Cada segundo jueves de marzo, se conmemora el Día Mundial del Riñón, una patología considerada como silenciosa porque, generalmente, no presenta síntomas hasta que se encuentra en una fase avanzada y ya es irreversible, según indican los expertos. En la Argentina, el Ministerio de Salud afirmó que afecta a casi 5 millones de personas y que sólo 1 de cada 10 lo sabe.
La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida gradual de la función renal que, en su última etapa, se desarrolla como una falla renal y la consecuente necesidad de reemplazo funcional mediante tratamientos sustitutivos (TSR), como diálisis o trasplante. Al ser asintomática, durante un largo período de tiempo, el diagnóstico suele llegar tarde, y comienza a tratarse cuando ya no es posible detener su avance y sólo es un tratamiento para paliar los síntomas.
En la actualidad, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por su alta incidencia, prevalencia y morbimortalidad, representa la octava causa de mortalidad en el mundo. Es más, el Global Burden of Disease (GBD), en 2019, señaló que afecta a más de 720 millones de personas en el mundo y produce 1,48 millones de muertes anuales.
Ante este panorama, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) y la Sociedad Argentina de Nefrología presentaron un convenio firmado entre ambos organismos para el desarrollo del Programa de Abordaje Integral de la Enfermedad Renal Crónica Avanzada, es decir cuando se encuentra en el estadio más crítico, con el objetivo trabajar en conjunto para la gestión adecuada de este grupo de pacientes.
En este sentido, el médico nefrólogo Carlos Castellaro señaló, durante una conferencia de Enfermedad Renal Crónica realizada con el apoyo de la biofarmacéutica Boehringer Ingelheim, que “la mayor prevalencia (de ERC) se presenta en el estadio G3a (ERC leve a moderada), etapa en la que los riñones tienen daños leves o moderados y donde las estrategias de intervención correctas pueden ralentizar el proceso y retrasar el inicio de la terapia sustitutiva renal o diálisis”.
Asimismo, afirmó que las “estrategias de salud deberían apuntar a la prevención y al diagnóstico temprano, lo cual puede realizarse mediante un simple análisis de sangre y orina, de muy bajo costo pero que no siempre se incluyen en los chequeos (creatinina y albuminuria)”.
La ERC se clasifica en 5 estadios según el volumen de filtrado glomerular (VFG) y la presencia de albuminuria en orina. El estadio 5, falla renal, representa un punto de inflexión: a partir de allí los pacientes requieren algún tipo de terapia sustitutiva, como la diálisis o el trasplante para seguir viviendo. Es de destacar, que el paciente que recibe diálisis sufre un gran impacto sobre su calidad de vida.
La economista en salud Natalia Jorgensen, autora principal del estudio “La ERC en Argentina. Situación actual y estimación de costos” realizado por “Soul Consulting”, señaló durante dicha conferencia con expertos que “a partir de entrevistas en profundidad que realizamos con especialistas referentes en el tema, detectamos que en la Argentina existen deficiencias en cuanto al abordaje de la ERC”.
“El punto de inflexión es el momento de detección de la enfermedad. Cuando la detección es tardía, los pacientes tienen mayor probabilidad de un mal pronóstico y los costos de atención se incrementan”, agregó la especialista. Asimismo, advirtió que el costo directo total de la ERC en Argentina ascendió a 2.150 millones de dólares en 2022, siendo que la carga por tratar a un paciente que requiere diálisis (estadio 5) es 20 veces más alta que si se interviniera en las etapas previas.
Por su parte, el titular de INCUCAI, Carlos Soratti, dio detalles sobre el programa anunciado en las últimas horas y advirtió que el mismo prevé la creación de Consultorios de Enfermedad Renal Crónica Avanzada (CERCA) que serán conformados por equipos transdisciplinarios y funcionarán como “herramienta organizativa capaz de tomar contacto con la enfermedad renal de manera precoz para poder mejorar la calidad de acceso en tratamiento sustitutivo cuando sea necesario”, según informaron desde el Ministerio de Salud en un comunicado.
Asimismo, detalló que se generará un Registro Nacional de Enfermedad Renal Crónica Avanzada en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina, el cual “permitirá abordar de manera integral la problemática renal y ayudar a mejorar la calidad de la intervención”. Y señaló: “Los registros nos permiten dimensionar los problemas y nos trazan el camino para intervenir, modificar y mejorar la calidad y el acceso al tratamiento sustitutivo”.
