Desde hace más de tres años, la emergencia de un virus desconocido como el coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, empujó a la humanidad a una catástrofe que se llevó la vida de al menos 20 millones de personas, dejó secuelas en más del 10% de los afectados, produjo disrupciones en la vida cotidiana, desbordes en el sistema de salud y contribuyó a aumentar los niveles de pobreza, entre otros impactos políticos, sociales y ambientales.
Ayer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le puso fin a la declaración del COVID como “emergencia de salud pública de importancia internacional”. El inicio de esa declaración había sido el 30 de enero de 2020, y más adelante, el 11 de marzo caracterizó al brote como una pandemia. El origen del coronavirus, que fue en China, aún está en investigación.
El Comité de Emergencias de la OMS sobre COVID-19 consideró que la situación de la enfermedad ya no se ajustaba con la definición de emergencia de salud pública, según el reglamento sanitario. El director aceptó la recomendación. Pero la decisión no significó que la pandemia haya terminado.
Si bien las vacunas evitaron más de 25 millones de muertes, la semana pasada el COVID se cobró una vida cada tres minutos. Una de dificultad es que aunque se sabe que las vacunas son seguras y eficaces todavía persiste la inequidad en el mundo con respecto al acceso: 2,3 mil millones de personas no han recibido dosis y la mayoría está en los países en desarrollo.
“La batalla no ha terminado”, advirtió ayer Mike Ryan, el director del programa de emergencias sanitarias de la OMS. “Todavía tenemos puntos débiles. Y esas debilidades que aún tenemos en nuestro sistema quedarán expuestas por este virus o por otro. Y hay que arreglarlas”, admitió durante una conferencia de prensa.
En diálogo exclusivo con Infobae, el doctor Madhukar Pai, profesor de la cátedra de Investigación de Canadá en Epidemiología y Salud Mundial y director Asociado del Centro Internacional de Tuberculosis de McGill, en Montreal, Canadá, y redactor jefe de la revista PLOS Global Public Health, analizó el significado de la medida de la agencia sanitaria.
“El virus SARS-CoV-2 sigue propagándose por todo el mundo y evolucionando. Por tanto, veremos nuevos casos y nuevas subvariantes. Debemos hacer todo lo posible para proteger a los más vulnerables. Esto incluye el uso de vacunas, dosis de refuerzo e intervenciones como una mejor ventilación y el uso de barbijos en lugares concurridos o cerrados (especialmente durante las grandes olas de casos)”.
Para el doctor Pai, la pandemia está dejando una gran lección que debería ser aprendida. “Hoy en día, la salud mundial gira en torno a lo que el Norte Global quiere hacer como “caridad” y no en torno a la justicia o la solidaridad real. Por eso, los expertos del Sur Global hablan de la necesidad de ser autosuficientes y fabricar sus propias vacunas, medicamentos y otros productos. Esperar el goteo de la caridad y las donaciones de las naciones ricas no es una buena estrategia para hacer frente a las pandemias”.
En tanto, Pablo Bonvehí, , ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de infectología del CEMIC, en diálogo con Infobae, consideró: “El cese de la emergencia de salud pública por la OMS significa que habrá una transición en el manejo de la enfermedad a largo plazo. La decisión se tomó al tener en cuenta la cobertura de vacunación y las infecciones previas que dan también inmunidad”.
Bonvehí recordó que semanas atrás “la OMS recomendó que las vacunas contra el COVID ahora deben incorporarse en los programas nacionales de los países y los refuerzos deben aplicarse en los grupos de mayor riesgo”.
Para Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, el fin de la emergencia sanitaria “es una decisión que debía tomarse. Hoy el coronavirus es como el virus de la gripe o el sincicial respiratorio que causa la bronquiolitis. Sin embargo, no hay que descuidarse porque haber nuevos brotes, especialmente en personas que no tienen las dosis de vacunas al día o que no han tenido la infección, como el caso de muchos bebés”.
Para los próximos meses, Debbag recomendó que los grupos de mayor riesgo deben aplicarse los refuerzos, que se tenga en cuenta la ventilación en los ambientes cerrados, y que las personas con síntomas no deben ir a la escuela o al trabajo para no transmitir la infección a otros.
