Según la Organización Mundial de la Salud, “el tabaco mata a más de 8 millones de personas cada año, de los cuales 1,3 millones son no fumadores que están expuestos al humo ajeno”. Incluso, “en 2020, el 22,3 por ciento de la población mundial consumía tabaco: concretamente el 36,7 por ciento de los hombres y el 7,8 por ciento de las mujeres”.
Lo cierto es que hay tres tipos de humo de cigarrillo. El humo de primera mano, es el que fuma el fumador. Es decir, es el que inhala el fumador. El de segunda mano, en tanto, es el que impacta en los que están cerca o en el mismo ambiente que el fumador, también conocido como “fumador pasivo”. Pero ahora se conoce que, además, hay un humo de tercera mano. Y este hay que mencionarlo porque es especialmente importante por los niños, ya que aquellos que están expuestos a cualquier forma de humo tienen más otitis, menos defensas, más infecciones y más problemas de salud.
El humo del tabaco (HT) está compuesto por la mezcla del humo que exhala la persona que fuma (humo primario) y el humo que emana el cigarrillo encendido (humo secundario), explican desde el Ministerio de Salud argentino. Siendo que este último “tiene una mayor concentración de tóxicos ya que no está sometido a ningún tipo de filtro y pasa directamente al aire”.
Entonces, el humo de segunda mano, como le dije, es aquel que se encuentra en un espacio donde alguien está fumando. “Contiene más de 7000 sustancias tóxicas y unas 70 sustancias que producen cáncer”, siendo que “está clasificado como un carcinógeno de Clase A, es decir, que no tienen un nivel mínimo de exposición que sea seguro para la salud”, indican desde la cartera sanitaria.
“Alrededor de 1,3 millones de personas mueren cada año a causa del humo de tabaco ajeno. Todas estas muertes son totalmente prevenibles”, indicaron desde la OMS. Al tiempo que señalaron que las personas expuestas a esta situación “corren el riesgo de morir de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades respiratorias, diabetes de tipo 2 y cánceres”, además de padecer “enfermedades cardiovasculares y respiratorias graves, incluidas cardiopatías isquémicas y cáncer de pulmón”.
Ahora, es importante también prestar atención al humo de tercera mano, especialmente en un auto. Es que aunque la persona no esté fumando en ese momento, el humo queda en el auto y lo impregna con casi 50 carcinógenos, que son sustancias que producen cáncer y que no se van de ninguna manera.
Un chico de ninguna forma debería subirse a un auto de una persona que está fumando, pero tampoco debería hacerlo en un vehículo de una persona que fuma en él. Debemos procurar evitarlo lo más posible, porque el humo de tercera mano no se va durante muchísimo tiempo.
Es más, si va a comprar un auto usado procure averiguar, además de ver el estado del auto, si el conductor anterior fumaba dentro del vehículo, porque las sustancias que quedan en él son prácticamente imposibles de eliminar.
El humo de tercera mano es una invisible mezcla de gases y partículas que permanecen adheridas al pelo y la ropa de las personas fumadoras, a los muebles, las alfombras o tapizados, u otros objetos luego de que el fumador apaga su cigarrillo.
Estas sustancias incluyen metales pesados, sustancias cancerígenas e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer MESES después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando. Los niños pequeños son los más perjudicados por este tipo de humo: tocan o ingieren estas sustancias, especialmente cuando gatean o juegan en el piso.
Le recuerdo algunos aspectos más:
- La exposición al humo del tabaco es una causa prevenible de enfermedad y muerte tanto en fumadores como en no-fumadores.
- La exposición al humo puede causar efectos inmediatos (irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones, dolor de cabeza, náusea y mareos) o a largo plazo (complicaciones respiratorias, distintos tipos de cáncer -principalmente de pulmón- y enfermedad cardiovascular).
- La exposición al humo de segunda mano (HAT) aumenta un 20-30% el riesgo de cáncer de pulmón y de enfermedad coronaria y de ACV en personas no fumadoras.
- Hijos de padres fumadores tienen el doble de riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante.
- Los niños expuestos al humo tienen tos crónica, disminución de la capacidad de sus pulmones, más episodios de asma, bronquitis, neumonía y otitis. Además de mayor probabilidad de adicción a la nicotina en la adolescencia, mayor frecuencia de caries, alergia a los alimentos, problemas en la piel y mayor frecuencia de cáncer en la adultez, entre otros.
*El doctor Alberto Cormillot (MN 24.518) es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.