Mitch McConnell se acercó al podio y comenzó a hablar sobre el proyecto de ley anual de defensa, cuando de repente se quedó sin palabras durante unos 20 segundos hasta que sus asesores y colegas senadores se acercaron, lo tomaron por un brazo y le preguntaron si quería volver a su despacho.
No respondió, pero caminó lentamente de regreso a su oficina acompañado por un asesor y por el senador de Wyoming John Barrasso, un ex cirujano ortopédico.
Pero el veterano político de Kentucky regresó varios minutos después y les dijo a los periodistas: “Estoy bien”. Luego respondió preguntas sobre varios temas políticos. McConnell se negó a explicar por qué se quedó paralizado, aunque un asistente dijo que se sentía mareado.
El doctor Elmer Huerta, especialista en oncología y salud pública, le aseguró a la cadena CNN que el senador sufrió una “afasia de expresión”.
“Mitch McConnell sufrió una afasia de expresión y deberían haberlo llevado cuanto antes a un hospital para hacerle pruebas y corroborar su estado”, indicó Huerta.
Últimamente, el político tuvo varias caídas. En marzo, McConnell fue hospitalizado tras tropezar y caerse durante una cena privada. Sufrió una conmoción cerebral y una fractura de costilla, y permaneció seis semanas fuera del Senado en recuperación. Ya anteriormente se había caído en febrero, en Finlandia. Cuando salió de su automóvil en un día de nieve, el líder republicano tropezó y cayó, dijeron las fuentes sobre el incidente. Se sacudió el polvo y continuó con la reunión.
Y justo este mes en el Aeropuerto Nacional Reagan en Washington, McConnell estaba bajando del avión cuando tropezó y cayó, dijo una fuente familiarizada con este incidente.
McConnell, de 81 años, sobrevivió a la polio cuando era niño y durante mucho tiempo ha caminado con una ligera cojera. Sus caídas en ocasiones han causado lesiones graves, como en 2019, cuando se cayó en su casa de Louisville y se fracturó el hombro.
El evento reciente representa la segunda vez en muchos meses que McConnell tuvo un incidente inusual en su conferencia de prensa semanal. Otra situación ocurrió en junio cuando tuvo problemas para escuchar las preguntas de los reporteros que los senadores a su lado podían escuchar claramente.
Consultado por Infobae, el doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó: “Cuando un paciente tiene un episodio así, uno se tiene que plantear, ¿qué pasó con él? ¿Tuvo un problema del lenguaje y no pudo expresarse? ¿Se quedó internamente confundido? ¿O tuvo un tipo de ausencia y desconexión? No parece haber sido esto último sino un episodio en el que quedó como confuso, como amnésico, y podría haber sido algún tipo de trastorno del lenguaje. Pero, habitualmente, los trastornos del lenguaje, en el que la persona se queda sin hablar nada, tampoco son tan frecuentes. Como él, después del episodio, reapareció para decir “Estoy bien”, uno asume que es algo transitorio. Dentro de las causas de este tipo de episodios pueden estar la epilepsia y los accidentes isquémicos transitorios”.
Qué es la afasia
Según el doctor Huerta, una de las posibilidades de lo que sufrió el político es una afasia. De acuerdo a la Clínica Mayo, la afasia es un trastorno que afecta la manera en que nos comunicamos. “Puede afectar el habla, además de la forma en que escribimos y comprendemos el lenguaje escrito y oral. Suele presentarse de forma repentina después de un accidente cerebrovascular o una lesión en la cabeza. Sin embargo, también puede aparecer progresivamente a causa de un tumor cerebral de desarrollo lento o una enfermedad que causa daño progresivo y permanente (degenerativa). La gravedad de la afasia depende de varios factores, incluida la causa y el alcance del daño cerebral”.
El doctor Andersson explicó: “La afasia es un trastorno del lenguaje por compromiso del área instrumental del lenguaje que habitualmente está en el hemisferio cerebral izquierdo, en la mitad delantera, parte en el lóbulo temporal y parte en el lóbulo frontal. El área temporal o de Wernicke es la que tiene la parte comprensiva, la que es la entrada del lenguaje. El área frontal se llama de Broca y es el área expresiva, el de la salida del lenguaje. Obviamente, si estas se comprometen, el lenguaje se altera. ¿Por qué pueden dejar de funcionar? Porque la persona tuvo un trastorno vascular, que puede ser transitorio o no, y también puede ser una crisis epiléptica. Yo tengo pacientes epilépticos que tienen justo el foco epiléptico ahí. El tema es que lo habitual es que el paciente, si tiene un compromiso expresivo, empieza a hablar medio raro, como a tener dificultad para articular la palabra”.