En la Argentina, desde marzo de 2020 hasta la última semana reportada, se habían registrado 10.052.021 personas que han recibido el diagnóstico de COVID. Han fallecido 130.501 personas hasta el 22 de abril pasado.
El plan estratégico de vacunación empezó a fines de diciembre de 2020. Consistía en la aplicación de las dosis del esquema primario. Casi un año después se inició la vacunación con dosis de refuerzo para extender la protección que brindan las diferentes vacunas contra el COVID, que fueron desarrolladas y evaluadas durante 2020.
Días atrás, las autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones del país, que forman el Consejo Federal de Salud, con el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Carla Vizzotti, habían consensuado que se vacunará con refuerzos principalmente los grupos de mayor riesgo de desarrollar complicaciones y sufrir la muerte si adquieren la infección.
Las autoridades dieron las recomendaciones para vacunarse contra el COVID días atrás al seguir la propuesta de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaiN). Aquí van 11 preguntas frecuentes sobre quiénes y cuándo pueden vacunarse en el contexto actual en la Argentina:
1- ¿Quiénes deben recibir dosis por estar en grupos de más riesgo?
“Recomendamos fuertemente vacunarse contra el COVID a quienes se encuentren dentro de los grupos de alto riesgo de desarrollar cuadros graves, como las personas mayores de 50 años, las personas gestantes o embarazadas, y las personas con inmunocompromiso si han pasado 6 meses desde la última dosis aplicada”, contestó a Infobae la directora nacional de Control de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación, Teresa Strella.
También deben ir a aplicarse una dosis las personas que tienen menos de 50 años con enfermedades como obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y otras comorbilidades. El personal de salud y el personal estratégico, como los docentes y los de las fuerzas armadas y de seguridad, que tengan menos de 50 años, también deben ir a vacunarse si ya han transcurrido 6 meses desde la última aplicación de una dosis.
2- Si una persona es mayor de 50 años o inmunocomprometida, ¿tendrá que darse 2 dosis este año?
Para el caso de las personas inmunocomprometidas y para los mayores de 50 años, que hayan recibido la última dosis hace más de 6 meses, están autorizadas las dosis cada 6 meses. Esto significa que si una persona de esos grupos se aplica la vacuna en mayo, podrá darse otro refuerzo después de un intervalo de 4 meses como mínimo. Es decir, puede ir a recibir otra dosis después que se cumpla el intervalo.
Según el registro federal de vacunación, 9.314.083 personas de 50 años o más no han recibido una dosis de refuerzo en los últimos 6 meses.
3-¿Cuántas dosis se tendrán que aplicar las personas menores de 50 años con comorbilidades?
Se recomienda aplicar una dosis a las personas menores de 50 con comorbilidades si ya pasaron 6 meses desde el momento en que se aplicó la última vacuna. Luego se podrá aplicar otra dosis el próximo año.
4- ¿Hay que tener en cuenta cuántas dosis de refuerzo ya se recibieron?
“No importa cuántos refuerzos se hayan recibido después del esquema primario. Hoy la recomendación principal es para las personas que están en grupos de riesgo: deben considerar si han pasado más de 6 meses desde que se recibieron la última dosis y deberían ir a aplicarse una nueva”, respondió a Infobae Iris Aguilar, a cargo del Departamento Provincial de Inmunizaciones de la provincia de Mendoza y representante de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) ante la CoNaiN.
“Se necesita principalmente que los grupos de mayor riesgos de cuadros graves se vacunen porque bajan los títulos de anticuerpos de las vacunas con el transcurso de los meses”, subrayó Aguilar.
5- ¿Qué tienen que hacer las personas que tienen menos de 50 años sin enfermedades?
Las personas que tienen menos de 50 años y no tienen comorbilidades pueden ir a recibir una dosis de vacuna contra el COVID si ya ha pasado un año desde el momento en que se dio la última vacuna. Si no han pasado 12 meses desde que que accedieron a una dosis, no les corresponde recibir dosis
6- ¿Qué se debe considerar con respecto a los bebés, las niñas y los niños con respecto al COVID?
Los bebés, las niñas, los niños y los adolescentes también pueden tener el COVID. Por la infección, los chicos pueden desarrollar una complicación como el síndrome inflamatorio multisistémico e incluso puede sufrir las secuelas, que se engloban como COVID Prolongado.
