MIÉRCOLES, 30 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Los niños negros pequeños que viven en los vecindarios de EE. UU. segregados según la raza tienen un riesgo más alto de una exposición al plomo con el potencial de dañarles el cerebro, advierte un nuevo estudio.
El estudio, de casi 321,000 niños de Carolina del Norte menores de 7 años, encontró que los que vivían en vecindarios predominantemente negros tenían unos niveles de plomo en sangre más altos que los que vivían en áreas más integradas.
Los expertos afirmaron que los hallazgos, que se publicaron en la edición del 30 de agosto de la revista Pediatrics, resaltan dos problemas que muchos estadounidenses piensan que son reliquias del pasado: la intoxicación con plomo en la niñez, y la segregación racial en los barrios.
Pero de hecho, encontró el estudio, la segregación racial residencial ha resistido, y en realidad aumentó en muchas áreas, de Carolina del Norte y de todo el país.
Esta segregación residencial no es accidental, apuntaron los expertos: se origina en una larga historia de políticas como las prácticas discriminatorias ("redlining") que aislaron a los estadounidenses negros en vecindarios caracterizados por poca o ninguna inversión y unas tasas de pobreza altas.
Y los niños que viven en estos vecindarios pueden exponerse al plomo, debido a las viviendas deterioradas, comentó la investigadora principal, Marie Lynn Miranda, canciller de la Universidad de Illinois, en Chicago.
El plomo es un metal que ocurre de forma natural, que puede provocar efectos graves si se acumula en la sangre. Los niños pequeños tienen una vulnerabilidad particular, ya que el plomo puede dañar sus cerebros en desarrollo y contribuir a problemas de aprendizaje o conductuales.
En general, los niños de Estados Unidos tienen ahora una exposición mucho más baja al plomo, en comparación con generaciones anteriores. Esto se debe a la legislación que prohíbe la gasolina con plomo y la pintura con plomo para las viviendas.
Lamentablemente, no todos los niños se han beneficiado de la misma forma: hace mucho que los estudios han mostrado que, en general, los niños negros tienen unos niveles más altos de plomo en sangre que los blancos.
Los nuevos hallazgos resaltan el rol de los vecindarios segregados según la raza en esa disparidad.
Las viviendas construidas antes de 1978, cuando se prohibió la pintura con plomo, todavía pueden exponer a los niños pequeños al metal tóxico. De hecho, apuntó Miranda, esta es la principal fuente de exposición al plomo de los niños de EE. UU., junto con el agua de grifo que fluye por tuberías o fontanería de plomo.
Estas afecciones son más prevalentes en los vecindarios de bajos ingresos, donde los propietarios quizá tengan poco incentivos financieros para reducir el plomo.
"Muchas personas piensan que este es un problema que ya se ha resuelto", observó Miranda. "Pero los niños negros todavía tienen unos niveles más altos de plomo en sangre".
Robert Fischer es director del Centro de Pobreza y Desarrollo Comunitario de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland.
"Sin duda, este estudio confirma lo que unos estudios más pequeños han indicado", señaló Fischer, que no participó en la nueva investigación. "Que los niños negros estén más expuestos al plomo no es solo casualidad".
Fischer enfatizó que no todos los niños con unos niveles elevados de plomo sufren consecuencias a largo plazo. Pero, en comparación con sus pares, podrían puntuar menos en los exámenes de lectura y matemáticas, y es más probable que entren en el sistema de justicia juvenil o que sean encarcelados en la adultez temprana, lamentó.
Los hallazgos se basan en casi 321,000 niños de Carolina del Norte, que recibieron pruebas de plomo en la primera mitad de la década de los 1990 o entre 2013 y 2015.
La buena noticia es que, con el tiempo, los niveles de plomo en sangre de los niños se redujeron. Entre los niños negros, bajaron de un promedio de 6.7 microgramos por decilitro (mcg/dL) a principios de los 1990 a 1.6 mcg/dL en 2015. Hubo una reducción similar entre los niños blancos: de 4.9 a 1.5 mcg/dL.
Pero las mejoras no fueron uniformes. Incluso en 2015, los niños negros que vivían en las áreas de censo más segregadas de Carolina del Norte tenían unos niveles más altos de plomo, en promedio.
Cuando el equipo de Miranda agrupó a los vecindarios según una medida llamada "aislamiento racial" de los residentes negros, encontró que por cada aumento en esa escala, los niveles de plomo en sangre de los niños negros se incrementaron en un 1.6 por ciento.
Y la segregación de los vecindarios en sí mostró poca mejora con el tiempo: se mantuvo igual o aumentó en alrededor de un 70 por ciento de las áreas de censo de Carolina del Norte. Cuando los investigadores observaron la situación nacional, encontraron que la segregación de los vecindarios en realidad aumentó en un 69 por ciento de las áreas de censo.
"Menos niños se exponen al plomo, lo que es una excelente noticia", dijo Fischer. "Pero no podemos declarar la victoria, porque algunos niños todavía tienen una exposición alta".
Un motivo de que haya sido difícil abordar el problema, apuntaron ambos expertos, es que es "difuso".
"Ha sido vivienda por vivienda, manzana por manzana, vecindario por vecindario", explicó Miranda.
Enfatizó que proteger a los niños vulnerables del plomo es responsabilidad de "muchos grupos", desde los propietarios hasta las comunidades y los pediatras que evalúan a los niños y educan a las familias sobre cómo reducir la exposición al plomo.
"Como sociedad, debemos decidir que los niños que viven en estos vecindarios son igual de importantes que los niños en unos vecindarios más ricos y privilegiados", añadió Miranda.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen consejos para prevenir la intoxicación con plomo.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Marie Lynn Miranda, PhD, chancellor, University of Illinois Chicago; Robert Fischer, PhD, associate professor and director, Center on Poverty and Community Development, Mandel School of Applied Social Sciences, Case Western Reserve University, Cleveland; Pediatrics, Aug. 30, 2023, online