En África se registran dos brotes simultáneos de la enfermedad por el virus de Marburgo, pariente del Ébola. Uno se produjo en Tanzania, en África Oriental, y parece dominado, con sólo dos personas en cuarentena. Pero en el otro brote, en Guinea Ecuatorial, en la costa occidental, aún no está controlado.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) están siguiendo de cerca estos dos brotes en el continente africano. Recomendaron que los profesionales de la salud estén atentos ante la posibilidad de que surjan casos de pacientes con Marburgo en otras regiones del mundo.
Si un profesional sospecha que alguien está infectado con el virus debe pedirle detalles de su historial de viaje, según indican los CDC. El paciente debe ser aislado hasta que se obtenga un resultado negativo y el departamento local de Salud deberá ser contactado de forma inmediata. La detección temprana de los casos es clave para reducir la letalidad.
La OMS dijo la semana pasada que Guinea Ecuatorial no estaba siendo transparente en la notificación de personas afectadas por Marburgo.
Si bien se considera que fuera de África el riesgo de adquirir la infección por Marburgo es bajo, los CDC hicieron la recomendación para los profesionales de la salud.
La fiebre por el virus de Marburgo es una infección viral que tiene una tasa de letalidad que puede llegar al 88%. Los huéspedes naturales del virus de Marburgo son los murciélagos de la fruta Rousettus aegyptiacus, que luego lo transmiten a las personas.
También el virus se transmite entre personas por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.
El virus de Marburgo se describió en 1967. Pero el aumento constante de casos en África en los últimos años ha hecho saltar las alarmas. Los síntomas son fiebre alta, vómitos, diarrea y, en los casos más graves, hemorragias por orificios.
En marzo, los CDC recomendaron a los turistas que viajaban a Guinea Ecuatorial y a Tanzania que evitaran entrar en contacto con personas enfermas además de monitorear su salud por tres semanas después de su regreso. También los CDC también enviaron personal a África para ayudar a combatir los brotes en Guinea Ecuatorial y en Tanzania.
Aún no existen tratamientos ni vacunas para Marburgo, pero hay algunos candidatos que se han mostrado prometedores en ensayos clínicos de fase 1. Sin embargo, estos candidatos vacunales deben probarse en pacientes para demostrar que funcionan. Hasta ahora, no se han entregado suministros de dosis para evaluarlas en los brotes actuales.
La OMS afirmó que ha elaborado un protocolo de investigación que puede aplicarse a estos brotes y a cualquier otro filovirus -la familia que incluye el Marburgo y el Ébola- y que lleva más de un mes trabajando contrarreloj para poner en marcha los ensayos.
Si la respuesta al brote funciona bien -aislando los casos y rastreando los contactos- la epidemia se controlará rápidamente, como parece ser el caso en Tanzania. Si la respuesta no es suficiente, se teme un brote generalizado y una necesidad redoblada de vacunación.
Los brotes de Guinea Ecuatorial y Tanzania son los primeros registrados en ambos países. El brote de Guinea Ecuatorial comenzó en enero. El gobierno ha informado de la muerte de nueve personas con enfermedad por el virus de Marburgo confirmada y de la muerte de otras 20 personas relacionadas con los casos confirmados que no se sometieron a testeos, pero se consideran casos probables.
El gobierno de Guinea Ecuatorial ha publicado información limitada sobre el brote, y la OMS sospecha que es probable que haya cadenas de transmisión no detectadas y que no todos los casos conocidos tienen una conexión clara entre sí. Esto sugiere que podría haber una propagación más amplia de lo que se pensaba.
El brote de Tanzania se notificó por primera vez en marzo. Allí han muerto cinco personas con infecciones de Marburgo confirmadas, entre ellas un trabajador sanitario. No se han registrado nuevos casos en Tanzania desde hace dos semanas, pero el período de incubación de Marburgo es de 21 días, por lo que el brote se considera activo.
“Esta es la parte difícil, con la gente aislada, esperando a que pasen los días”, dijo Kheri Issa, gerente de la Cruz Roja de Tanzania para la respuesta a la enfermedad viral de Marburgo, en una entrevista telefónica desde la zona de Kagera donde se desató la enfermedad, según informó el diario The New York Times.
La agencia sanitaria de Naciones Unidas dijo que ambos brotes plantean riesgos regionales: Guinea Ecuatorial tiene fronteras porosas con Camerún y Gabón, y hasta ahora los casos han aparecido en zonas geográficamente difusas del país. En Tanzania, la región de Kagera tiene fronteras muy transitadas con Uganda, Ruanda y Burundi.
Estos brotes se producen después de uno en Ghana el año pasado y en Guinea el anterior, lo que supone un cambio notable respecto a los casos esporádicos de años anteriores.
John Amuasi, jefe del departamento de salud mundial de la Universidad de Ciencia y Tecnología Kwame Nkrumah de Ghana, que investigó un brote de Marburgo en ese país el año pasado. Afirmó que es probable que un mejor seguimiento haya contribuido a lo que parece ser un aumento de los casos de pacientes con Marburgo.
Como parte de la respuesta a la pandemia de COVID-19 -comentó Amuasi- todos los países africanos mejoraron su capacidad de hacer testeos por PCR y vigilancia de enfermedades infecciosas. Ese cambio habría contribuido a diagnosticar a los pacientes con Marburgo con más frecuencia.
Pero esto sugiere que históricamente puede haber más virus circulando entre los humanos de lo que se pensaba, dijo el doctor Amuasi, y la forma en que enferma a las personas puede ser diferente de lo que se ha entendido.
En tanto, la doctora Nancy Sullivan, directora de los Laboratorios Nacionales de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston, consideró que el cambio climático, y la forma en que está modificando el comportamiento humano y animal, está impulsando un aumento real de los casos. “Estamos incidiendo mucho más en los reservorios” del virus, afirmó.
Sullivan diseñó la vacuna candidata contra Marburgo más avanzada en su desarrollo cuando trabajaba con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU. Se demostró seguridad y respuesta inmunitaria en un ensayo clínico de Fase I, y el Instituto de Vacunas Sabin, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington que promueve el desarrollo mundial de vacunas, continúa el proceso de pruebas.
El Instituto Sabin declaró que disponía de 600 dosis de las vacunas en viales y listas para su uso, y preveía una reserva eventual de 8.000 para finales de este año. Sullivan dijo que 600 dosis bastarían para iniciar un ensayo de vacunación en anillo de las personas de riesgo en Tanzania y Guinea Ecuatorial.
Pero la OMS aún tiene que anunciar los detalles operativos de un ensayo de esa u otras tres vacunas candidatas. El transporte de las dosis al país es sólo uno de los retos; un ensayo requeriría un investigador principal del país del brote, acuerdos legales con los fabricantes de la vacuna y la aprobación reglamentaria.
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