El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, de 86 años, permanecía desde ayer ingresado en una unidad de cuidados intensivos de un hospital de Milán a causa de una infección pulmonar, producto de una condición hematológica conocida como leucemia mielomonocítica crónica, que padece desde tiempo atrás.
El primer parte médico publicado en las últimas horas por el hospital San Raffaele, que lleva la firma de los doctores Alberto Zangrillo y Fabio Ciceri, el primero médico habitual del líder de Forza Italia, indicó: “El presidente Silvio Berlusconi se encuentra actualmente hospitalizado en cuidados intensivos para el tratamiento de una infección pulmonar”. Los médicos también confirmaron el diagnóstico de leucemia mielomonocítica, que han detectado en “fase crónica persistente y con ausencia de características de desarrollo en la leucemia aguda”.
“La estrategia terapéutica establecida prevé el tratamiento de la infección pulmonar, un tratamiento citorreductor especializado destinado a limitar los efectos negativos de la hiperleucocitosis patológica y la restauración de las condiciones clínicas preexistentes”, detallaron.
Se trata de la primera comunicación oficial sobre el estado de salud del político y empresario, quien fue ingresado este miércoles por la mañana, tras lo cual la prensa italiana filtró, citando a fuentes cercanas, que también había comenzado un tratamiento de quimioterapia debido a la leucemia que padece.
La leucemia mielomonocítica crónica (CMML, por sus siglas en inglés) es un tipo de cáncer de la sangre poco común que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado como “neoplasias mielodisplásicas o mieloproliferativas”. La edad promedio en que se diagnostica el cuadro es de los 65 a los 75 años. De hecho el expresidente del Consejo de Ministros de Italia fue diagnosticado hace tiempo, aunque no se precisó a qué edad.
Los síndromes mielodisplásicos son un grupo de enfermedades en las que las células sanguíneas en la médula ósea no maduran para transformarse en células sanguíneas sanas. Pertenece al tipo de enfermedades en las que la médula ósea produce demasiados glóbulos rojos, plaquetas o ciertos tipos de glóbulos blancos. Uno de los grandes avances en los últimos 5 años es que se ha mejorado la comprensión de las anomalías moleculares que ocasionan la enfermedad y “se espera que este nuevo conocimiento permita desarrollar nuevos y mejores tratamientos terapéuticos”, indicó The Leukemia & Lymphoma Society (LLS), una organización sin fines de Estados Unidos, dedicada a financiar la investigación del cáncer de la sangre y brindar educación y servicios a los pacientes.
Los síntomas
Los síntomas comunes de la leucemia mielomonocítica, según explica LLS, crónica incluyen:
-Debilidad y fatiga debido a la anemia (una afección en la que la sangre carece de la cantidad adecuada de glóbulos rojos sanos para transportar suficiente oxígeno a todas partes del cuerpo)
-Petequias (puntos rojos en la piel del tamaño de una cabeza de alfiler), moretones y sangrado debido a la trombocitopenia (cantidad insuficiente de plaquetas)
-Infecciones frecuentes debido a la leucopenia (una cantidad de glóbulos blancos menor de lo normal)
-Agrandamiento del bazo y del hígado
-Una sensación de saciedad debajo de las costillas debido al agrandamiento del bazo
Tratamientos
La mayoría de los pacientes con leucemia mielomonocítica crónica son tratados con medicamentos. El alotrasplante de células madre es una posible opción curativa para algunos pacientes, de acuerdo con los especialistas de la organización estadounidense. “La seguridad y eficacia de las nuevas terapias para la leucemia mielomonocítica crónica y la leucemia mielomonocítica juvenil se están investigando en ensayos clínicos”, afirman.
Se trata de una enfermedad que al día de hoy no tiene cura, pero puede ser tratada. Según los especialistas de LLS, el tipo de tratamiento depende de varios factores particulares del paciente, entre ellos:
-Las características y la extensión de los síntomas
-La necesidad de un control rápido de la enfermedad
-Si es apto para recibir un trasplante de células madre
-El estado de salud general y la calidad de vida
No existe un tratamiento estándar para la leucemia mielomonocítica crónica. Las terapias puede incluir la administración de diversas drogas, que han mostrado un resultado dispar, ya que algunos medicamentos han sido útiles para pocos pacientes, y el trasplante de células madre.
En este último caso, se ha empleado el alotrasplante de células madre para tratar y a veces curar a los pacientes con leucemia mielomonocítica crónica. “La tasa de supervivencia general a largo plazo luego de un trasplante de células madre es de aproximadamente el 40 por ciento”, según la misma fuente.
Por qué se produce la leucemia mielomonocítica crónica
La leucemia mielomonocítica crónica es un trastorno clonal, en el que un grupo de células idénticas, con una ascendencia común, se multiplican de manera descontrolada. En esta enfermedad el cambio afecta el desarrollo normal de un tipo de glóbulo blanco llamado “monocito”. Los monocitos representan entre el 5 y el 10 por ciento de las células en la sangre humana normal. Estas células y otros glóbulos blancos llamados “neutrófilos” son las dos células principales que ingieren y matan microbios en la sangre. Cuando los monocitos salen de la sangre y entran al tejido, se convierten en macrófagos. Los macrófagos son los monocitos en acción: pueden combatir infecciones en los tejidos, ingerir células muertas y ayudar a otras células, como los linfocitos, a llevar a cabo sus funciones inmunitarias.
Los monocitos surgen a partir de células productoras de sangre inmaduras llamadas “células madre”. En la leucemia mielomonocítica crónica, demasiadas células madre se transforman en monocitos. Algunas de estas células madre nunca se transforman en glóbulos blancos maduros. A estos glóbulos blancos inmaduros se les llaman “blastos”. Con el tiempo, los monocitos se acumulan en la médula ósea y en otros órganos e interfieren con la producción normal de otros tipos de células sanguíneas, entre ellos los glóbulos rojos (que transportan oxígeno a todos los tejidos del cuerpo) y las plaquetas (que forman coágulos para ayudar a detener el sangrado ante una herida).
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