Desde el inicio de la pandemia hasta febrero pasado, fallecieron en la Argentina 384 niños, niñas y adolescentes por el COVID. Dentro de ese total, el 38% tenía menos de 2 años. Es decir, fallecieron 147 bebés por la infección, según un análisis realizado por el sitio Coronavirus Argentina (@CoronavirusArgg en Twitter) y el Colectivo Niñez en riesgo, en base a los datos de cartera de Salud nacional.
El grupo de las infancias ha sido el que menos se ha aplicado las dosis de refuerzo después del esquema primario. En enero pasado, menos del 40% de los adolescentes tenían refuerzos. En el grupo de los menores de 11 años, menos del 12% se había aplicado un refuerzo.
7- ¿Deben vacunarse bebés, niñas, niños y adolescentes?
De acuerdo con el doctor Debbag, las embarazadas deben vacunarse con el refuerzo contra el COVID porque de esa manera protegerán a los niños durante los primeros 6 meses de vida. Después de los 6 meses, se recomienda que los chicos reciban el esquema primario y un refuerzo.
“Hoy son muy pocos los niños que han recibido los refuerzos. Es importante que las familias consideren que los bebés con más de 6 meses pueden susceptibles al COVID porque no tuvieron la infección ni han recibido la vacuna. De hecho, en Panamá, hay un brote con bebés con COVID”, enfatizó el experto.
“A los padres que tienen dudas -comentó Debbag- les recordaría que según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) se ha demostrado que los niños que se contagian el coronavirus tienen un 116% de probabilidad de tener diabetes como secuela de la infección. Es mejor vacunar a los chicos cuanto antes”.
Si no tienen comorbilidades, en la Argentina los niños y los adolescentes pueden recibir una vacuna si ya pasaron 12 meses desde la última dosis aplicada. En cambio, si tienen comorbilidades, pueden recibir una dosis si ya pasaron 6 meses desde la última aplicación.
8 - ¿Qué debería hacer una persona mayor de 50 años que no recibió ninguna dosis desde 2020?
Una persona mayor de 50 años se encuentra en grupo de alto riesgo. Puede acercarse a los vacunatorios públicos y recibir una dosis. Después de 4 meses de intervalo, podrá recibir otra dosis, según Aguilar.
9 - ¿Se puede aplicar la dosis de la vacuna COVID el mismo día que se recibe inmunización para la gripe o para otra enfermedad?
“Todas las vacunas contra el COVID se pueden aplicar con cualquier dosis para prevenir otras enfermedades. Puede ser la vacuna antigripal u otras ”, dijo a Infobae Angela Gentile, jefa de epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y miembro de la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas y de la Sociedad Argentina de Pediatría.
10- ¿La dosis de la vacuna empieza a hacer el efecto el mismo día en que se aplica?
La protección conferida por la vacunación no es inmediata. Se requiere de al menos 14 días para que la vacuna genere una protección adecuada.
11- ¿Cómo se pueden prevenir estafas por Whatsapp que mencionan la vacunación para COVID?
Desde el año pasado se han registrado estafas a través del uso de Whatsapp por las cuales las personas reciben mensajes relacionadas con la vacunación para Covid.
El Ministerio de Salud de la Nación, en forma conjunta con la empresa privada, y la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros, informaron recientemente que la cartera sanitaria, la app Mi Argentina y la asistente virtual Tina no realizan llamadas telefónicas, ni envían mensajes de WhatsApp en los que pidan información personal.
“Queremos dejar en claro que la cartera sanitaria no pide datos personales, ni tampoco asignamos turnos para vacunación COVID o vacunación antigripal”, manifestó la directora nacional de Seguimiento de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, Irene Roccia.
Para evitar estafas virtuales a través de WhatsApp, se debe activar la verificación en dos pasos: es un número de identificación personal (PIN) de 6 dígitos que sirve para proteger tu cuenta. Tampoco se debería mostrar la foto de perfil a personas que no se conocen: así se evita que alguien tome una captura y se hace pasar por el usuario del celular.
Se sugiere cambiar la contraseña predeterminada del correo de voz para asegurarse de que solo el usuario tiene acceso. Se debe buscar la tilde verde en las cuentas oficiales de WhatsApp, como la del chatbot Tina, que sirve para identificar las cuentas verificadas. Aquí hay más sugerencias.
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