Dieta, ejercicio y calzado: cómo evitar las lesiones en el tobillo

Esta articulación permite estabilizar los movimientos mientras caminamos. Los consejos de una experta de Mayo Clinic para prevenir y tratar esguinces, fracturas y otros problemas

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El uso de un calzado
El uso de un calzado adecuado para hacer deporte es fundamental para prevenir lesiones en el tobillo (Getty)

Una lesión en cualquiera de los huesos, ligamentos o tendones del tobillo suele causar molestia y dolor, dos síntomas que pueden ser precursores de un cuadro más grave al que hay que prestarle atención. Es que esta articulación de nuestro cuerpo, formada por la tibia y el peroné, es vital para estabilizar los movimientos a la hora de caminar.

Solo en Estados Unidos, se estima que la incidencia de las fracturas de tobillo es de más de cinco millones por año. Para prevenirlas, hay que tener en cuenta múltiples factores. La doctora Krystin Hidden, quien se dedica a la cirugía ortopédica en Mayo Clinic, dio algunas sugerencias al respecto.

Cómo evitar y prevenir las lesiones en el tobillo

1- Alimentación saludable y deporte

La profesional del centro de salud estadounidense sugirió que llevar una alimentación saludable y consumir suficiente cantidad de vitamina D mejorará la salud ósea”, mientras que “la actividad física diaria activará directamente el tobillo para favorecer la estabilización de los músculos y los ligamentos en superficies desniveladas”.

Sobre este punto, Hidden advirtió: “Más de mil millones de personas en todo el mundo carecen de suficiente cantidad de vitamina D; se recomiendan al menos 600 unidades de esta vitamina para las personas de 1 a 70 años y 800 unidades diarias para los mayores de 70″.

La alimentación tiene un impacto
La alimentación tiene un impacto directo en la salud ósea (Sina Schuldt/dpa)

2- Ejercicios y estiramiento en casa

Algunas medidas adicionales para prevenir lesiones en el tobillo incluyen hacer ejercicios de propiocepción de tobillo para mejorar el equilibrio y la coordinación. Estos ejercicios mejoran la estabilización de los ligamentos y los músculos en la articulación, incluidos el tibial anterior, el posterior y los músculos peroneos.

“Los estiramientos diarios del músculo de la pantorrilla ayudan a combatir el desequilibrio y podrían prevenir cualquier tipo de lesión. En el caso de pacientes con arco plantar alto, que son propensos a sufrir lesiones, estirar los músculos de las pantorrillas y usar calzados con un buen apoyo y plantillas puede posicionar mejor la articulación del tobillo para prevenir futuras lesiones. Estas lesiones pueden variar entre pequeñas fisuras en los huesos que atraviesan la piel, y pueden ser consecuencia de múltiples factores, como por ejemplo rotacionales de baja energía en deportes recreativos o accidentes en vehículos motorizados”, sumó Hidden.

3- Uso de un calzado adecuado

Usar calzados con un buen apoyo y plantillas que ayuden al antepié a ponerse en posición de pronación también podría ayudar a los pacientes con arco plantar alto a tener una mejor posición de la articulación del tobillo. Por último, las pantorrillas tensionadas, o los músculos gastrocnemios, pueden predisponer a los pacientes a fracturas de tobillo, ya que un arco plantar alto tiende a sufrir más esguinces de tobillo.

La actividad física promueve la
La actividad física promueve la estabilización de los músculos del tobillo (Pexels)

4- Tratamiento y consulta con un profesional

El tratamiento de las lesiones en el tobillo puede depender de la gravedad del problema. Sin duda, en el caso de un esguince, es posible que el cuidado personal y los analgésicos de venta libre sean suficientes para paliar el dolor, pero podría ser necesaria una evaluación médica que determine los pasos a seguir.

“Es fundamental buscar la ayuda de un profesional de atención médica calificado, como un especialista en ortopedia, medicina física o medicina del deporte. Según sus necesidades específicas, es posible que tenga que trabajar con un fisioterapeuta como parte del programa de recuperación y prevención”, dijo Hidden.

Y describió: “El problema más frecuente es el esguince de tobillo, una lesión que se produce cuando dobla, tuerce o gira el tobillo de una forma extraña que lo obliga a moverse fuera de su posición normal. Este movimiento puede estirar o desgarrar los ligamentos. Si un esguince no recibe el tratamiento adecuado, participar en actividades poco después de que ocurrió el esguince o tener esguinces de tobillo de forma reiterada podría derivar en complicaciones”.

Si lo que tenemos es una fractura, el tratamiento dependerá del lugar exacto donde se produjo y de la gravedad. Una fractura grave de tobillo puede requerir una cirugía para colocar placas, varillas o tornillos en el hueso fracturado para mantenerlo en la posición correcta durante la recuperación.

En Estados Unidos, cinco millones
En Estados Unidos, cinco millones de personas al año sufren fracturas de tobillo (Getty)

“Las fracturas de tobillo suelen ocurrir con más frecuencia en el peroné, específicamente en el maléolo lateral. Las fracturas del maléolo lateral que ocurren de forma aislada se pueden tratar sin necesidad de una cirugía si no se detectan en las radiografías otras lesiones en los ligamentos. Las fracturas del maléolo lateral, medial y posterior suelen requerir una cirugía si se producen de forma combinada, ya que el tobillo pierde estabilidad y tiende a desarrollar artritis si no se trata con una cirugía”, precisó la doctora de Mayo Clinic.

De acuerdo con lo explicado por Hidden, “estas articulaciones se denominan traslacionales, es decir, una parte se traslada con respecto a la otra, pero no gira. Sin embargo, se ha demostrado que apenas 1 milímetro de traslación de la articulación reduce el 42% del área de contacto. Si esta conexión estable no se recupera, la artritis del tobillo podría avanzar rápidamente”.

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