Patentes, investigaciones clínicas y acceso: ¿los desafíos de la salud postpandémica?

El COVID marcó un antes y un después en todo el mundo, y dejó en evidencia algunas falencias que deberán afrontarse en los próximos años. Cuáles son los aspectos que se deberían modificar, según tres expertos consultados por Infobae

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La pandemia estableció un punto
La pandemia estableció un punto de inflexión en lo que se refiere a la salud mundial, tres expertos analizaron el futuro de la atención sanitaria y los desafíos a los que se enfrentarán / (Getty)

A más de tres años del surgimiento del COVID, y cuando aún se evidencian las secuelas que deja este virus en la población afectada, analizar el pasado para avanzar hacia un mejor horizonte no solo es necesario, sino también esencial. La crisis que generó el SARS-CoV-2 en todo el mundo puso sobre la mesa algunos aspectos que parecía “escondidos”, como la inequidad en el acceso a las vacunas o los fármacos, la importancia de las vacunas, las patentes y el “mundo pharma”. Sobre estos puntos, Infobae dialogó con tres expertos para evaluar cómo debería ser la “salud del futuro”.

Según los últimos datos emitidos por la Organización Mundial de la Salud, “hasta el 18 de junio de 2023, se han notificado más de 768 millones de casos confirmados y más de 6,9 millones de muertes en todo el mundo” y, desde 5 de mayo de este año, el SARS-CoV-2 dejó la categoría de pandemia.

“Es con gran esperanza que declaro que el COVID-19 ha terminado como una emergencia de salud global. Sin embargo, eso no significa que haya terminado como una amenaza para la salud global. La semana pasada, el COVID-19 se cobró una vida cada tres minutos, y esas son solo las muertes que conocemos”, sostuvo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante una conferencia de prensa desde Ginebra.

"Este virus llegó para quedarse.
"Este virus llegó para quedarse. Todavía está matando y todavía está cambiando. Sigue existiendo el riesgo de que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos en casos y muertes”, afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus / AFP

Más allá de la finalización de esta etapa, lo cierto es que este virus provocó muchos cambios e, incluso, dejó en evidencia algunas falencias que, de cara al futuro y los posibles próximos eventos de similares características (y no tanto), deberán ser necesarios abordar. Miguel Pedrola, director científico para Latinoamérica y el Caribe de AHF Argentina; Jorge Geffner, profesor de Inmunología en la Facultad de la UBA e Investigador del CONICET, y Guillermo Docena, bioquímico, inmunólogo e investigador principal del CONICET, analizaron esta realidad en diálogo con Infobae.

Patentes y acceso: ¿dos aristas de un mismo problema?

Mientras el COVID regía el planeta, y en momentos previos y posteriores, la inequidad en la distribución de algunas medicaciones y vacunas necesarias para frenar el avance de distintas infecciones y enfermedades se ha puesto bajo la lupa.

“Durante la pandemia y bajo el slogan ‘Vaccinate Our World’ (Vacuna Nuestro Mundo), AHF convocó a miles de organizaciones, comunidad científica, líderes globales y ciudadanos alrededor del planeta para levantar juntos la voz contra la evidente inequidad en el acceso a las vacunas de COVID- 19 y pidieron la liberación de patentes para brindar acceso a toda la población y salvar vidas. Trabajamos activamente por la reducción de costos y la ampliación del acceso a tratamientos para el VIH y otras enfermedades infecciosas. Además de promover la producción y distribución de versiones genéricas de medicamentos antirretrovirales y otras terapias esenciales”, destacó Pedrola.

"Países como Argentina tienen todas
"Países como Argentina tienen todas las capacidades científicas y tecnológicas para pegar un salto y convertirse en países productores y exportadores de vacunas", indicó Geffner / Europa Press

Al tiempo que resaltó la importancia de impulsar “acciones legales y políticas para flexibilizar la implementación de leyes de propiedad intelectual pública para una producción y distribución mucho más asequible de medicamentos”. “AHF siempre ha abogado por obligar a los gobiernos a otorgar licencias para medicamentos genéricos, rompiendo las barreras de los grandes laboratorios y abogando por el acceso a la salud y el bienestar de las personas que viven con infecciones, sea cual sea su capacidad de pago, estrato social e ingresos”, agregó.

En tanto, Geffner analizó: “Liberar las patentes, absolutamente, marcaría una gran diferencia. La verdad que si se hubieran liberado las patentes en forma temprana se hubiera favorecido mucho la producción de vacunas en países periféricos. Entonces, es una medida que debería haber sido consensuada, pero evidentemente hubo intereses. La liberación de patentes de per se no solucionaría el problema, pero era un gran paso adelante porque no solamente deberían haber liberado las patentes, si no que se debería haber facilitado la letra chica del desarrollo de las vacunas. Incluso en la actualidad, si vos tomas el continente africano no llegan al 35 o 36% las personas con un par de dosis de las vacunas”.

