VIERNES, 25 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- El humo de los incendios forestales canadienses envió a un gran número de personas que sufren de asma a las salas de emergencias de EE. UU. en primavera y verano, según dos nuevos informes.
Del 30 de abril al 4 de agosto de 2023, el humo de los incendios forestales fuera de control en Canadá aumentó las visitas a las salas de emergencias por asma en un 17 por ciento, respecto al promedio, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Los estados de la costa este, desde Nueva York hasta Virginia, se vieron particularmente afectados, al igual que varios estados del Medio Oeste, entre ellos Illinois, Indiana, Michigan, Minnesota, Ohio y Wisconsin.
"Estos resultados resaltan la necesidad de reducir la exposición al humo durante los incendios forestales, y pueden ayudar a orientar la planificación de la respuesta a las emergencias", planteó Cristin McArdle, una epidemióloga de los CDC que dirigió el estudio
Un segundo informe se enfocó en las visitas a emergencias relacionadas con el asma en el estado de Nueva York durante las dos primeras semanas de junio, cuando el humo de los incendios forestales canadienses arropó al estado.
En el peor día, el 7 de junio, los niveles de unas minúsculas partículas aéreas llamadas PM2.5 aumentaron a niveles que eran seis veces más altos que el promedio en la parte occidental de Nueva York, y 13 veces más altos para las personas que vivían en la ciudad de Nueva York. Ese estudio fue dirigido por Haillie Meek, una epidemióloga.
La PM2.5 es producto de la combustión, y es un peligro para las personas con asma y otras afecciones de la salud respiratoria y cardiovascular, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), porque puede meterse hasta la parte profunda del tracto respiratorio, e incluso entrar al torrente sanguíneo.
Como explicó McArdle, el humo de un incendio forestal es una mezcla de contaminantes atmosféricos, partículas pequeñas y gases peligrosos. La combinación está formada por los materiales que se queman. Esto puede incluir no solo a la vegetación, sino también a los edificios, además de una amplia variedad de materiales adicionales, dependiendo de la ubicación del incendio.
El consejo de McArdle es que "las personas con asma deben ser especialmente cuidadosas y monitorizar la calidad del aire en su comunidad, reducir el tiempo que pasan al aire libre cuando la calidad del aire sea mala, mantener el aire en interiores lo más libre posible del humo de un incendio forestal, y prestar mucha atención a los síntomas de salud".
Y añadió que "también es importante tener un suministro de medicamentos listo, por si una persona con una enfermedad pulmonar, incluyendo el asma, comienza a sentir síntomas".
El Dr. Albert Rizzo es director médico de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association). Considera que la amenaza de los incendios forestales para la salud pública solo va a empeorar.
"Observamos que aparecen cada vez más problemas a medida que el clima cambia y tenemos más incendios forestales. Sabemos que las exacerbaciones no ocurren solo entre las personas que son sensibles, las que tienen asma y EPOC, sino que también hacen que las personas tengan síntomas de tos y sibilancia, y acaben utilizando atención de urgencia y los sistemas hospitalarios", apuntó Rizzo.
"Los pacientes con asma o EPOC ya sufren inflamación, como parte de su afección", explicó. Entonces, la exposición a las partículas PM2.5 y a otros contaminantes "empeora la inflamación, lo que libera más compuestos en las vías respiratorias que hacen que las vías respiratorias se estrechen. Esto les provoca sensación de sibilancia, falta de aliento y tos".
Hay formas de mitigar el riesgo.
"Entre las cosas que les pido a mis pacientes que hagan, en primer lugar, es ser conscientes de la calidad del aire cada día, para ayudarlos a planificar su día", dijo Rizzo. "Quizá elijan no hacer ciertas cosas al aire libre que harían otro día. Tal vez también sea el día en que se dan cuenta de que deben cerrar las ventanas y recircular el aire acondicionado, usar sus filtros HEPA". Además, estos son los pacientes que, si van a salir, "tal vez sea bueno que usen una máscara N95 para ayudarlos en esos días malos".
Los dos nuevos estudios de los CDC solo cubrieron las visitas a la sala de emergencias, anotó otra experta, la Dra. Jacqueline Moline. Considera que es probable que haya muchas más personas que sufren exacerbaciones de asma durante los días con un aire malo, que visitaron al médico o que simplemente se aguantaron.
"Lamentablemente, parece que los incendios forestales están aumentando, y que se están propagando más", señaló Moline, vicepresidenta sénior de medicina ocupacional, epidemiología y prevención de Northwell Health, en New Hyde Park, Nueva York. "No recuerdo haber visto un incendio forestal de este tipo, que se propagara desde Canadá con el flujo del viento predominante, pero pienso que todo se está calentando, y con los cambios en el clima veremos a más personas con exacerbaciones de asma".
Los dos informes se publicaron en la edición del 25 de agosto de la revista de los CDC, Morbidity and Mortality Weekly Report.
Más información
Aprenda más sobre cómo protegerse del humo de los incendios forestales en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Cristin McArdle, PhD, epidemiologist, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Albert Rizzo, MD, chief medical officer, American Lung Association; Jacqueline Moline, MD, senior vice president, occupational medicine, epidemiology and prevention, Northwell Health, New Hyde Park, N.Y.; Morbidity and Mortality Weekly Report, Aug. 25, 2023