La discapacidad auditiva afecta a alrededor de 1500 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La audición es un aspecto clave del funcionamiento en todas las etapas de la vida, y su pérdida, a menos que se atienda adecuadamente, afecta a la sociedad en su conjunto.
La OMS pronostica que para 2050, casi 2500 millones de personas tendrán algún grado de pérdida auditiva y al menos 700 millones necesitarán rehabilitación auditiva.
Pero, un nuevo estudio, publicado en The Lancet, viene a dar una noticia esperanzadora sobre este tema: los adultos mayores con más riesgo de demencia pueden protegerse contra el deterioro cognitivo mediante el uso de audífonos. El estudio encontró que el uso de estos dispositivos para escuchar puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo en casi la mitad (48 por ciento) de los adultos con más factores de riesgo de demencia, como presión arterial elevada, tasas altas de diabetes, educación e ingresos más bajos, y quienes viven solos.
“Fue una sorpresa en el buen sentido, ver que la intervención auditiva tuvo un efecto tan grande en la reducción del deterioro cognitivo”, dijo Frank Lin, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y la Escuela de Salud Pública Bloomberg, quien fue el autor principal del estudio.
María Agustina Leiro, licenciada en Fonoaudiología (MN 8343) explicó a Infobae: “La pérdida de audición es común en todo el mundo, pero a menudo no se trata, especialmente en países de ingresos bajos y medios”.
Y agregó: “La hipoacusia es muy frecuente en los adultos mayores, y esto repercute en su capacidad para poder comprender y seguir las conversaciones en su vida cotidiana, en su entorno social. Esto puede ser frustrante, hasta peligroso, porque pierden su capacidad de autosuficiencia y empiezan a aislarse. Pero, la pérdida de audición no solo afecta a la capacidad auditiva, sino que va mucho más allá y es fundamental que podamos cuidar el bienestar físico y mental del individuo”.
La pérdida de audición relacionada con la edad casi duplica el riesgo de demencia, mostró otro informe anterior en The Lancet: representa más del 8 por ciento de todos los casos de demencia. Es decir, 800,000 de los casi 10 millones de nuevos casos de demencia diagnosticados cada año.
Cómo se realizó el estudio
La investigación liderada por Frank Lin, se realizó durante un período de tres años. El ensayo controlado aleatorio estudió a casi 1000 adultos mayores, de 70 a 84 años, en cuatro lugares de los Estados Unidos. Los participantes incluyeron adultos mayores en un estudio en curso sobre la salud cardiovascular (Riesgo de Aterosclerosis en las Comunidades (ARIC)) y otros que eran más saludables que los adultos del ARIC.
Cuando se combinaron los dos grupos, se demostró que el uso de audífonos no tuvo un efecto significativo en la desaceleración de los cambios cognitivos. Sin embargo, cuando el grupo el grupo ARIC, con mayor riesgo de demencia, se analizó por separado, los investigadores encontraron que la intervención auditiva (asesoramiento con un audiólogo y uso de audífonos) tuvo un impacto significativo en la reducción del deterioro cognitivo. Aquellos considerados con alto riesgo de demencia tenían puntajes cognitivos más bajos, entre otros factores.
Cuando se combinaron los grupos, la tasa más lenta de deterioro cognitivo experimentado por los participantes más sanos podría haber limitado cualquier efecto de los audífonos, sugirieron los investigadores.
Aún se desconoce si el tratamiento auditivo reduce el riesgo de desarrollar demencia a largo plazo. “Esa es la próxima gran pregunta, y algo que aún no podemos responder”, dijo Lin.
El mejor antídoto es la prevención
La hipoacusia tiene un importante impacto en la gente mayor, produciendo problemas graves como puede ser la soledad, ansiedad, depresión ya que disminuye su calidad de vida, advirtió la licenciada Leiro.
“De por sí es una etapa en donde se presentan problemas cognitivos por el propio desgaste fisiológico del envejecimiento, pero esto puede y está comprobado, agravarse aún más cuando se presenta una pérdida auditiva. Principalmente, porque se ve afectada la rapidez con que se puede ir procesando la información, la memoria. Se ha comprobado que las pérdidas auditivas pueden ser leves, moderadas, severas, con diferentes niveles, y dependiendo también de esto, pueden generar posibilidades de desarrollar demencia. Con lo cual, ante la detección de una pérdida auditiva, debemos acudir al médico, hacer los estudios pertinentes y tomar las riendas necesarias para poder mejorar nuestra condición auditiva, porque esto también va a mejorar nuestra condición a nivel personal, a social y por supuesto, a nivel cognitivo”, indicó Leiro, quien integra el equipo GAES Amplifón.
El uso de audífonos cuando es necesario se suma a las medidas que se deben tomar sobre los factores de riesgo modificables para prevenir las demencias y en especial la enfermedad de Alzheimer, como recomendó el doctor Luis Ignacio Brusco, médico neurólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en un reciente artículo de Infobae.
Entre los factores de riesgo se encuentran “la presión arterial, el colesterol, los traumatismo del cráneo, la hipoacusia, no realizar ejercicio físico, la obesidad y otros más concretos que para nosotros son más modificables, como el sueño. Estudiar estos factores de riesgo modificables permitiría, a largo plazo, aumentar el tiempo de vida exitosa y reducir la cantidad de vida con esta enfermedad o no tenerla directamente”, expresó el médico.
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