Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer es normal que se pregunte, “¿por qué a mí?” y sienta enojo contra la enfermedad. “Es probable que también sienta ira o resentimiento con sus médicos, sus amigos sanos y sus seres queridos. Hasta también puede enojarse con Dios”, describe el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos.
Una amplia variedad de sentimientos invaden a la persona, los cuales pueden cambiar a diario, cada hora o incluso cada minuto. Y esto suele ser la reacción para todos los tipos de cáncer.
La licenciada Mariana Godoy, psicóloga (M.N. 63.094) de la Asociación Civil Linfomas de Argentina (ACLA) describió a Infobae: “Recibir el diagnóstico de un linfoma marca un antes y un después en la vida de cada paciente y su familia. La urgencia corre por lo físico, pero lo emocional -muchas veces- queda en un segundo plano, aunque sea un aspecto clave para el afrontamiento de la enfermedad y del tratamiento”.
Luego del diagnóstico, explicó la psicóloga, “los sentimientos de miedo (a la enfermedad, a la muerte, al tratamiento, al sufrimiento, al dolor, etcétera), de ansiedad, aislamiento, depresión, incertidumbre por lo que puede llegar a pasar, la responsabilidad de tomar decisiones (y que estas no estén “contaminadas” por lo sentimientos negativos) dificultan el afrontamiento. Cada paciente cuenta con recursos para esto, que pueden ser positivos o negativos y, en definitiva, no serán otros que los mismos que utilizó en situaciones adversas del pasado. De estas circunstancias también seguramente pudo sacar sus conclusiones y ver qué le fue útil y qué no”, expresó la especialista.
Qué es el linfoma
Es uno de los cánceres menos conocidos. Sin embargo, afecta a más de un millón de personas en el mundo y se diagnostican 360 mil nuevos casos por año, según una nota reciente de Infobae.
Un linfoma es un tumor en el sistema linfático. Este es parte del sistema inmunitario, una red de tejidos y órganos que produce, almacena y transporta los glóbulos blancos que le permiten al cuerpo combatir las infecciones. Sin embargo, este escudo protector también puede ser blanco de patologías graves. El linfoma es un cáncer que se origina en las células que conforman este sistema: los linfocitos.
Este tumor, es decir, un crecimiento anormal de células, afecta la producción de este tipo de glóbulos blancos de la sangre de gran importancia en el control de las infecciones y agresiones externas. Los síntomas más comunes según ACLA son:
- Crecimiento, generalmente indoloro, de uno o varios ganglios linfáticos.
- Cansancio.
- Aumento de la temperatura (en general durante la noche) hasta no más de 38 grados.
- Pérdida de peso.
- Sudores nocturnos.
- Picazón persistente en todo el cuerpo.
- Tos y falta de aire.
Estos tumores están divididos en dos subtipos: linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin. El primero se propaga de manera ordenada de un grupo linfático a otro, mientras que el segundo se disemina a través del sistema linfático de manera desordenada, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Enfocarse en los sentimientos
Según la Encuesta Global de Pacientes de linfoma y leucemia linfocítica crónica, el 82% de los pacientes diagnosticados de linfoma, experimentaron efectos emocionales y psicológicos en los últimos 12 meses.
Godoy agregó: “No todos los pacientes tienen las mismas manifestaciones, ya que depende de con qué herramientas cuente cada persona para afrontar las situaciones que se le vayan presentando. Lo más común es que experimenten miedo, incertidumbre, ansiedad, enojo, insomnio, sensación de falta de control y desmoralización. Estos efectos no sólo están presentes en la etapa de diagnóstico y tratamiento, sino que pueden presentarse también en el esperado momento de la remisión”.
Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, “Cuando una persona se entera por primera vez de que tiene cáncer, puede sentir que su vida se sale de control. Esto podría ser porque siente impotencia y soledad; su rutina normal se ve interrumpida por visitas al médico y tratamientos o siente que no puede hacer lo que le gusta”.
