Desde el inicio de agosto se han confirmado casos de gripe aviar en los lobos marinos de un pelo en las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Buenos Aires, Argentina. Se sospecha ahora que siete lobos marinos que murieron en el balneario del partido bonaerense de Villarino también habrían sido afectado por el virus.
Los animales s estaban en las costas en diferentes localidades de la costa atlántica del país y su cercanía reactiva la preocupación por el riesgo potencial de transmisión de la gripe aviar a los humanos.
Si bien se trata de una infección que afecta principalmente a las aves silvestres y a las aves de corral, los humanos no son totalmente inmunes al patógeno. Por eso, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomendó evitar el ingreso y circulación de personas en las playas o espacios afectados.
Desde diciembre de 2021 hasta julio pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) había reportado solo 8 casos de personas en el mundo que fueron diagnosticadas con gripe aviar.
Los brotes en la Argentina empezaron a detectarse en febrero pasado en aves silvestres y luego siguieron en aves de corral. El país perdió la categoría libre de gripe aviar y luego la recuperó en agosto cuando se controlaron los brotes en aves de corral.
No es el único país afectado por la enfermedad: en 2020 se detectó una nueva cepa del virus, que llaman “H5N1 clado 2.3.4.4b”. Desde el año pasado, esa cepa circuló en América del Norte y luego llegó a Sudamérica a través de las aves migratorias. Hasta la primera semana de julio, 16 países de América Latina y el Caribe habían registrado casos de A(H5N1) en animales.
En diálogo con Infobae, Ariel Vagnozzi, veterinario y responsable del laboratorio de enfermedades de aves del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Castelar, Buenos Aires, explicó: “La trasmisión de un animal infectado por el virus de la gripe a otro de una especie distinta, incluyendo el ser humano, no es algo frecuente”.
El virus puede transmitirse de algún animal, como las aves, al humano. Eso ya lo ha conseguido. Pero hasta el momento no se ha detectado que el virus haya sufrido una adaptación. “Como el virus no está adaptado a los humanos, su transmisión desde una persona a otra es muy difícil”, aclaró el especialista que el lunes pasado brindó un conversatorio para la Sociedad Argentina de Virología.
El virus -añadió el experto- requiere “adaptaciones” para poder transmitirse forma regular en una especie y producir una epidemia. Esa “adaptación” hace, de alguna manera, que al virus no le resulte fácil replicar en otra especie.
Como los procesos de adaptación se conocen muy poco, “es difícil hacer una predicción, y cuando se hacen suelen tener un alto grado de inexactitud”, afirmó Vagnozzi.
Se puede conjeturar que cuanto más cerca esté la especie afectada por gripe aviar a los seres humanos desde el punto de vista genético, más alta más alta será la probabilidad de que el salto de especie se dé. “Teóricamente es más fácil que el virus pase de un mamífero a otro mamífero que de un ave a un mamífero, si no se consideran factores ambientales o las vías de transmisión”, señaló.
“El riesgo de transmisión de la gripe aviar a las personas está siempre presente, aunque la probabilidad es baja”, expresó Vagnozzi.
El 12 de julio pasado, la OMS y la Organización Mundial de Sanidad habían dado un alerta sobre el riesgo de la gripe aviar. Señalaron que los actuales brotes de la también llamada gripe de las aves “han causado estragos en las poblaciones animales, incluidas las aves de corral, las aves silvestres y algunos mamíferos, y han perjudicado los medios de subsistencia de los agricultores y el comercio de alimentos”.
Aunque afectan en gran medida a los animales, “estos brotes plantean riesgos permanentes para los seres humanos”. Las dos agencias sanitarias, que dependen de Naciones Unidas, instaron a los países a trabajar juntos en todos los sectores para salvar el mayor número posible de animales y proteger a las personas.
Hay también otra razón por la cual los científicos vigilan de cerca a la gripe aviar. En las cuatro pandemias de gripe de las que se tiene registro, empezando por la de 1918, los virus que las provocaron contenían al menos un segmento genómico derivado de un virus aviar.
Por el momento, lo que se sabe es que entre 2003 y abril de 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió 873 informes de infecciones humanas por gripe aviar H5N1 y 458 muertes. Eso implica una tasa de letalidad del 52%.
Según el doctor Ottorino Cosivi, director del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (PANAFTOSA) de la Organización Panamericana de la Salud, con sede en Río de Janeiro, Brasil, no se puede descartar de que el virus de la gripe aviar pueda dar lugar a una pandemia en el futuro. Aunque “por el momento, los casos de influenza aviar en humanos asociados con esta epidemia de H5N1 son aislados”.
En la región de las Américas se han registrado tres infecciones en personas causadas por influenza aviar A(H5N1): en Estados Unidos (abril de 2022), Ecuador (enero de 2023) y Chile (marzo de 2023).
“En ninguno de los casos se ha identificado una transmisión sostenida entre personas. Sin embargo, es esencial mantener y fortalecer una vigilancia sobre estos casos, pues no podemos descuidar el riesgo de una potencial pandemia derivada de un virus de influenza aviar”, sostuvo Cosivi.
Desde febrero pasado, tras la confirmación de casos de gripe aviar en aves en la Argentina, se empezó a identificar de manera temprana a las personas que habían estado expuestas con los animales afectados. El Ministerio de Salud de la Nación informó que se ha realizado seguimiento durante 10 días a esas personas.
En el último boletín epidemiológico, la cartera de Salud informó que se habían identificado 334 personas expuestas que han sido puestas bajo vigilancia y se han registrado entre ellas 20 casos sospechosos desde febrero. Esas personas fueron estudiadas por los Centros Nacionales de Influenza. No se detectó el virus de la gripe aviar en ninguno de los 20 casos sospechosos.
En los humanos, la gripe aviar puede manifestarse con cuadros asintomáticos o leves con afectación de vía aérea superior o progresar a formas graves de neumonía, distrés respiratorio y compromiso multiorgánico. Son síntomas frecuentes de gripe aviar: fiebre, tos, dolor de garganta, dolor de cabeza, falta de aire, conjuntivitis, según el subtipo de virus.
Las personas adquieren la infección principalmente a través del contacto directo con animales infectados vivos o muertos o sus entornos contaminados. La enfermedad no se transmite a las personas por el consumo de carne aviar y subproductos aviares, como pollos o huevos. El consumo de pollos o huevos “no ponen en peligro la salud de las personas”, aclaró la cartera de Salud.
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