Cuáles son los beneficios de la amabilidad para la salud

Las buenas acciones son positivas tanto para quienes nos rodean como para nuestro propio cuerpo. De la oxitocina al cortisol, cuál es el rol de las hormonas en el bienestar físico y emocional

Dr. Cormillot - ¿Ser amable mejora tu salud?

¿Ser amable es una conducta que favorece a uno mismo o a las otras personas? Lo que ha encontrado la ciencia en el estudio de la psicología humana es que existen estados de ánimo y formas de comunicarnos que nos hacen bien a nosotros más aún de lo que -supuestamente- benefician a los otros.

Por ejemplo, ser agradecido, poder perdonar, ser amable son actitudes que aportan muchísimo al bienestar personal. Preste atención y verá que cuando uno adopta estas formas de relacionarse en la vida cotidiana, uno se siente mejor.

Cómo actúa el cortisol, la hormona del estrés

Cuando tenemos una mala reacción con otras personas o cuando contestamos de malas maneras, ahí, en ese momento, sin saber, estamos generando adrenalina, estamos segregando cortisol. Que es un hormona que no es tan buena para nuestra salud integral.

Las respuestas negativas liberan cortisol, pero la amabilidad nos regala oxitocina, una sustancia química esencial para el corazón y el cerebro (Getty Images)

¿Alguna vez se preguntó cuánto se queja o cuántas quejas escucha diariamente? Estas quejas pueden ir desde el clima hasta un partido de fútbol. Estas situaciones cargadas de negatividad, no solo alteran el equilibrio emocional y físico, afectan los neurotransmisores que regulan el pensamiento y los sentimientos, y eso incide en los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Stanford estudiaron a individuos para quienes quejarse es una constante. Descubrieron que el acto de quejarse daña las neuronas del hipocampo, una zona del cerebro esencial para la solución de problemas y la cognición. Este daño ocurre tanto si la persona se queja como si está expuesta a las quejas de otros, ya que lo que perjudica es la exposición a la negatividad.

El cortisol, afectado por este comportamiento, tiene un papel fundamental en el cuerpo, influenciando desde la reducción de la inflamación hasta la regulación del azúcar en sangre y la respuesta al estrés.

Cómo actúa la oxitocina, la hormona del apego

La ciencia y la psicología revelan el poder de la amabilidad, una conducta que beneficia tanto al emisor como al receptor (Imagen ilustrativa Infobae)

En cambio, cuando somos amables, eso puede generar una actitud recíproca de parte de la otra persona, pero sea cual fuera la reacción de los otros, nosotros lo que estamos segregando es oxitocina.

Recuerde: la palabra mágica es oxitocina. Es la sustancia química que promueve el apego. Cuando uno tiene amor por un hijo, cuando uno tiene amor por un hermano, cuando tiene uno tiene una pareja de muchos años, además de que cada tanto puede haber un disparo de dopamina, pero no es la que predomina. La que predomina es la oxitocina, que es la hormona del apego.

Si yo soy amable, produzco oxitocina que es buena para el cerebro y para el corazón.

Entonces, si el otro te trata mal recordá: el otro no es tu maestro, usted es su propio maestro. La amabilidad nos hace bien, más allá de los otros.

La amabilidad no es solo para el mundo exterior, es una herramienta poderosa para nuestro propio bienestar, que libera la hormona oxitocina (Getty)

A fin de cuentas, tenemos que reconocer que la vida tiene cosas malas, pero también buenas. Por eso es importante no centrarse solamente en las malas. Por ejemplo, existen 6 aspectos que pueden impulsar la felicidad, como son: ser agradecido con las otras personas; poder perdonarse y perdonar a los demás; reconocer la relación que tienen mis pensamientos con mi calidad de vida; tener una red social (gente alrededor mío en la que pueda confiar y viceversa); el orden, porque una persona ordenada, gana tiempo y eficiencia; y tener pequeños objetivos e ir cumpliéndolos.

*El doctor Alberto Cormillot (MN 24.518) es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.