En la Argentina, desde febrero pasado ya han ocurrido 35 muertes por la infección por el virus del dengue, si se tienen en cuenta los boletines epidemiológicos provinciales. Nunca antes se habían producido tantos fallecimientos por esa enfermedad -que es transmitida por la picadura de mosquitos- en los brotes previos.
Un dato contundente llama la atención: 3 de cada 4 fallecidos fueron afectados por el serotipo del dengue 2 (técnicamente se lo llama DENV-2), de acuerdo con el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación. Lo informó cuando había 27 muertes reportadas.
Entrevistado por Infobae, el doctor Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, afirmó: “El dengue 2 está circulando más en el Noroeste y en el Área Metropolitana de Buenos Aires y se lo asocia con una mayor probabilidad de tener un cuadro grave. Al haber más cuadros graves, hay más probabilidades de que algunos fallezcan. En general, las personas que fallecen tienen comorbilidades y edad mayor”.
El experto también recordó que haber tenido dengue en otras temporadas es también un factor de riesgo de desarrollar cuadros graves. “En realidad, la letalidad por dengue es baja en comparación con otras enfermedades infecciosas. Porque en realidad son más las personas infectadas, pero hay tres casos asintomáticos por cada caso con síntomas. Por lo cual, más de 200.000 personas habrían ya sido afectadas por dengue en el país esta temporada, pero muchos no lo saben porque no tuvieron síntomas”, dijo Orduna.
El especialista resaltó que eliminar los criaderos de mosquitos y larvas en las casas, los lugares de trabajos y los edificios públicos debe ser una tarea de todos los días para prevenir más casos de dengue.
El virus del dengue pertenece a la familia Flaviviridae y existen cuatro serotipos: 1, 2, 3 y 4. “Cualquier serotipo puede provocar formas graves de la enfermedad, aunque los serotipos 2 y 3 se han asociado con la mayor cantidad de casos graves y de muertes”, había advertido un estudio publicado en febrero de 2021 y liderado por Eleonora Cunto, del Comité de Infectología Critica de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI).
Las formas graves de dengue se conocieron en la década de 1950, durante una epidemia en Filipinas y Tailandia. En la actualidad, se ha extendido a todos los continentes, y la cantidad de casos y su gravedad aumentan progresivamente.
Hay pacientes que son hospitalizados por los signos de alarma. Pese a que se aplican los protocolos terapéuticos vigentes, algunos pacientes evolucionan a formas graves de dengue y requieren cuidados más estrictos.
Según el equipo de SATI, “no parecen existir suficientes elementos clínicos y de laboratorio para predecir qué pacientes hospitalizados por signos de alarma desarrollarán dengue grave”.
Si bien la mayoría de los pacientes con dengue evoluciona favorablemente, la tasa de mortalidad por dengue grave (cada año, obliga a hospitalizar a 500.0000 personas en América Latina) es del 2,5%. Si el dengue se detecta a tiempo y se trata adecuadamente, la mortalidad se puede reducir a menos del 1%.
Exiten también estudios anteriores realizados en otros países que señalan que los virus DEN-2 subtipo III y DEN-3 subtipo III son los que más se aíslan de casos severos. Uno de ellos fue publicado en la revista Virology en 1997, en la década en que hubo una reemergencia del dengue en América, por investigadores de Colombia, Brasil, Estados Unidos, México, Venezuela y Tailandia.
Tras un análisis del genoma del virus del dengue y los orígenes geográficos de las cepas, demostraron una asociación entre la introducción de dos genotipos distintos del virus del dengue de tipo 2 y la aparición de la fiebre hemorrágica del dengue en las Américas.
Los análisis filogenéticos sugieren que esos genotipos se originaron en el sudeste asiático y que desplazaron al genotipo nativo americano en al menos cuatro países. Por consiguiente, la vacunación y otros esfuerzos de control deben dirigirse a disminuir la transmisión de estos genotipos “virulentos”, señalaron en aquel momento los investigadores.
¿Podría el serotipo 2 ser el factor decisivo para que haya tantas muertes durante este brote en la Argentina? Consultada por Infobae, la doctora Andrea Gamarnik, directora del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir e investigadora del Conicet, contestó: “Los cuatro serotipos del virus del dengue tienen diferencias entre sí. Incluso en cada serotipo hay variantes distintas, que se llaman genotipos. Pero hasta el momento no hay datos disponibles que permitan determinar por qué habría más fallecimientos por dengue”.
Además, hay que considerar que el 80% de los casos de dengue son asintomáticos, señaló Gamarnik. Por lo cual, no se diagnostican ni se reportan todos los casos de personas con la infección.
El año pasado, un equipo del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio Maiztegui”, ubicado en Pergamino, provincia de Buenos Aires, descubrió más detalles del serotipo 2 del virus del dengue que circuló en los años pasados en la Argentina.
El equipo de científico tuvo en cuenta que el genotipo III o sudeste asiático-americano del dengue DENV-2 es el que predomina actualmente en América. Durante 2019, se detectó la introducción del genotipo Cosmopolita en Perú y en 2021 se reportó un caso de este genotipo en Brasil.
“Se encuentra en investigación la asociación entre dicho genotipo con un mayor potencial de dispersión y aparición de formas más severas de la enfermedad en el continente americano. En Argentina entre agosto de 2021 y abril de 2022 se confirmaron 381 casos autóctonos de dengue (DENV-2 y DENV-1), de los cuales, 289 fueron detectados en 6 localidades de la provincia de Salta, correspondientes al serotipo 2″, informaron los investigadores argentinos.
“Se detectó el genotipo III en todas las muestras estudiadas tanto del 2021 como 2022, sin detección hasta el momento en Argentina del genotipo cosmpolita recientemente introducido en el continente americano. Es fundamental continuar con los estudios de vigilancia genómica y la realización de análisis filogenéticos y estudios filodinámicos que permitirán contribuir al mejor entendimiento en la introducción y dispersión del dengue en Argentina”, recomendaron en el trabajo que presentaron en el último congreso de la Sociedad Argentina de Infectología.
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