Cuáles son los factores poco conocidos que hacen que las mujeres tengan mayor riesgo de demencia

Una investigación realizada por la médica argentina Lucía Crivelli, que se publicó en The Lancet Healthy Longevity, analizó el peso de las desigualdades de género y socioeconómicas en el diagnóstico de la enfermedad. Por qué su modificación podría prevenir el 40 % de los casos

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El estudio enfocó especialmente la relación entre el género y la enfermedad de Alzheimer: se sabe que es una patología más prevalente en ellas. De hecho, 2 de cada 3 pacientes son mujeres (Getty)
El estudio enfocó especialmente la relación entre el género y la enfermedad de Alzheimer: se sabe que es una patología más prevalente en ellas. De hecho, 2 de cada 3 pacientes son mujeres (Getty)

En América Latina y el Caribe, donde hay más desigualdades de género y socioeconómicas, la prevalencia de demencia es mayor, especialmente en las mujeres. De este tema se trata un reciente artículo de la doctora Lucía Crivelli, Jefa de Neuropsicología de Fleni. El trabajo fue publicado en la revista The Lancet Healthy Longevity.

En el estudio, la médica argentina y su equipo discutieron los factores de riesgo socioeconómicos para la demencia y señalaron otros que están ocultos y afectan, en especial, a las mujeres. Además, destacaron la influencia de los roles de género y la necesidad de abordar estos factores ocultos con el fin de lograr información de alta calidad, que pueda alentar políticas públicas para mejorar la salud femenina.

Interesadas en investigar cuáles son las cuestiones propias de nuestro continente y el Caribe que pueden incidir en la prevalencia de las demencias, Crivelli junto a las coautoras Fabiana Ribeiro y Anja Leist (de la Universidad de Luxemburgo), afirmaron en el estudio que está demostrado ampliamente que un nivel socioeconómico bajo está asociado con una mayor incidencia de problemas físicos (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares) y enfermedad mental (trastornos del estado de ánimo) durante la mediana edad, y con el inicio de la demencia después de los 60 años.

“Desde la perspectiva del curso de la vida, la demencia es una consecuencia de factores acumulados durante los períodos de vida tempranos, medios y posteriores, en los que los factores genéticos y socioeconómicos pueden interactuar, lo que lleva a un mayor o menor riesgo de demencia”, señalaron.

Doctora Lucía Crivelli, Jefa de Neuropsicología de Fleni, una de las autoras del estudio publicado en The Lancet Healthy Longevity
Doctora Lucía Crivelli, Jefa de Neuropsicología de Fleni, una de las autoras del estudio publicado en The Lancet Healthy Longevity

Por qué ellas son las más afectadas

El estudio se enfocó especialmente en la relación entre el género y la enfermedad de Alzheimer, ya que se sabe que es una patología más prevalente en ellas. De hecho, 2 de cada 3 pacientes son mujeres.

Infobae consultó a la doctora Lucía Crivelli respecto a las causas y la especialista respondió que existen varios factores de riesgo que contribuyen a desarrollar la enfermedad. “Algunos de ellos no son modificables, como la genética y la edad. Otros, en cambio, los podemos modificar y se relacionan con el estilo de vida. La actividad física, la estimulación cognitiva, la dieta y el control de factores de riesgo cardiovascular tienen una gran influencia y explican alrededor del 56% de los casos en Latinoamérica, según la literatura actual”.

Y agregó: “Sabemos que la demencia es más frecuente en mujeres. Entonces, ¿a qué se puede deber? Basándonos en la evidencia científica podemos mencionar algunas variables que podrían estar involucradas”, señaló Crivelli. Es por eso que enumeró:

1. Los roles culturales. En sociedades colectivistas, donde se refuerzan representaciones sociales ligadas a la familia y a la religión, el rol de las mujeres está reservado para el cuidado de los hijos y del hogar. Este papel podría tener un efecto negativo en las mujeres debido a que reducen sus posibilidades de acceder a un mayor nivel educativo y, por consiguiente, a oportunidades laborales, que a su vez podrían conducir al aislamiento social y a un estilo de vida más sedentario.