Es por esta razón que la campaña de este año en el Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma se basa en “No podemos esperar para enfocarnos en nuestros sentimientos”, pasando también a un primer plano los aspectos psicológicos de los pacientes, cómo lidiar con aquellas emociones negativas y de cuán desafiante puede resultar.
“Sin poder ponerlo completamente en palabras, los pacientes atraviesan numerosos duelos (generales y particulares) que se suman al malestar físico y a todo lo que implica la enfermedad y el tratamiento”, explicó Godoy.
Y continuó: “Por esto es que “no podemos esperar para enfocarnos en nuestros sentimientos”, como dice el lema de la campaña y que, pasado un tiempo considerable luego del diagnóstico (unas 6 semanas), si el paciente continúa con sentimientos negativos, con mucha ansiedad, depresión, falta de apetito, insomnio, falta de adaptación, será importante y más que recomendable que pueda tener una consulta con un profesional de la salud mental (idealmente alguien con formación en psicooncología).
Cómo afrontar la enfermedad de forma positiva
Es importante poder focalizarse en el momento presente y ocuparse, más que preocuparse, de lo más próximo en la “agenda”, dijo Godoy y añadió: “El afrontamiento positivo trae múltiples beneficios en los vínculos más cercanos, como la familia y amigos; y también en la relación con uno mismo, generando una mayor introspección y conexión con el momento presente. Después de todo, poder permanecer en el momento presente e intentar que el día a día resulte lo más tolerable posible puede ser la clave para afrontar la enfermedad”, indicó la psicóloga.
La especialista recomendó que si recién se empieza un tratamiento, tratar de evitar pensar, por ejemplo, en el resultado de la tomografía que se hará al terminarlo en unos meses, sino “ir de sesión a sesión, día a día, conectando con lo que a cada uno le hace bien, tratando de hacer la vida lo más normal posible siguiendo las indicaciones médicas”, indicó la experta.
Godoy comentó que a algunos pacientes los ayuda mucho meditar, “estar en contacto con otros pacientes también, y sobre todo, tener en claro que es un proceso que nos toca atravesar y que depende de cómo lo hagamos vamos a sentirnos mejor o peor de ánimo. Siempre es recomendable basarse en lo concreto; ya que lo que ocurre mucho es sufrir más por nuestros pensamientos que por lo que realmente está pasando en lo concreto”.
También algo que notó la experta que funciona muy bien en los pacientes es poder decir lo que les pasa. “Si no se sienten cómodos con alguien, pueden hacerlo para sí mismos escribiendo o dibujando para ordenar e identificar qué emociones pueden surgir”.
El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, advirtió que algunos temores al cáncer se basan en historias, en rumores o en información equivocada. “Generalmente ayuda tener una buena información para hacer frente a las preocupaciones. La mayoría de la gente tiene menos temor cuando conoce la realidad. Algunos estudios incluso indican que las personas que están bien informadas de su enfermedad y tratamiento tienen más probabilidad de seguir sus planes y de recuperarse del cáncer con mayor rapidez”, dice en su portal.
En una nota reciente, Psicooncología, un enfoque integral cuerpo-mente para tratar a los pacientes que padecen cáncer, el doctor Enrique De Rosa Alabaster explicó que “La psicooncología es un campo multidisciplinario que aborda los aspectos emocionales, psicológicos y más particularmente existenciales y espirituales del paciente con cáncer”.
Y continuó: “Las áreas que aborda el acompañamiento profesional y humano son diversas. Una de ellas es mejorar la calidad de vida del paciente cualquiera sea el estadio y pronóstico. Manejando las necesidades y las respuestas psicológicas y emocionales, le permite afrontar la situación en un estado que lo coloca en mejores condiciones de tomar las diferentes decisiones y/o aceptar las respuestas a las que deberá hacer frente”.
La Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA) (Página web: linfomasargentina.org), brinda talleres de apoyo emocional y otro tipo de actividades orientadas a contener a los pacientes y acompañarlos en el proceso de su enfermedad.