Frente a futuras emergencias, pandemia o no pandemia, se tendría que proceder en ese sentido. Es una pelea que hay que dar que, en relación a la pandemia, se perdió. Desde la notificación de los primeros casos hasta que se desarrollaron vacunas fue muy rápido y eso fue un tremendo éxito científico, pero fue un tremendo fracaso en lo político la tremenda inequidad en el acceso a las vacunas. Dicho esto, habría que avanzar a un segundo paso con otro tipo de medicaciones. En un momento, hubo países que desconocieron cierto tipo de patente, por ejemplo Brasil e India que desconocieron patentes frente al HIV y fabricaron sus propios genéricos y eso permitió a amplios sectores de la población acceder a una medicación que era muy cara”, evaluó el experto.

Mientras en distintas partes del
Mientras en distintas partes del mundo, la vacunación COVID alcanzó a más del 70% de la población, en "el continente africano no llegan al 35 o 36% las personas con un par de dosis de las vacunas”, dijo Geffner / EFE/EPA/AARON UFUMELI/Archivo

En contraposición, Docena destacó: “En el tema de la disparidad, son políticas sobre todo de los países. El mayor desarrollo de drogas se hace el hemisferio norte y ahí los países decidieron priorizar y cubrir las necesidades de la población local, para lo cual invirtieron billones de dólares en la vacuna COVID. Invirtieron plata y primero se vacunaron ellos, después se distribuyó por el mundo. Pero lo que no se dieron cuenta que eso también les iba a jugar en contra porque todo el mundo tiene que estar vacunado. Por otro lado, creo que es necesario que la gente proteja lo que desarrolla, y sobre todo en países como el nuestro, donde los gobiernos invierten dinero, para que esas patentes después no las tome cualquiera o esté descontrolado”.

“Por eso, para mí no pasa por las patentes y es por varios motivos. Primero, si algo no se patenta nadie va a invertir plata, porque el que invierte plata es para hacer un negocio y hay que tener en cuenta que, además, si no se invierte plata no podés hacer investigación y desarrollo que, en un caso como este, era un virus nuevo y distinto con una vacuna que ya ha sido usada y desarrollada. Lo mismo para fármacos”, añadió el experto

Por eso, y ante este panorama, Docena resaltó la importancia de “tener un sistema científico y sobre todo invertir dinero. Los gobiernos tienen que invertir dinero y es importante que se hagan consorcios públicos - privados, no tiene por qué ser sólo privado o solo público”. “En Argentina se demostró que invirtiendo y con una buena política de apoyo, se pueden lograr cosas. Por eso, es fundamental tener ciencia para tener independencia y poder tomar decisiones. Tenemos que tener soberanía en la producción de vacunas y medicamentos; y tener un sistema de salud y de desarrollo instalado para no salir sobre la marcha o improvisar. Creo que esa es la mejor la mejor lección que nos deja, en Argentina, la pandemia: podemos hacer cosas, las estamos haciendo y ya se han hecho”, añadió.

"Un desafío para todo un
"Un desafío para todo un conjunto de países de ingresos bajos y medianos es ser productores de vacunas", resaltaron los expertos (Freepik)

Sobre la importancia de este punto, Pedrola ejemplificó: “El laboratorio Gilead Sciences se caracteriza por precios injustificadamente exorbitantes, que aplican en medicamentos indispensables para salvar vidas, lo que daña irreparablemente a personas en países de ingresos bajos y medios, para quienes acceder a tratamiento de VIH, COVID-19 y hepatitis C es prácticamente un lujo”.

En ese tono, el director científico de AHF Argentina destacó “el tratamiento basado en Sofosbuvir, altamente efectivo contra la hepatitis C, cuesta en promedio USD 1,000 por píldora, con lo que un de tratamiento de 12 semanas a un precio de farmacia cuesta más de USD $80,000. En la India se produce una versión genérica, gracias a un proceso de licencia voluntaria autorizada por Gilead, y cuesta solo $4 por píldora y alrededor de $360 por el tratamiento. Lamentablemente, según Médicos Sin Fronteras, Gilead decidió que se excluyeran a 50 países de ingresos medios del acceso a este medicamento genérico”.

“Por ejemplo, para el HIV no tenemos vacunas porque el virus de inmunodeficiencia humana tiene una característica muy notoria, que es su enorme capacidad de evadir la respuesta inmunológica, por eso el paciente infectado no se cura. Tenemos que seguir estudiando, porque el próximo objetivo de la OMS es la cura del HIV. Hoy por hoy, con la terapia retroviral de alta eficacia, que es una combinación de un conjunto de drogas, lo que antes era una condena a la muerte para los pacientes en la actualidad, cuando están bajo tratamiento, se traduce en una prolongación de vida similar a la de una persona no infectada y pueden vivir 70 y 80 años”, señaló Geffner.

"AHF siempre ha abogado por
"AHF siempre ha abogado por obligar a los gobiernos a otorgar licencias para medicamentos genéricos, rompiendo las barreras de los grandes laboratorios", dijo Pedrola / Getty

En ese sentido, el experto destacó la situación argentina ante esta patología y señaló la diferencia que aún se evidencia en otras partes del mundo. “En la Argentina, hoy por hoy, el acceso es francamente bueno. Los hospitales públicos tienen garantizado el acceso, pero en otros lugares, como África, decenas de miles de personas siguen muriendo por no tener acceso al tratamiento”, resaltó.