“Entender cómo los roles de género afectan al ciclo de vida de la población de Latinoamérica será fundamental para desarrollar estrategias de intervención adecuadas para la demencia”, dijo Crivelli (Getty Images)
“Entender cómo los roles de género afectan al ciclo de vida de la población de Latinoamérica será fundamental para desarrollar estrategias de intervención adecuadas para la demencia”, dijo Crivelli (Getty Images)

2. Exposición a factores de riesgo. La obesidad y la malnutrición son factores de riesgo conocidos para el deterioro cognitivo y la demencia debido a su rol en la presencia de síndrome metabólico, alteraciones cerebrales y enfermedades cardiovasculares. Estos son más prevalentes en mujeres que en hombres.

3. Violencia física. El 82% de las víctimas de homicidio por parte de una pareja íntima son mujeres. La exposición a la violencia de manera crónica puede reducir la calidad de vida y facilitar la aparición de trastornos psicológicos (como la depresión), relacionados al deterioro cognitivo.

4. Peores índices de salud. Debido al menor acceso a posibilidades de crecimiento económico, a atención médica de calidad y a condiciones de vida saludables.

5. Longevidad. Dado que las mujeres viven más que los hombres, y el mayor factor de riesgo para la demencia es la edad, la exposición a la enfermedad es mayor en el grupo de las mujeres.

“Un meta-análisis sobre la incidencia de demencia de tipo Alzheimer en Europa también observó que la incidencia es mayor en mujeres (13 en 1000 mujeres tienen Alzheimer cada año mientras que 7 en 1000 hombres en el mismo lapso)”, explicó Crivelli.

"La obesidad y la malnutrición son factores de riesgo conocidos para el deterioro cognitivo y la demencia debido a su rol en la presencia de síndrome metabólico, alteraciones cerebrales y enfermedades cardiovasculares", expresó la doctora Crivelli Foto: Christin Klose/dpa
"La obesidad y la malnutrición son factores de riesgo conocidos para el deterioro cognitivo y la demencia debido a su rol en la presencia de síndrome metabólico, alteraciones cerebrales y enfermedades cardiovasculares", expresó la doctora Crivelli Foto: Christin Klose/dpa

La doctora señaló que el principal modus operandi de las desigualdades de género y socioeconómicas en la prevalencia radica en el aumento de los factores de riesgo para el deterioro cognitivo. “Si las mujeres se ven obligadas a dejar sus metas y a dedicar su vida al cuidado familiar, las posibilidades de incrementar estilos de vida sedentarios con actividades poco complejas aumenta de manera significativa”, indicó la experta.

Al tiempo que aclaró que, “si bien el nivel educativo en la población general parece aumentar de a poco en tendencia, aún no se anima a las mujeres a ser económicamente independientes y son minoría en ámbitos de trabajo formal”. Es más, según indicó, las diferencias de género traspasan las barreras sociales y son transversales a la vida cotidiana de las mujeres en el mundo.

“Incluso en estratos sociales con mayores posibilidades de acceso y de oportunidades laborales, las mujeres tienen salarios más bajos y trabajos de menor complejidad. Finalmente, el rol de cuidado podría incidir en el acceso a sistemas de salud y a la postergación de los cuidados médicos. Estas variables, junto a representaciones sociales negativas asociadas al envejecimiento (asociadas al viejismo y a la falta de diagnóstico temprano), suman la transmisión intergeneracional de desventajas”, afirmó la médica.

Las desigualdades de género y socioeconómicas inciden en el aumento de los factores de riesgo para el deterioro cognitivo
Las desigualdades de género y socioeconómicas inciden en el aumento de los factores de riesgo para el deterioro cognitivo

12 factores de riesgo a controlar

Lucía Crivelli mencionó que son doce los factores de riesgo a controlar para prevenir cualquier demencia, no solo la enfermedad de Alzheimer, a lo largo de la vida. “Si se modifican, se podrían evitar o retrasar alrededor del 40 % de los casos de demencia en todo el mundo”, afirmó la doctora.

