación o de bajo estatus económico.
Esos contrastes se observan también en los datos difundidos por la OMS: “En América Latina y el Caribe, por ejemplo, Nicaragua registró la tasa de nacimientos en la adolescencia estimada más alta, con 85,6 por cada 1000 adolescentes en 2021, mientras que en Chile esta cifra fue de 24,1 por cada 1000 adolescentes”.
Si bien la tasa de nacimientos en la adolescencia mundial estimada ha disminuido, el número real de partos de adolescentes sigue siendo alto.
En la Argentina, la fecundidad en niñas y adolescentes de hasta 19 años cayó 60 % de 2014 a 2021 (47.630). Por encima de la bajada del 33 % de los nacimientos totales (a 529.794), según las estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación. Además, la caída fue del 54 % en la fecundidad adolescente temprana, de niñas menores de 15 años (a 1.394) según un informe conjunto de la organización no gubernamental Cippec, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y Unicef.