El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti y si bien la mayor actividad de este insecto se da durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, también puede picar durante la noche si en la casa hay alguna luz prendida o en otros momentos del día si no se alimentó.
“Aedes aegypti es un mosquito que tiene actividad diurna, esto implica que va a realizar sus actividades (como alimentarse y poner huevos) durante el día y, a diferencia de otros mosquitos, durante la noche reposa”, precisó a Infobae el biólogo Manuel Espinosa, responsable del Departamento de Enfermedades Transmitidas por Mosquitos de la Fundación Mundo Sano, la organización que hace 30 años trabaja para cambiar la realidad de las personas afectadas por las enfermedades desatendidas.
¿Cuándo pica el mosquito del dengue?
Sin embargo el estilo de vida en las grandes ciudades y el prolongado uso de la luz artificial puede alterar un poco esta dinámica. “El mosquito Aedes aegypti muestra mayor actividad cuando empieza a salir el sol hasta antes del mediodía, podría decirse desde las 6 hasta las 11 y no desaparece, sino que permanece con menor actividad hasta que llegan las horas de la tarde”, detalló Espinosa y explicó que, al atardecer, el mosquito Aedes cobra nuevamente impulso entre las 18 y las 20 ó 21. A medida que anochece, empieza su momento de reposo.
Esto ocurre porque el mosquito Aedes aegypti es fotofóbico, al estar expuestos a la luz vibrante tienden a esconderse ya que son insectos de ambientes húmedos y oscuros, que buscan para descansar, señaló el biólogo.
Si bien las horas diurnas son más propicias para que el mosquito pique (se alimente), en los espacios cerrados, como las casas o departamentos con luces encendidas, también puede picar, “ya que puede estar estimulado entre olores de las personas y la luz, por eso, si algún mosquito necesita alimentarse, lo hará”, dijo el experto de Mundo Sano, aunque destacó que al aire libre el mosquito que transmite el dengue está más estimulado.
Las bajas temperaturas y los casos de dengue
El Aedes aegypti tiene distintas etapas de desarrollo: los huevos, las larvas, las pupas (etapas que transcurren en el agua) y los mosquitos adultos (cuando ya pueden volar). Se crían en lugares sombríos y húmedos.
Los sitios oscuros aseguran que el agua de los recipientes no sobrepase ciertas temperaturas que serían letales para los huevos, larvas y pupas. Cuando son adultos requieren de humedad para sobrevivir mayor tiempo, así los pastos altos son un ambiente ideal que ofrece alimento y refugio del Aedes aegypti. Cualquier recipiente capaz de acumular agua puede convertirse en un criadero pero algunos pueden producir gran cantidad de mosquitos.
El mosquito que transmite el dengue no sólo está activo en verano, por eso la llegada de las temperaturas otoñales y los días más frescos no son un alivio para la multiplicación de casos.
“El periodo de mayor actividad (del mosquito Aedes aegypti) ocurre entre el verano y el otoño, entre diciembre y mayo, estos son los seis meses de mayor actividad por las condiciones de temperatura, esa es la época que el mosquito adulto que pica y transmite está más activo”, señaló el biólogo y agregó que si el invierno tarda en llegar, en junio puede mantenerse la transmisión, “como en 2020, cuando hasta mediado de junio hubo casos”. Por eso, el pico de casos siempre suele darse entre marzo y abril, momentos del pico de población del Aedes.
Cómo impacta la luz artificial
Expertos de Estados Unidos plantearon que las luces urbanas alteran y acortan el período de inactividad de estos insectos portadores de virus, provocando un mayor riesgo de propagación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus del Nilo Occidental pertenece a la familia de los flavivirus y se transmite a los humanos por la picadura de mosquitos infectados. A esa misma familia viral pertenece el dengue y su propagación también está relacionada con estos insectos.
En ese tono, un reciente estudio realizado por expertos de la Universidad Estatal de Ohio, encontró que la contaminación lumínica de las ciudades puede alterar el período de inactividad de los mosquitos. De este modo, estos insectos podrían picar a los humanos y a los animales durante más tiempo del habitual.
Los insectos que portan el virus del Nilo Occidental son los Culex, Aedes -el mismo que el dengue-, Ochlerotatus, y Psorophora. En general, estas especies entran en una etapa llamada diapausa, en la que se refugian en cuevas y en alcantarillas cuando se acerca el inverno y los días son más cortos. No obstante, según lo que hallaron los investigadores, la contaminación lumínica urbana puede interrumpir este período, ya que produce una especie de engaño en el ritmo circadiano de los mosquitos.
Cabe recordar que el ritmo circadiano tiene que ver con los procesos naturales del organismo que responden a la luz y a la oscuridad del entorno. En ese marco, Matthew Wolkoff, uno de los autores de la investigación, analizó en un comunicado de prensa: “Este hallazgo podría ser malo para los humanos y animales a corto plazo porque los mosquitos podrían picarnos más tiempo en la temporada. Sin embargo, también podría ser malo para los mosquitos a largo plazo porque podrían no participar plenamente en las actividades preparatorias que necesitan para sobrevivir al invierno durante la diapausa, y eso podría reducir su tasa de supervivencia”.
En el trabajo, que fue publicado en la revista Insects, los autores analizaron al Culex pipiens, descrito como “un importante vector de enfermedades”. “La contaminación lumínica -plantearon- afecta los niveles de actividad de los mosquitos y varios procesos metabólicos de manera diferente según el fotoperíodo. Esto indica que la contaminación lumínica puede interrumpir la acumulación de nutrientes y posiblemente interferir con el inicio de la diapausa en estas especies”.
Bajo estos preceptos, según postularon, “la luz artificial nocturna puede interrumpir la diapausa de los mosquitos y disminuir su aptitud al perturbar el metabolismo, lo que podría extender la temporada de picaduras y evitar que los insectos en entornos urbanos pasen el invierno con éxito”.
Para llegar a estas conclusiones, los expertos analizaron el metabolismo y la actividad diaria de mosquitos que fueron criados bajo dos condiciones diferentes de laboratorio. Por un lado, días largos que emularon la temporada activa -de picaduras- y días cortos que indujeron a la diapausa con y sin exposición a luz artificial por la noche.
Con este procedimiento, descubrieron que que la luz artificial nocturna incluye en los patrones de actividad y altera la adquisición de las reservas de nutrientes necesarias para que los mosquitos engorden y resistan las temperaturas invernales.
“La prevalencia y la intensidad de la luz artificial nocturna a nivel mundial ha aumentado drásticamente y ahora es casi omnipresente, ya que más del 80% del mundo experimenta algún nivel de contaminación lumínica”, advirtieron los científicos.
Y sumaron: “La luz artificial nocturna de las ciudades aumenta la actividad principalmente de los insectos diurnos, incluidas las avispas endoparasitoides y el mosquito de la fiebre amarilla y el dengue Aedes aegypti, de modo que estas condiciones lumínicas hacen que los mosquitos se alimenten de sangre durante la noche”.
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