Y agregó: “En el caso comprensivo, si el daño no fuera del área frontal, sino que fuera del lóbulo temporal, el paciente articula bien, pero hace una ensalada de palabras. Dice incoherencias. Que el paciente se quede absolutamente sin decir nada, puede ocurrir, pero no siempre es así”, indicó el médico.
Síntomas
La afasia es un síntoma de alguna otra afección, como un accidente cerebrovascular o un tumor cerebral, según la Clínica Mayo. Las siguientes conductas son frecuentes en personas con afasia: hablar con oraciones cortas o incompletas; decir oraciones sin sentido; sustituir una palabra o un sonido por otro; decir palabras irreconocibles; dificultad para encontrar las palabras; no comprender conversaciones de otras personas; no entender lo que leen y escribir oraciones sin sentido.
Entre sus principales causas, la Clínica Mayo afirmó que “la más frecuente es el daño cerebral que resulta de un accidente cerebrovascular, es decir, el bloqueo o la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. La falta de suministro de sangre al cerebro produce la muerte de las células cerebrales o daño en las regiones que controlan el lenguaje”.
También puede haber otras causas: “El daño cerebral producido por una lesión grave en la cabeza, un tumor, una infección o un proceso degenerativo también produce afasia. En estos casos, la afección generalmente ocurre con otros tipos de trastornos cognitivos, como problemas de memoria o confusión”, describió la clínica.
Los accidentes isquémicos transitorios
Según la Clínica Mayo, un accidente isquémico transitorio, otra de las posibles causas del episodio que sufrió el político estadounidense, es “un período temporal de síntomas similares a los que se presentan en un accidente cerebrovascular. Un accidente isquémico transitorio suele durar unos pocos minutos y no genera un daño permanente”.
El doctor Andersson señaló: “Las afasias muchas veces son de origen vascular. El compromiso vascular puede ser transitorio y por tanto la manifestación clínica es transitoria. Las afasias, según cuál es el área que se compromete, va a ser la manifestación que tenga. Fundamentalmente, las afasias se dividen en expresivas y comprensivas. Las primeras tienen que ver con el área de Broca, que está en el lóbulo frontal izquierdo, y las comprensivas tienen que ver con el lóbulo temporal, que es el área de Wernicke. Pero también hay algunas otras opciones porque a veces los daños están entre la zona instrumental del lenguaje y la que lo conecta con el resto del cerebro, se llaman las fases de conducción, hay muchas opciones, evidentemente el político la tuvo de forma transitoria”.
Un accidente isquémico transitorio puede servir como advertencia de un accidente cerebrovascular futuro y una oportunidad para evitarlo. “Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son sumamente frecuentes, los tiene un enorme porcentaje de la población. En Argentina se produce un ACV cada 3 o 4 minutos, una cifra muy grande”, explicó Andersson.
“Un accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando se interrumpe o se reduce el suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. Las células cerebrales comienzan a morir en minutos”, definió la Clínica Mayo.
Dentro de los accidentes cerebrovasculares hay un grupo que son los transitorios y otro que son los hemorrágicos. “Los accidentes transitorios hemorrágicos son el 20%, mientras que el 80% son isquémicos. De estos últimos, hay un porcentaje que es transitorio. Y de los transitorios lo que es importante tener en cuenta es que la tercera parte se repiten de manera definitiva. O sea, quedan como un ACV establecido y fijo, no reversible. Por eso es que estos episodios son una llamada de atención importantísima para evaluarse, estudiarse, ver cuál es el factor de riesgo que será el cuadro y controlarlo para ahorrarse, por lo menos en el 33% de los casos, un ACV definitivo”, advirtió Andersson.
Y concluyó: “En la mayoría de los pacientes las causas vasculares tienen que ver con depósitos de colesterol, calcificaciones, ulceración de las arterias, trombos, émbolos, con ese desgaste arterial. Hay medicamentos para atenuar todo esto, los antiagregantes plaquetarios como la aspirina o clopidogrel y otros pacientes se anticoagulan. A veces estos procesos de desgaste vascular vienen de la parte cardíaca, son episodios cardiogénicos pero muchas veces provienen de arterias pequeñas del cerebro y otras arterias más grandes como las carótidas, los vasos del cuello”, afirmó el médico.
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