“Buscando una alternativa al cigarro, decidí acercarme a los vapes (vapeadores). Encontré diversos canales en YouTube que explican un poco acerca de ellos, muestran estudios hechos en fumadores y vapeadores, dejando en claro que es menos invasivo que un cigarro”, contó Ale, quien a sus 33 años de edad ha intentado dejar el tabaquismo, pero incluso en este dispositivo aún consume nicotina.
En años recientes, México, Argentina, Colombia, Brasil, Uruguay, Panamá y Nicaragua se han unido a la lista de 37 países que prohibieron su consumo y publicidad debido a las lesiones pulmonares que causan, como alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS). En paralelo se ha desarrollado un mercado ilegal de estos dispositivos en la región, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) al que, según dijo, también acceden los adolescentes de 15 a 19 años, que son más vulnerables a los discursos a favor de los supuestos beneficios del vapeo como evitar la adicción y minimizar los daños a la salud.
La OMS ha intentado detener el avance del tabaco y sus consecuencias dañinas para la salud por medio del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT). El acuerdo ha sido firmado y ratificado en 168 países hasta 2006, la mayoría de los países latinoamericanos: Argentina, México, Chile, Perú, Colombia y Brasil. Sin embargo, la aparición de los vapeadores supuso otro desafío al causar una adicción similar a la de los cigarrillos. Pese a los esfuerzos de la región y organizaciones internacionales, aún existen 460 marcas de cigarrillos electrónicos, según el Instituto sobre el abuso de drogas en Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés).
El vepeo, un discurso dirigido a los adolescentes y jóvenes en América Latina
“Hay organizaciones a favor del vapeador en Argentina y en la región. ¿Se puede regular?. Debería suceder con fines de prevención porque en el país el 7,1% de los adolescentes entre 13 y 15 años consume estos productos”, explicó Ana María Zanutto, presidenta de la Unión Antitabáquica Argentina (UATA) en entrevista con Infobae.
El colaborador de Zanutto y también fundador de UATA, César Di Giano, mencionó que las tabacaleras cuentan con grandes recursos económicos con los que obtienen un mayor alcance cuando lanzan productos, pese a los convenios contra el tabaco. Las ganancias de este mercado en 2021 llegaron a los 850.000 millones de dólares. Se prevé que en 2030 supere el billón de dólares, de acuerdo con el sitio especializado en estadísticas Statista.
Di Giano explicó que con los recursos económicos, la industria del tabaco financia investigaciones sobre los supuestos beneficios que podría traer el vapeo. El discurso al que se refiere el miembro fundador de UATA retoma las bases con las que se comercializaron los vapeadores en 2007. En el mercado estadounidense solían promocionarse como una opción para que los fumadores dejaran el cigarrillo, pues se administra nicotina en forma líquida dentro del cartucho recargable. Tuvo una buena recepción entre los jóvenes hasta que Estados Unidos advirtió sobre las lesiones pulmonares que causaban.
Las organizaciones pro vapeadores, según la UATA, actúan en redes sociales y blogs. En la mayoría de los casos, suelen lanzar campañas dirigidas a los jóvenes y adultos menores de 40 años: “Lo venden como el cigarrillo del futuro”, dijo Di Giano. Además, los mensajes mencionan que un determinado número de estudios científicos apoyan una sentencia favorable.
La OMS ha sido categórica al respecto: “Los productos de tabaco calentados (PTC), al igual que otros productos de tabaco, son intrínsecamente tóxicos y contienen sustancias cancerígenas. Deberían tratarse, por tanto, como cualquier otro producto de tabaco por lo que respecta a la normativa que los regula”.
Una de las consecuencias de la desinformación es la incapacidad de tomar decisiones. “Los padres están confundidos porque se les hizo pensar que el vapeador era saludable y podría prevenir que los niños se convirtieran en fumadores en una edad adulta. Esa fue la estrategia de las tabacaleras”, concluyó Zanutto. El mercado negro a través de redes sociales agrava el problema.