Según el estudio, en 2020, la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia proporcionó una lista actualizada de doce factores de riesgo para la demencia a lo largo del curso de la vida:

- En la vida temprana: educación

- En la mediana edad: pérdida de audición, lesión cerebral traumática, hipertensión, abuso de alcohol y obesidad

- En la edad adulta: tabaquismo, depresión, aislamiento social, inactividad física, diabetes y contaminación del aire

La experta advirtió que si las mujeres se ven obligadas a dejar sus metas para centrarse en el cuidado familiar, las chances de que adopten estilos de vida sedentarios se incrementan
(iStock)
La experta advirtió que si las mujeres se ven obligadas a dejar sus metas para centrarse en el cuidado familiar, las chances de que adopten estilos de vida sedentarios se incrementan (iStock)

Crivelli explicó que “es necesario que las investigaciones sobre la prevalencia de demencia e inicio temprano de la enfermedad incluyan la perspectiva de género dado que estos roles tienen efectos en el riesgo de demencia. Los factores socioeconómicos afectan al desarrollo intelectual y físico y repercuten en la salud en etapas posteriores de la vida. Desde el acceso a la educación y oportunidades profesionales, embarazo adolescente, la malnutrición, la violencia de género, el tabaquismo y el consumo de alcohol; como también los efectos directos e indirectos de estos roles de género impactan en el riesgo de demencia”.

A pesar de los avances positivos que se han producido en algunos países de la región, que han logrado que las mujeres cuenten con un mayor nivel educativo e inserción laboral, aún permanecen las normas de género y es probable que sigan afectando a las mujeres jóvenes durante muchos años.

El impacto de la violencia de género y la salud mental

Las mujeres que sobreviven a episodios de violencia de género, explicó Crivelli, se enfrentan a consecuencias severas en la salud mental y física (como traumatismos cerebrales, un factor de riesgo para la demencia). “Estas mujeres no suelen buscar ayuda legal ni médica. Los daños en la salud mental tienen efectos importantes, y en el caso de la demencia, la depresión y ansiedad dan cuenta del 7% de los factores de riesgo modificables para esa enfermedad degenerativa”, indicó la médica.

El embarazo adolescente suele forzar a las jóvenes a tener que adoptar el rol de madre, abandonando sus estudios y a la larga, tener menos posibilidades laborales y económicas, que inciden en el cuidado de su salud Foto: Andina.
El embarazo adolescente suele forzar a las jóvenes a tener que adoptar el rol de madre, abandonando sus estudios y a la larga, tener menos posibilidades laborales y económicas, que inciden en el cuidado de su salud Foto: Andina.

La exposición permanente a la violencia puede generar graves consecuencias para la salud, que convierte a la violencia de género en un asunto de salud pública, advirtió la doctora Crivelli: “Uno de los pocos estudios que exploró los efectos de la violencia de pareja íntima durante el curso de la vida y su asociación con la demencia y el riesgo de mortalidad en la vejez encontró que 782 (alrededor del 6%) de 12.259 mujeres, de 70 a 75 años, que viven en Australia reportaron violencia de pareja, y que ellas tenían peor salud psicológica y eran más propensas a depresión que aquellas que no reportaron violencia”.

También el embarazo adolescente suele forzar a las jóvenes a tener que adoptar el rol de madre, abandonando sus estudios, indicó Crivelli. “Esto hace que estas madres jóvenes (15 a 19 años) tengan menos probabilidades de terminar la secundaria, entrar en el ámbito laboral y ser económicamente autónomas”.

“El embarazo adolescente genera un ciclo que perpetúa intergeneracionalmente los bajos niveles educativos, pobreza y salud pobre - continuó la experta-. Todo esto representa un factor de riesgo para la salud mental, apoyo social y consumo problemático de sustancias. Mejorar las condiciones socio-económicas para estas jóvenes, es de vital importancia para poder garantizar que puedan ser madres y seguir formándose educativa y laboralmente”.

Existen varios factores de riesgo que contribuyen a desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Algunos de ellos son factores no modificables, como la genética y la edad
Existen varios factores de riesgo que contribuyen a desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Algunos de ellos son factores no modificables, como la genética y la edad

Medidas de prevención

Según explicó Crivelli, el artículo pretende fomentar la investigación para que se incorpore y discuta factores específicos del sexo y el género como también políticas públicas que desarrollen una capacidad diferenciada y efectiva para la prevención de la demencia que sea sensible a las diferencias de género.

¿Cómo prevenir? “Entender cómo los roles de género afectan al ciclo de vida de la población de Latinoamérica será fundamental para desarrollar estrategias de intervención adecuadas para la demencia”, respondió Crivelli. A esto deben sumarse las estrategias de prevención generales como:

- Ejercicio físico

- Dieta equilibrada

- Higiene del sueño

- Participación en actividades sociales, novedosas y estimulantes

- Control de factores de riesgo cardiovascular

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