El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta a millones de niños en el mundo y a menudo continúa en la edad adulta. Esta condición incluye una combinación de problemas persistentes, como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Los niños con TDAH también pueden presentar baja autoestima, dificultad para relacionarse o bajo rendimiento escolar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más del 4% de la población mundial tiene TDAH. Y si bien los síntomas suelen disminuir con la edad, en algunas personas persisten hasta la vida adulta.
Los expertos de la Clínica Mayo de EEUU señalaron que existen estrategias efectivas para las familias y, aunque el tratamiento no cura el TDAH, puede ayudar mucho con los síntomas. El diagnóstico y las opciones terapéuticas a tiempo pueden hacer una gran diferencia en el resultado.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
La falta de atención y el comportamiento hiperactivo impulsivo constituyen los rasgos característicos. Los síntomas del TDAH suelen comenzar antes de los 12 años y, en algunos niños, se notan a partir de los 3 años de edad. Pueden ser leves, moderados o graves.
El TDAH ocurre con más frecuencia en los hombres que en las mujeres, y los comportamientos pueden ser diferentes en los niños y las niñas. Por ejemplo, los chicos pueden ser más hiperactivos, mientras que las chicas pueden tender a ser menos atentas, indicaron los especialistas de la Clínica Mayo. Además, detallaron que existen tres subtipos de TDAH:
- Falta de atención predominante: la mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante: la mayoría de los síntomas son la hiperactividad e impulsividad.
- Combinado: esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.
Cómo se manifiesta la falta de atención
Un niño o una niña que manifiesta un patrón de falta de atención habitualmente presenta las siguientes características:
- Le cuesta prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en las tareas escolares
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
- Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
-· Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares
- Tiene problemas para organizar tareas y actividades
- Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental de concentración, como la tarea escolar
- Pierde los elementos necesarios para las tareas o las actividades, por ejemplo, juguetes, asignaciones escolares, lápices
- Se distrae fácilmente
Hiperactividad e impulsividad
Un niño que muestra un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad habitualmente presenta las siguientes características:
- Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento
- Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones
- Está en constante movimiento
- Va de un lado para otro o trepa en situaciones no apropiadas
- Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas
- Habla demasiado
- Da respuestas apresuradas o interrumpe a quien le hace preguntas
- Tiene dificultades para esperar su turno
- Interrumpe conversaciones, juegos o actividades de otros, o se entromete en ellas
La mayoría de los niños sanos no prestan atención o son hiperactivos o impulsivos en un momento u otro. Es típico que los niños en edad preescolar tengan períodos de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso, en niños mayores y adolescentes el período de atención a menudo depende del nivel de interés.
Lo mismo ocurre con la hiperactividad. Los niños pequeños son naturalmente activos; a menudo todavía están llenos de energía mucho después de haber agotado a sus padres. Además, algunos niños tienen naturalmente un nivel de actividad más alto que otros.
Nunca se debe decir que un niño tiene TDAH solo porque es diferente a sus amigos o hermanos.
Los niños que tienen problemas en la escuela, pero se llevan bien en casa o con los amigos, probablemente tengan problemas con algo que no sea el TDAH. Lo mismo ocurre con los chicos que son hiperactivos o que no prestan atención en casa, pero cuyas tareas escolares y amistades no se ven afectadas.
Cuándo consultar al médico
Los especialistas de la Clínica Mayo recomiendan siempre consultar a un médico especialista. Si le preocupa que su hijo muestre signos de TDAH, afirman, se debe visitar a su pediatra o médico de familia. Es posible que el médico lo derive a un especialista, como un pediatra del desarrollo y el comportamiento, un psicólogo, un psiquiatra o un neurólogo pediátrico, pero es importante que primero se realice una evaluación médica para detectar otras posibles causas de las dificultades de su hijo.
Hasta el momento, la causa precisa del origen del TDAH no está clara, pero se sabe que los factores que pueden estar involucrados en su desarrollo incluyen la genética, el entorno ambiental o problemas con el sistema nervioso central en momentos clave del desarrollo.
Hábitos saludables para toda la familia
Debido a que el TDAH es un trastorno complejo y cada persona con el diagnóstico es única, es difícil hacer recomendaciones que funcionen para todos de igual manera, advierten los expertos de la Clínica Mayo. Asimismo, señalaron algunas sugerencias que pueden ayudar a crear un entorno favorable:
1 - Demostrar afecto. Los niños necesitan escuchar que son amados y apreciados. Centrarse solo en los aspectos negativos del comportamiento de su hijo puede dañar la relación y afectar la confianza en sí mismo y la autoestima. Si al niño le cuesta aceptar signos verbales de afecto, una sonrisa, una palmada en el hombro o un abrazo pueden demostrar que el adulto le presta atención. Es aconsejable buscar comportamientos por los cuales puedas felicitar a su hijo regularmente.
2 - Buscar formas de mejorar la autoestima. A los niños con TDAH a menudo les va bien con proyectos de arte, lecciones de música o danza, o clases de artes marciales. Elige actividades basadas en sus intereses y habilidades. Todos los niños tienen talentos e intereses especiales que pueden fomentarse. Los éxitos pequeños y frecuentes ayudan a desarrollar la autoestima.
3 - Palabras sencillas al dar indicaciones. Hablar despacio, en voz no elevada y ser muy específico y concreto. Dar una instrucción por vez y hacer contacto visual con el niño antes y mientras le das indicaciones.
4 - Identificar las situaciones difíciles. Evitar momentos que sean difíciles para su hijo, como sentarse en presentaciones largas o ir de compras a centros comerciales y tiendas donde la variedad de productos y personas puede ser abrumadora.
5 - Usar tiempos de espera para fomentar el autocontrol. Comenzar con una disciplina firme y amorosa que recompense el buen comportamiento y desaliente el comportamiento negativo. Los tiempos de espera deben ser relativamente breves, pero lo suficientemente largos para que su hijo recupere el control. La idea es interrumpir y desalentar el comportamiento fuera de control.
6 -Trabaja en la organización. Ayudar a su hijo a organizarse y mantener un cuaderno o tabla de tareas y actividades diarias y asegurarse de que tenga un lugar tranquilo para estudiar. Agrupar los objetos en la habitación del niño y guardarlos en espacios claramente marcados. Trata de ayudar a tu hijo a mantener su entorno organizado y despejado.
7 - Mantener un horario regular para las comidas, las siestas y la hora de acostarse. Los niños con TDAH tienen dificultades para aceptar y adaptarse al cambio. Es recomendable utilizar un calendario grande para marcar las actividades especiales que se aproximan y las tareas diarias. Evitar o al menos advertir a los niños de las transiciones repentinas de una actividad a otra.
8 - Fomentar la interacción social. Ayuda a tu hijo a aprender habilidades sociales al modelar, reconocer y recompensar las interacciones positivas con sus compañeros.
9 - Dieta, ejercicio y sueño. Es fundamental que los niños estén descansados, el cansancio a menudo empeora los síntomas del TDAH. Es importante que su hijo lleve una dieta equilibrada para un desarrollo saludable. Además de los beneficios para la salud, el ejercicio regular puede tener un efecto positivo en el comportamiento cuando se añade al tratamiento.
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