Con la llegada del otoño y el clima más fresco, aumenta la humedad y disminuyen las defensas naturales de las vías respiratorias. Como resultado, las personas alérgicas se vuelven más susceptibles a los alérgenos durante esta temporada. De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), alrededor de uno de cada cuatro adultos y uno de cada cinco niños sufren de alergias estacionales.
También conocida como fiebre del heno o rinitis alérgica, una alergia estacional se caracteriza por causar molestias en la zona del rostro. Entre sus síntomas principales se encuentran: estornudos, secreción nasal, congestión nasal, ojos llorosos, así como picazón alrededor de la nariz, los ojos y los oídos.
Cinco de las preguntas más comunes sobre las alergias estacionales
1. ¿Cuáles son los síntomas?
Estas alergias pueden afectar a la nariz y los ojos y provocar congestión y estornudos, picor de ojos, dolor de garganta y fatiga. Los síntomas pueden desencadenarse en determinadas estaciones por el polen, como el de los árboles en primavera y el de la ambrosía en otoño.
Pueden no estar relacionados con las estaciones si se desencadenan por la exposición al polvo o a animales que emiten alérgenos durante todo el año.
Algunas personas alérgicas desarrollan asma alérgica, en la que la inflamación se concentra en las vías respiratorias inferiores. Esto puede manifestarse como dificultad para respirar o sibilancias.
2. ¿Quién es propenso a padecerlas?
La rinitis alérgica, estacional o no estacional, se da en personas genéticamente predispuestas pero también reexpuestas a los desencadenantes del medio ambiente. Los síntomas pueden empeorar por otros factores como el estrés, la contaminación atmosférica y el tabaquismo.
3. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas?
Las alergias no tienen cura. Pero pueden controlarse con prevención y tratamiento. La mejor manera de controlar la rinitis alérgica es identificar primero los desencadenantes. Estos varían de una persona a otra.
Esto puede evaluarse visitando a un alergólogo, que podría realizar pruebas cutáneas o sanguíneas después de tomar un historial cuidadoso. Si se identifica el polen de los árboles, por ejemplo, como desencadenante, se puede minimizar la exposición utilizando sombreros y gafas de sol al aire libre, quitándose los zapatos y duchándose al volver al interior. Si se trata de polvo,“evitar barrer y pasar la mopa o la aspiradora puede minimizar la exposición.
Un segundo paso es el tratamiento con medicamentos. Actualmente disponemos de muchos medicamentos para tratar este problema. Pueden ser aerosoles nasales, pastillas o medicamentos para los ojos. Normalmente se toleran bien. Si alguien no tolera los medicamentos o tiene síntomas persistentes, se puede considerar la inmunoterapia con alérgenos, ya sea mediante inyecciones, conocidas como vacunas antialérgicas, o con medicamentos administrados bajo la lengua.
4. ¿Qué tipo de medicación puedo tomar para aliviar los síntomas?
Dos de los principales tipos de medicamentos utilizados para tratar las alergias son los antihistamínicos y los esteroides. Estos medicamentos están disponibles sin receta en forma de pastillas, aerosoles nasales, gotas para los ojos, y con receta médica.
- Buscar productos que contengan un antihistamínico no somnoliento.
- Utilizar un aerosol nasal con esteroides solo o junto con un antihistamínico para despejar rápidamente las fosas nasales. Un enjuague salino antes de utilizar un spray nasal puede ayudar a eliminar el polen y asegurar una mejor penetración del medicamento.
- El picor y lagrimeo de ojos pueden tratarse con lágrimas artificiales para eliminar el polen o con colirios antihistamínicos.
5. ¿Cuándo debo consultar a un médico?
Las alergias ambientales pueden aparecer en cualquier momento de la vida y varían en frecuencia y gravedad. Si los síntomas no se controlan fácilmente o no se entienden bien, es aconsejable consultar a un alergólogo/inmunólogo. El tratamiento sintomático en combinación con medicamentos prescritos puede tratar con éxito la mayoría de las situaciones.
Un alergólogo/inmunólogo puede realizar pruebas cutáneas para ver a qué sustancias específicas es una persona alérgica. Si es así, se pueden tomar medidas para que reciba inyecciones antialérgicas que le ayuden a desensibilizarse a los alérgenos causantes de la alergia. Sin embargo, esto lleva tiempo y no alivia inmediatamente los síntomas.
Remedios para la alergia estacional
Por su parte, los expertos de Clínica Mayo, una organización sin fines de lucro que ofrece guías de diferentes enfermedades, brindaron algunas recomendaciones para quienes tengan alergia estacional: “Antes de optar por las flores de plástico, le sugerimos probar estas simples estrategias para mantener las alergias estacionales controladas”.
- Quedarse adentro los días secos y con viento. Salir después de que haya llovido, ya que el agua ayuda a limpiar el polen del aire.
- No cortar el césped ni hacer otras tareas de jardinería.
- Quitarse afuera de casa la ropa que se usó en la calle y bañarse inmediatamente para enjuagar el polen de la piel.
- No colgar la ropa recién lavada afuera para evitar que se le pegue el polen.
- Colocarse una mascarilla cuando se haga tareas al aire libre.
- Verificar constantemente los niveles de polen que hay en la región.
- Tomar medicamentos antialérgicos antes de que comiencen los síntomas.
Para la doctora Stella Maris Cuevas (MN 81.701), médica otorrinolaringóloga, experta en olfato, alergista y ex presidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA) con respecto a los efectos del cambio climático en la salud de los seres humanos, “las diferentes asociaciones y sociedades de alergias y enfermedades respiratorias, así como la Organización Meteorológica Mundial, impulsan permanentemente una iniciativa conjunta para llamar la atención sobre el aumento de la cantidad de polen, que aumenta el riesgo de sensibilización alérgica en las personas susceptibles”.
“El aumento de temperaturas hace que la época de polinización se adelante respecto a su temporada habitual, las sequías hacen que se prolongue su permanencia en el medio ambiente y, por otra parte, los contaminantes del aire aumentan la carga alergénica por polen y cambian la composición de los diferentes alérgenos”, agregó Cuevas.
Por ello, la OMS alerta que, para el año 2050, la mitad de la población mundial padecerá algún tipo de alergia.
Cuevas recomienda no subestimar ningún síntoma, ni considerar esta enfermedad como un problema menor. “Debemos evitar minimizar esta patología, dado que afecta gravemente la calidad de vida”, dice. Las personas que ya saben que son alérgicas deben consultar al especialista con anticipación. Como siempre, se recomienda no automedicarse.
La doctora Rachel Miller, es jefa de la División de Inmunología Clínica y profesora de Medicina (Alergia e Inmunología) y Medicina Medioambiental y Salud Pública en la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai
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