Argentina tiene uno de los índices más altos (7,1%) en el consumo de vapeadores entre chicos de 13 y 15 años, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Drogas, Alcohol y Tabaco en 2017, seis años después de que este país los prohibiera en el mercado, en 2011. El alcance de la venta ilegal se mantiene intacto como es el caso de Chile, donde existe una regulación ambigua que dejó ganancias de 400.000 dólares hasta que el Instituto de Salud advirtió de las lesiones en las vías respiratorias.
Después de evaluar la información, estos productos con nicotina fueron prohibidos durante 2022 en aquel país; sin embargo, actualmente ocupa el primer lugar a nivel americano en tabaquismo entre adolescentes con el 33,9% de prevalencia, conforme a un estudio de la Escuela de Medicina chilena.
Otro país de la región con problemas de vapeo entre menores de edad es México, pese a que las regulaciones han alcanzado niveles restrictivos para el comercio de cigarros, al advertir de sus consecuencias negativas en los empaquetados, restringir su venta a mayores de edad, establecer zonas exclusivas para fumar y garantizar espacios libres de humo como las escuelas. A mediados de 2022, el gobierno mexicano también decidió eliminar del mercado a los vapeadores, al igual que las mezclas que incluyen, y declaró ilegal cualquier tipo de publicidad.
El prohibicionismo del caso mexicano causó que el mercado negro de vapeadores migrara a redes sociales. Usuarios han comentado la facilidad con la que es posible comprarlos. Incluso meses después de la restricción, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell evidenció que algunos centros comerciales aún los vendían, también las aplicaciones de compras a domicilio. Con el objetivo de mitigar el problema, surgió el “Denunciatón” en el que las personas podían informar de estas irregularidades.
En México hay 1,7 millones de personas practican el vapeo; el 24% son jóvenes y adolescentes de entre 10 a 19 años, según la Secretaría de Salud. Algunos datos recientes revelan que al menos 975 mil personas de la población entre los 12 y 65 años en México utilizan vapeadores.
“Las zonas grises de las leyes que regulan el mercado legal del tabaco permiten el posicionamiento de esta industria”, declaró Sebastián Guzmán, coordinador de Ciudades del Futuro de Ethos Innovación en Políticas Públicas. En específico, mencionó las campañas de marketing lanzadas en 2019 y 2020 que incluían a influencers patrocinados por las tabacaleras Philip Morris International y British American Tobacco. El objetivo de estas estrategias era construir una idea favorable sobre los vapeadores entre los millenials, según la información del reportaje “Los influencers de la nicotina”, de Sergio Rincón, publicado en Emeequis y Aristegui on line.
Aunque México haya robustecido sus leyes al sacar a los vapeadores del mercado en 2022, los influencers usaban de forma sutil estos productos en redes sociales para evitar problemas legales porque el país ratificó el CMCT en 2004, que restringe cualquier tipo de publicidad sobre el consumo del tabaco.
Al igual que en otros países de la región, en México existe un comercio ilegal que ya tiene un público receptivo. Podría combatirse con la implementación de mejores políticas públicas, “enfocadas a atacar el problema de raíz con información veraz y comprobada en los medios de comunicación. Se necesitan más investigaciones de los vapeadores y sus efectos”, reconoció Guzmán.
En la actualidad, todavía hay en Facebook y blog algunas asociaciones en defensa del vapeo, donde se difunden datos de enfermedades relacionadas al tabaquismo y se pide una regulación menos prohibicionista, como lo hace Vapeando ando, según su página web en México. Este patrón se repite en Argentina, Perú, con la Asociación Peruana de Vapeadores y Chile, país originario de Vapear No es Fumar Iberoamérica cuyo fin es difundir información del vapeo, reducir el consumo de cigarrillos y participar en la regulación jurídica del “vapor”.
Países de la región víctimas del tabaquismo y el mercado ilegal de vapeadores
El tabaquismo también es un desafío con mayor presencia en la América Latina, donde el promedio de la población fumadora es del 11,3% en comparación con la media mundial del 10,3%, de acuerdo con el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de 2021. Dominica, país del Caribe, tiene el índice más alto de la región en el consumo de tabaco entre personas de 13 a 15 años: 25,3%. En cambio, Brasil notificó una prevalencia más baja con el 6,9%.
