Muchos niños tienen dificultades en las clases de matemáticas, en tareas como realizar sumas, restas y demás, pero para algunos los problemas van más allá. Si estos son serios y persistentes, pueden ser la señal de un trastorno del aprendizaje llamado discalculia.
Según la Child Mind Institute la discalculia es un término usado para describir trastornos específicos del aprendizaje que afectan la capacidad de un niño para comprender, aprender y realizar operaciones matemáticas y basadas en números.
El doctor Esteban Vaucheret Paz (MN 97862), neurólogo infantil y jefe del servicio interino de Neurología Pediátrica del Hospital Italiano, definió la discalculia a Infobae: “Es un trastorno específico del aprendizaje que se caracteriza por una alteración en el aprendizaje de la capacidad aritmética, no justificable por otras dificultades neurológicas o porque la persona haya estado sometida a una escolaridad inadecuada”.
“El déficit compromete especialmente el dominio de la aritmética como la adición, sustracción, multiplicación y división, más que otros conocimientos matemáticos como el álgebra o la geometría. Si bien es un trastorno menos estudiado que la dislexia, se cree que entre el 3 y el 7% de los niños en escolaridad primaria presentan discalculia”, explicó el médico.
Según Child Mind Institute, en la actualidad la discalculia se presenta tanto en niños como en niñas por igual. Pero ¿todas las dificultades con las matemáticas son causadas por la discalculia? El doctor Vaucheret Paz respondió que no y que las matemáticas nos pueden resultar “difíciles” por diferentes motivos: “Existen muchas causas por las cuales una persona puede tener un menor rendimiento en matemáticas, por ejemplo, no haber tenido la oportunidad de estar expuesto a una educación adecuada o presentar otros problemas neurológicos como una discapacidad intelectual, no tener una adecuada estrategia de aprendizaje, poseer un estilo de trabajo desorganizado o ser una persona dispersa”.
El médico agregó: “La discalculia involucra un compromiso en el desarrollo de las funciones cognitivas que usamos en los procesos matemáticos (como por ejemplo, la memoria de trabajo o las habilidades visoespaciales (N del R: capacidad para representar, analizar y manipular objetos mentalmente), que traen como consecuencia problemas en el manejo de los números, signos matemáticos, operaciones aritméticas (adición, sustracción, multiplicación y división). Debido a que es un problema en el desarrollo, si bien se diagnostica en un determinado momento de la vida, la condición se trae desde el nacimiento y no tiene que ver con una situación emocional, familiar o escolar determinada”.
A qué estar atentos
El doctor Vaucheret Paz señaló: “Más allá de la esperable dificultad en la resolución de tareas matemáticas que tienen las personas con discalculia, existen factores que nos pueden alertar de esta situación. Por ejemplo, problemas en el reconocimiento de números y especialmente en la seriación, es decir en poder comprender y manipular la recta numérica pasando del 1 al 2, del 2 al 3 y así sucesivamente; confundir el valor cuantitativo y espacial del número (por ejemplo, 23 por 32). Otro factor a tener en cuenta es su frecuente asociación con trastornos en la lectura, por lo que sería conveniente buscarlo en aquellas personas con dislexia”.
Según Child Mind Institute, un niño pequeño con discalculia puede tener estas características:
- Dificultad para reconocer números. Tardar más en aprender a contar.
- Tener problemas para conectar los símbolos numéricos (5) con sus palabras correspondientes (cinco).
- Tener dificultades para reconocer patrones y poner las cosas en orden.
- Perder el hilo mientras cuenta.
- Necesitar apoyos visuales, como los dedos, para ayudarse a contar.
Y a medida que las matemáticas se convierten en una parte importante del día escolar, los niños con discalculia probablemente tenga dificultades para:
- Aprender funciones matemáticas básicas como sumas, restas, tablas de multiplicar y más. Comprender los conceptos detrás de los problemas lógicos y otros cálculos matemáticos no numéricos.
- Estimar cuánto tiempo llevará completar una tarea.
- Procesar ideas visoespaciales como gráficos y tablas.
El impacto de la discalculia no se detiene cuando termina la clase de matemáticas. El trastorno también puede afectar a los niños fuera de la escuela, quienes pueden presentar:
- Problemas para recordar números como códigos postales, números de teléfono o el marcador en los juegos.
- Experimentan desafíos con cuestiones de dinero: contar billetes, dividir la cuenta o estimar cuánto costará algo.
- Pueden tener dificultades para juzgar la longitud de las distancias, recordar direcciones e identificar/diferenciar la izquierda o la derecha.
La mayor señal de un trastorno específico del aprendizaje es una notable discrepancia entre la capacidad y la aptitud. Un niño con discalculia puede tener un buen desempeño en otras materias, como inglés o historia, pero presentar calificaciones muy bajas en matemáticas y en otras clases basadas en esta ciencia.
Cómo debe tratarse
El doctor explicó que no existe una medicación específica para este tipo de trastornos, sino que “el tratamiento consiste en rehabilitar las funciones cognitivas implicadas en el aprendizaje de las matemáticas a través de ejercicios y estrategias específicas. Estos tratamientos son realizados por psicopedagogas que suelen requerir de una o dos sesiones semanales, las cuales varían en función de las necesidades de cada caso en particular”.
El Child Mind Institute recomienda ante estas dificultades descartar cualquier problema médico, como discapacidad auditiva o visual, que pueda afectar el proceso de aprendizaje en los niños.
También hablar con la maestra y preguntarle sobre el desempeño en otras áreas: se estima que la mitad de los niños con discalculia también tienen otro problema del aprendizaje. Comprender el perfil de aprendizaje completo del niño permitirá buscar ayuda de acuerdo a sus necesidades.
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