Mientras se desarrolla la peor epidemia de dengue, en la Argentina también se produce un brote de la fiebre chikungunya, otra infección viral que, de igual manera, transmiten los mosquitos. Por primera vez en el país, se registró un caso de transmisión de madre a hija durante el embarazo.
Entre la última semana de diciembre del año pasado y la segunda semana de abril de 2023, se han reportado en el país 1.278 casos de personas diagnosticadas con fiebre chikungunya.
De acuerdo con el último boletín del Ministerio de Salud de la Nación, los casos de personas con chikungunya empezaron a crecer a fines de enero, pero desde marzo el brote se está desacelerando. Por primera vez, hubo transmisión local del virus que causa la enfermedad en zonas como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En cuanto al caso de la transmisión de virus de fiebre chikungunya de madre a hija, ocurrió en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, según informaron en el boletín.
La madre comenzó con síntomas, como fiebre y erupción cutánea el 21 de marzo y al día siguiente consultó al médico. Quedó internada y se le realizó la toma de muestra para dengue y chikungunya. Se obtuvo resultado detectable por PCR para chikungunya.
El 25 de marzo la mujer empezó con el trabajo de parto y nació la niña con buen estado de salud. A los 7 días de nacimiento, la beba fue ingresada con cuadro de fiebre y convulsiones. Fue internada en la unidad de cuidados intensivos. Se realizaron estudios de PCR y se confirmó que tenía fiebre chikungunya. Al momento, la niña se encuentra con buena evolución, según la cartera de Salud nacional.
Dentro del total de 1.278 personas que han tenido chikungunya en la Argentina, 776 casos son autóctonos, 215 se encontraban en investigación y 287 presentaban antecedentes de viaje (es decir, son casos importados).
Hasta el momento 8 de las 24 jurisdicciones que integran la Argentina han reportado circulación viral autóctona de fiebre chikungunya en su territorio.
Los síntomas comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El signo más común es una aparición repentina de fiebre mayor a 38°, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones.
Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
Los pacientes con chikungunya que residen en provincia de Buenos Aires han sido de las localidades de Pergamino, Quilmes, Almirante Brown, San Martin, Berazategui, La Matanza, Tres de Febrero, Merlo, Avellaneda, Florencio Varela, Morón, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora, Moreno y Vicente López.
También hubo casos en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba Capital y La Calera, provincia de Córdoba, Resistencia (Chaco), Paso de la Patria, Corrientes capital y San Luis del Palmar (Corrientes), Tres Lagunas, Las Lomitas y Formosa Capital (Formosa), El Galpón (Salta) y Rosario y Santa Fe Capital, provincia de Santa Fe.
Las jurisdicciones que registraron el mayor número de casos de chikungunya notificados son: Buenos Aires, Formosa, CABA y Córdoba.
La curva epidémica por provincia muestra que desde la última semana de enero los casos estuvieron en aumento. Mientras que desde la primera semana de marzo, en cambio, el aumento de casos se desaceleró.
En la primera semana de este mes se notificaron menos de la mitad de los casos reportados durante la última semana de marzo.
Por el momento no existe vacuna ni tratamiento específico para chikungunya. Solo se tratan los síntomas para aliviarlos hasta que transcurra el proceso viral. Por eso, es clave acudir a la consulta médica. En la mayoría de los casos, el tratamiento es ambulatorio y consiste en controlar el dolor y la fiebre.
Al igual que en el caso del dengue, la mejor forma de prevenir la fiebre chikungunya es disminuir los lugares donde se puedan criar mosquitos. Para eso, según la autoridad sanitaria nacional, se deben eliminar los recipientes sin utilidad que pueden acumular agua (latas, botellas, neumáticos, trozos de plástico y lona), dar vuelta o tapar los que sí se usan (baldes, palanganas, tambores, tanques, cisternas) o vaciarlos permanentemente (portamacetas, bebederos).
Se deben frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo a fin de desprender los huevos de mosquito que puedan estar adheridos. Se recomienda rellenar floreros y portamaceta con arena húmeda. Mantener los patios y jardines limpios, ordenados y desmalezados y limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos.
También se aconseja usar siempre repelentes siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase. Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre. Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones. Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
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