En el marco del cuadro de insuficiencia renal que padece la modelo Silvina Luna, se le detectó una infección de la bacteria conocida como KPC (Klebsiella Pneumoniae Carbapenemasa). Su internación se inició a principios de junio, en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Allí fue ingresada en terapia intensiva a causa del patógeno. En un comienzo debió recibir asistencia respiratoria mecánica, pero logró salir de ese estado el miércoles último, cuando pudo ser extubada.
Fue el médico Guillermo Capuya quien reveló que ayer, jueves, los profesionales que la asisten pudieron detectar que contrajo la KPC. Su cuadro clínico actual deriva del procedimiento estético en los glúteos al que se sometió con el doctor Aníbal Lotocki por la inyección de polimetil metacrilato para dar forma a sus glúteos.
Las secuelas de esa intervención fueron importantes y se agravaron con el tiempo: la modelo padece hipercalcemia e insuficiencia renal, que la obliga a someterse a diálisis tres veces por semana, cuatro horas cada día y a esperar una donación y trasplante de riñón. Este cuadro se complicó con al contraer la bacteria.
La Klebsiella Pneumoniae Carbapenemasa se descubrió en 1882 al extraerla de los pulmones de personas que habían fallecido por neumonía en Europa. Normalmente vive en la boca, la nariz y el aparato digestivo de los humanos, pero también puede infectar a otros animales. Las infecciones por Klebsiella suelen producirse en pacientes enfermos que reciben tratamiento para otras afecciones en hospitales. Las personas sanas, generalmente no contraen infecciones por esa bacteria.
Esta es una de las bacterias sobre las que viene advirtiendo la comunidad médica y la propia OMS ya que produce lo que se conoce como resistencia antimicrobiana (RAM), es decir que son patógenos difíciles de combatir con los fármacos existentes. En enero pasado tomó estado público porque se presentó en varios pacientes internados en un centro médico de la Ciudad de Buenos Aires y pudo ser combatida solo con cócteles de antibióticos de uso no habitual. Justamente, la preocupación creció ante la presencia de cepas de la Klebsiella pneumoniae, que se mostraron indemnes ante la administración de todos los antibióticos tradicionales y de última generación accesibles en el país.
Según la explicación que brindan los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) la KPC “es un tipo de bacteria gramnegativa que puede causar diferentes tipos de infecciones relacionadas con la atención médica, como neumonía, infecciones del torrente sanguíneo, infecciones de heridas o del sitio quirúrgico y meningitis” y recordó que “cada vez más, la bacteria Klebsiella ha desarrollado resistencia a los antimicrobianos”.
“Las bacterias Klebsiella normalmente se encuentran en los intestinos humanos (donde no causan enfermedades)” y en los entornos médicos- Y agregó que las “infecciones comúnmente ocurren entre pacientes enfermos que están recibiendo tratamiento por otras condiciones. Los pacientes cuyo cuidado requiere dispositivos como ventiladores (máquinas para respirar) o catéteres intravenosos (venosos), y los pacientes que toman tratamientos prolongados con ciertos antibióticos tienen mayor riesgo de contraer infecciones por Klebsiella”. También destacó que “las personas sanas generalmente no contraen infecciones por Klebsiella”.
Respecto del contagio, los CDC indicaron en su página web que “en entornos de atención médica, la bacteria Klebsiella se puede propagar a través del contacto de persona a persona (por ejemplo, de paciente a paciente a través de las manos contaminadas del personal de atención médica u otras personas) o, con menos frecuencia, por contaminación del medio ambiente. Las bacterias no se propagan por el aire”.
Para evitar el contagio los especialistas recomiendan al personal sanitario el cumplimiento estricto de la higiene de las manos y el uso de batas y guantes cuando ingresan a las habitaciones donde se alojan pacientes con enfermedades relacionadas con Klebsiella.
Esta es solo una de las varias infecciones que son habituales en entornos hospitalarios y que en ocasiones son resistentes a los antibióticos. Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación Sanitaria (IHME es su sigla en inglés) de los Estados Unidos, que depende de la Universidad de Washington en Seattle, reveló que las infecciones bacterianas produjeron la muerte de 7,7 millones personas en todo el mundo en 2019.
En total, las muertes estuvieron asociadas a 33 patógenos bacterianos. tanto resistentes como susceptibles a los fármacos antimicrobianos. El trabajo fue publicado el año pasado en la prestigiosa revista médica The Lancet. Sólo cinco bacterias entre las 33 son responsables de la mitad de la muertes: Staphylococcus aureus, Escherichia coli, el neumococo o Streptococcus pneumoniae, Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa.
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