Carlos Bonanno, presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología, habló sobre este nuevo programa y advirtió que el lema del encuentro celebrado con motivo del Día Internacional del Riñón era: “Salud renal para todos. ¡Preparándonos para lo inesperado, apoyando a los vulnerables!”. “La experiencia de la pandemia visibilizó la situación de los pacientes renales” por lo que “tenemos que tomar esa experiencia para fortalecer el sistema”, agregó.
Según se detalló, a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2018-2019 se estima que el 12,7% de la población adulta (mayores de 18 años) padecería Enfermedad Renal Crónica en alguno de sus estadios, y el 2,7% estaría cursando la Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) (estadios 3b, 4 y 5). De esta población, el sistema sanitario tiene nominalizados y registrados en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA) únicamente a los pacientes que se encuentran en diálisis crónica y/o en lista de espera para trasplante.
En ese tono, se detalló que la información brindada anualmente por el Registro Argentino de Diálisis Crónica (RADC) sobre “las condiciones clínicas con que llegan los pacientes con ERCA a la diálisis crónica, da cuenta de la falta de atención oportuna por parte de los servicios sanitarios y el condicionamiento para las perspectivas del éxito terapéutico a lograr”. Incluso, puntualizó que “el registro pone en evidencia la falta de desarrollo de la diálisis peritoneal y la limitada exploración del trasplante preventivo en el país”.
Con estos datos, que se conformaron gracias a la información brindada por el SINTRA, “se conoce que solo el 19% de los pacientes en diálisis crónica se encuentran inscriptos en lista de espera para trasplante, y en el caso particular de la población con cobertura pública exclusiva únicamente el 13%”, indica el comunicado. Al tiempo que señala que, en el marco del convenio, se establece la creación Programa de Abordaje Integral de la Enfermedad Renal Crónica Avanzada con la finalidad de promover la detección, estadificación, registro y cuidado integral de personas con ERCA.
Enfermedades renales crónicas, cardiovasculares y diabetes
Durante la conferencia sobre Enfermedad Renal Crónica realizada con el apoyo de la biofarmacéutica Boehringer Ingelheim, los expertos advirtieron la estrecha relación entre la Diabetes Tipo II, el riñón y el corazón. Es que, según indicaron, entre las causas frecuentes de la ERC se encuentran la diabetes tipo 1, diabetes tipo II, la hipertensión arterial y la nefritis glomerular, según datos disponibles del GBD.
Asimismo, destacaron, gracias a los datos suministrados por el estudio realizado por la Consultora Soul Consulting, la importancia de la Diabetes como principal causa de la ERC, ya que la Tipo II produce más del 50% de los casos incidentes de enfermedad renal crónica, pero también encontraron una estrecha relación entre la enfermedad renal crónica (ERC) y las enfermedades cardiovasculares (CV).
“La enfermedad CV es la primera causa de muerte en pacientes con ERC, pero también la ERC aumenta el riesgo de muerte en la enfermedad CV, independientemente de la existencia de otros factores de riesgo”, puntualizaron en el documento.
Al respecto, la doctora Silvia Lapertosa, ex presidente de la SAD (Sociedad Argentina de Diabetes), destacó la importancia en esta “interconexión entre las condiciones Diabetes Tipo II, Enfermedad Renal Crónica y Enfermedad Cardiovascular, la misma fue tomada en consideración por el Ministerio de Salud de la Nación para la actualización de la ‘Ley de Diabetes’ que realizó en noviembre mediante la resolución 2820/2022″.
En el marco de dicha norma, se incorporó al Programa Médico Obligatorio (con cobertura del 100%) los medicamentos de la categoría ISGLT2 (Empagliflozina, Dapaglifozina, Canagliflozina) para aquellos pacientes con Diabetes Tipo II que cumplan con determinados criterios, entre ellos, que presenten Enfermedad Cardiovascular y/o Nefropatía diabética 2 .
“La dimensión del problema debiera dar paso a una discusión necesaria en Argentina respecto al abordaje integral de esta enfermedad crónica. Se puede lograr con un involucramiento proactivo de diversos actores del sistema de salud, ya que si no se hace, la enfermedad seguirá avanzando de forma silenciosa para el paciente y los costos para el sistema de salud continuarán incrementándose”, finalizó Jorgensen.
Seguir leyendo: