Maju Lozano se despidió del ciclo “Todas las tardes” (El Nueve) luego de siete temporadas para buscar un nuevo rumbo en su carrera. Al despedirse, comenzó a expresar sus sentimientos por su partida y sorprendió al contar que fue diagnosticada con autismo. “Soy autista. Para mí fue volver a nacer, reconstruir 51 años de dudas, de buscar explicaciones donde no las había. No quiero explicar el autismo, es algo que todavía estoy aprendiendo. Me parece que lo más importante es que ya no estoy más rota, siempre me sentí una persona rota”, aseguró la conductora.
“En un momento pensé que era adoptada. Desde que era muy chica sentí que era un mundo en el que yo no pertenecía, que no había grupos en los que yo me identificaba. Me sucedían cosas que no entendía, como no tolerar el color rojo, no poder comer frutillas, no poder comer arándanos, no poder ponerme ropa roja. Ahora entiendo que no voy a comer frutillas no porque soy una loca de mierda, sino porque no soporto las texturas de las frutillas, algunos sonidos o luces”, relató.
Luego aclaró que decidió hacer público su diagnóstico con el objetivo de desmitificar prejuicios sobre el autismo. “Es una condición y es un espectro. Lo cuento porque siempre fui sincera y me parece que desde mi lugar puedo ayudar a alguien a despejar dudas. Aunque no soy abanderada nada, apenas puedo con mi vida”, afirmó. En el final, Lozano expresó: “Hay días que no pasa nada y hay días que me duele que me toquen, que me miren. Pero siempre estoy desde un lugar de gratitud. Es importante saber de dónde uno viene, tener explicaciones a un montón de cosas, es algo que nos merecemos todos”.
La conductora se sumó con su diagnóstico de autismo a varios famosos, que han hecho público en los últimos tiempos sus malestares psicológicos y los problemas que han debido enfrentar con trastornos como la ansiedad, la depresión o los ataques de pánico, como fue el caso de Tini Stoessel, Lali Espósito y Alejandro Sanz, entre otros.
Qué es el autismo
De acuerdo con los especialistas del centro de salud e investigación estadounidense Clínica Mayo, “el trastorno del espectro autista (TEA) es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El término «espectro» se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad”.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) , una guía creada por la Asociación Americana de Psiquiatría, las personas con trastornos del espectro autista a menudo tienen dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas; intereses limitados y comportamientos repetitivos y síntomas que aumentan su capacidad para desempeñarse en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida. Los síntomas se manifiestan primariamente en los primeros dos años de vida, aunque el diagnóstico suele tardar algunos años más.
“Las primeras manifestaciones en los niños son las alteraciones en la comunicación no verbal, como por ejemplo bajo contacto visual, pocas sonrisas, escasos o ningún gesto comunicativo para señalar o compartir”, dijo a Infobae la doctora Silvia Panighini, jefa del Sector de Psiquiatría Infantil de Fleni. “Muchos chicos con TEA también presentan demoras en el desarrollo del lenguaje: escaso balbuceo y poca imitación de sonidos, repetición de lo escuchado o una evolución más lenta en el habla. El juego puede ser repetitivo y solitario.
Las personas con esta condición, suelen tener presentar particularidades en el procesamiento de los estímulos sensoriales como intolerancia a ciertos sonidos, fascinación por el movimiento de objetos o preferencia por determinadas texturas. Una característica que Lozano destacó cuando comentó como se manifestaba en ella el TEA.
A lo largo de su desarrollo, las personas con TEA pueden tener dificultades para relacionarse con otros, interpretar sus gestos o intenciones y compartir sus intereses. Estos desafíos en la comunicación y socialización con mucha frecuencia se encuentran asociados a otras dificultades que pueden interferir en su funcionamiento y que suelen ser el motivo de la consulta inicial. Por ejemplo las dificultades en la motricidad fina y gruesa, los breves rangos atencionales, y los problemas de aprendizaje y conducta. En muchos chicos y jóvenes, además sobresalen las capacidades de memoria e interés por determinados temas que los transforman en expertos conocedores de temas específicos.
Diagnóstico y tratamiento en adultos
“Con frecuencia, es más difícil diagnosticar los trastornos del espectro autista en los adultos que en los niños. En los adultos, algunos síntomas del espectro autista pueden coincidir con los de otros trastornos de salud mental, como el trastorno de ansiedad o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad”, afirmó el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
Y recomendó: “Cualquier adulto que note que tiene señales o síntomas de trastornos del espectro autista debe hablar con el médico y pedirle que lo derive para que le realicen una evaluación de estos trastornos”
La evaluación, según esta institución, también puede incluir conversaciones con los padres y otras personas que alguna vez los cuidaron, así como con otros miembros de la familia para conocer el historial del desarrollo temprano de la persona, lo que puede ayudar a obtener un diagnóstico preciso. “Obtener un diagnóstico correcto de un trastorno autista como adulto puede ayudar a las personas a comprender los desafíos del pasado, identificar las fortalezas personales y encontrar el tipo adecuado de ayuda. Se están realizando estudios para determinar los tipos de servicios y de apoyo que pueden ser los más útiles para mejorar el funcionamiento y la integración en la comunidad de los adultos y los jóvenes autistas en edad de transición”, afirmaron.
El tratamiento de los trastornos del espectro autista debe comenzar lo antes posible después del diagnóstico. “El tratamiento temprano es importante porque la atención y los servicios adecuados pueden disminuir las dificultades que tienen las personas al mismo tiempo que las ayudan a aprender nuevas habilidades y aprovechar al máximo sus fortalezas. La gran cantidad de problemas que enfrentan las personas con estos trastornos significa que no existe un solo tratamiento que sea el mejor para el espectro autista. Trabajar en estrecha colaboración con un médico es importante para encontrar la mejor combinación de tratamientos y servicios”, aseguró el instituto.
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