Las vacunas: un paso hacia una nueva salud

Antes del COVID, pensar en el desarrollo de una vacuna o un fármaco representaba una planificación que se extendía hasta casi una década. La pandemia acortó los tiempos y puso a los avances científicos, con los ensayos clínicos como principales protagonistas, en el centro de la escena internacional. De hecho, ahora es más común que las personas entiendan de qué se trata de una Fase III. Este, según los expertos, debería ser un punto de inflexión.

“Se hicieron ensayos clínicos muy importantes de Fase III en la Argentina. La vacuna de Pfizer y el prototipo de Medicago se realizaron, en gran parte, en el Hospital Militar y la Fundación Huésped también lo hizo con la vacuna CanSino, entre otros. Esto habla bien del nivel de la medicina y de un conjunto de centros del país. Se ha aprendido que lo principal es agilizar todo. Frente a situaciones de emergencia, es absolutamente necesario acotar los tiempos y, entre otras cosas, ese fue un factor que permitió que, mientras las vacunas previas a la pandemia se desarrollaban en 5 o 10 años, acá se desarrollaran y fueran aceptadas, con un criterio de emergencia, muy rápido”, destacó Geffner.

"Los gobiernos tienen que invertir
"Los gobiernos tienen que invertir dinero y es importante que se hagan consorcios públicos - privados, no tiene por qué ser sólo privado o solo público", evaluó Docena / Getty

Y agregó: “Hay que agilizar todo lo que son las normas burocráticas sin disminuir, en absoluto, las pautas de exigencia en lo que son los estudios experimentales y cada una de las fases de estos estudios donde se evalúa seguridad (Fase I), seguridad e inmunogenicidad (Fase II) y dónde se estudia la eficacia (Fase III). Incluso, por último, que el seguimiento una vez que se ha aprobado la vacuna, que son los estudios de efectividad en fase 4. Creo que en Argentina se trabajó muy bien en ese sentido y es una experiencia muy valiosa”.

Países como Argentina tienen todas las capacidades científicas y tecnológicas para pegar un salto y convertirse en países productores y exportadores de vacunas. Más allá del conflicto que se planteó en un momento con relación al acceso a las vacunas de Pfizer, países como Chile y Uruguay, que no lo tuvieron, recibieron muy poquitas porque las vacunas, en los primeros meses, fueron en forma muy manifiesta concentradas en los países de mayores ingresos de Europa Occidental y Estados Unidos. Entonces un desafío para nosotros, en Argentina, y para todo un conjunto de países de ingresos bajos y medianos es ser productores de vacunas”, destacó el experto.

Docena, en tanto, destacó que “a pesar de que en Argentina no tenemos los recursos y el desarrollo, tenemos la capacidad y hay que explotarla. La política científica tiene que ser sostenida en el tiempo, transversal a todos los gobiernos, partidos políticos y decisiones. La ciencia no se hace de un día para otro, se deben generar grupos, estructuras y producción, que llevan muchos años y hay que hacerlo en forma sostenida. Tiene que ser una prioridad para cualquier gobierno y la sociedad se ha dado cuenta de la necesidad que tiene un país de tener soberanía en la producción, que en este caso son productos que tienen que ver con la salud”.

"Trabajamos activamente por la reducción
"Trabajamos activamente por la reducción de costos y la ampliación del acceso a tratamientos para el VIH y otras enfermedades infecciosas", afirmó Pedrola (iStock)

Me parece importante que la gente sepa lo que es desarrollar una vacuna o un medicamento, la complejidad que tiene y el tiempo que lleva. Y sobre todo la inversión que eso requiere. Eso lo entienden la gente y lo valora, se da cuenta de la importancia que tiene para un país tener ciencia y desarrollos propios. Creo que es el mensaje más importante: haber tenido vacunas o capacidades de desarrollo rápido de vacunas nos hubiera independizado de todo lo que significa decisiones de otros países o de otras empresas”, señaló Docena. “Tenemos la capacidad en nuestro país y hay que explotarla”, recalcó.

Por último, Pedrola destacó la acción de AHF y su diálogo con los líderes mundiales sobre el avance de infecciones crónicas, al tiempo que llamó a considerar los desafíos urgentes de salud pública, como son: “La financiación de programas contra el sida, la tuberculosis y la malaria. El acceso a medicamentos genéricos en países de bajos ingresos, eliminando obstáculos de las farmacéuticas. La ampliación de los programas de prueba y tratamiento de VIH para combatir la epidemia. El control de la resistencia antimicrobiana, que amenaza con la emergencia de pandemias y el control del brote de enfermedades tropicales desatendidas, como el ébola”.

“Uno de los más grandes compromisos de la organización es la concientización y educación sobre la prevención del VIH, para desarraigar el estigma y la discriminación asociados a la enfermedad”, resaltó el experto y concluyó: “AHF ha estado involucrada en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la malaria, la hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual. Siempre, con el enfoque en proporcionar atención médica, servicios de apoyo, educación y promoción de políticas de salud pública para mejorar la vida de las personas afectadas y prevenir la transmisión”.

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