Colombia también ha reportado un problema con estos productos. El 15% de los adolescentes entre 12 y 15 años de edad consumieron cigarrillos electrónicos, según la Encuesta Nacional de Tabaquismo del 2017. Respecto a la población en general que los ha consumido, la cifra llega a los 1,1 millones de colombianos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
El alcance de estos productos ha generado preocupación en el gobierno colombiano, pues el uso de los vapeadores fue prohibido en espacios cerrados desde 2009 con la Ley Antitabaco. Después de 14 años, a inicios de 2023 aún se discutían nuevas vertientes para una regulación que proteja a los menores de edad. Los tres ejes principales del proyecto de ley son eliminar el mercado dirigido a los adolescentes, limitar el uso de los saborizantes, que atraen a los adolescentes, y alejarlos de las escuelas. El objetivo que resalta en esta regulación es informar sobre los efectos a la salud que podrían ocasionar.
Contrario a los demás países de la región, Perú tiene una regulación sin restricciones al consumo y venta de los vapeadores, según el Estado mundial de la reducción de daños del tabaco (GSTHR), asociación dedicada a monitorear los perjuicios del consumo de nicotina. Lo anterior permite que 163 menores de edad consuman los cigarros electrónicos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes de 2019. La mayoría accedió a ellos por medio del mercado negro.
Aunque Perú cuenta con una ley número 28.705 para la prevención del consumo de tabaco, los vapeadores todavía escapan de las restricciones. Los vacíos legales provocan que en el país sea imposible elaborar una base de datos sobre las poblaciones más vulnerables, según declaró Alfonso Zavaleta, investigador del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) al sitio periodístico Ojo Público.
El problema hace a los menores de edad más proclives a desarrollar adicción al tabaco y a las sustancias cancerígenas que la OMS ha advertido en los vapeadores. En consecuencia, la congresista Katy Ugarte presentó en noviembre de 2022 un proyecto de ley número 3412 con el que busca regular la comercialización, importación, publicidad y consumo. En la actualidad aún se discute la propuesta sin decisiones finales a la vista.
Los expertos de UATA y Ethos coinciden en que el principal factor que posibilita el mercado negro de vapeadores son las leyes laxas sobre su regulación en la región y la falta de políticas públicas puntales en el combate a la cultura del vapeo. “Los medios de comunicación también tienen un gran papel para difundir información veraz y prevenir el peligro”, finalizó Zanutto.
Los vapeadores provocan lesiones pulmonares (EVALI)
Los vapeadores contienen acetato de vitamina E, una sustancia que ocasiona enfermedades respiratorias y la muerte, según la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios en México (Cofepris). En 34 casos de complicaciones pulmonares asociados a este tipo de cigarrillos se identificaron altos niveles de la toxina, de acuerdo a un informe del Departamento de Salud Pública de Nueva York, Estados Unidos.
Los efectos negativos a la salud que ocasiona el acetato de vitamina E se debe a que al calentarse en los vapeadores forman un reactivo que irrita a los pulmones. Si se consume en grandes cantidades es posible que se adhiera al tejido de estos órganos y provoque coágulos sanguíneos, según la Cofepris. Además el uso excesivo provoca inflamación pulmonar y en las vías respiratorias por sustancias tóxicas, conforme a los informes del Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin.
Tras la evidencia científica de la presencia del acetato de vitamina E en estas enfermedades, Estados Unidos recomendó al resto del continente evitar la toxina en los cigarros electrónicos e introdujo el concepto Lesión Pulmonar Asociada al Cigarrillo Electrónico o al Vapeo (EVALI). Los síntomas principales son: dolor en el pecho y abdomen, dificultad para respirar, pérdida de peso y fiebre. Los padecimientos aparecen a lo largo de varias semanas.
Además, “producen un consumo dual: vapeador y cigarro porque no hay aún evidencia de que ayuden a dejar de fumar”, explicó Zanutto. Lo anterior es una de las preocupaciones que, en palabras de la directora de la UATA, tendrá que controlarse debido al mercado negro presente en la región. “Es un problema mundial y se debe tratar con políticas de prevención y salud”, concluyó Di Giano.
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