Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina y el Caribe, uno de cada 360 niños y adolescentes es diagnosticado de cáncer cada año (29.000). Ante esta realidad, y con el Día Internacional contra el Cáncer Infantil como jornada indicada, la labor que realiza la Casa Garrahan, de la mano de la Fundación Garrahan, enaltece aún más su importancia. Desde su apertura, han recibido más de 30.000 pacientes, quienes mayoritariamente padecen las patologías crónicas más complejas, como son las enfermedades oncológicas, y sus acompañantes.
“Es un hogar lejos del hogar”, señaló en diálogo con Infobae Silvia Kassab, Directora Ejecutiva en Fundación Garrahan. Según explicó, desde su inauguración el 25 de marzo de 1997, brinda “alojamiento y contención a niños, niñas y adolescentes junto a sus acompañantes, quienes se encuentran en tratamiento ambulatorio en los tres Hospitales pediátricos de la Ciudad de Buenos Aires, que no requieren internación, pero si deben estar próximos a esos Centros Asistenciales”.
Dentro de sus paredes, además de mucho amor y contención, se encuentra un importante trabajo de un equipo de profesionales, asistentes y voluntarios que, desde su apertura, “han recibido más de 30.000 pacientes, quienes mayoritariamente padecen las patologías crónicas más complejas y sus acompañantes”. ”En todos los casos, el alojamiento que se otorga no tiene costo alguno para el Sistema de Salud ni para los pacientes”, señaló Kassab.
“Quienes se alojan en Casa Garrahan reciben todo lo necesario para sus estadías con esencial dedicación en fortalecer y revalorizar todos los aspectos sanos que deben atenderse de los niños- pacientes, por eso son valiosos los espacios lúdicos, los de aprendizaje y enseñanza para las familias donde se abordan temas de auto cuidado y educación para la salud”, indicó la directora. Y dentro de sus paredes cobija, mes a mes, a decenas de mamás, papás, abuelos o familiares que acompañan a sus pequeños en los procesos de atención médica.
La Casa Garrahan se sostiene gracias a los aportes solidarios de empresas, instituciones y la comunidad mediante su programa de Padrinos, los cuales son sostenidos en el tiempo ya que muchos de ellos nos acompañan desde su creación; ya que este espacio fue creado por la Fundación Garrahan el 21 de marzo de 1988, por una iniciativa de médicos del hospital.
El objetivo que se establecieron los profesionales fue poder cubrir con las necesidades de la institución pediátrica con la convicción de que “la salud es un derecho que debe concentrarse”. Y ese ideal que sentaron en esos inicios ahora creció e impulsó, de la mano de la Fundación Garrahan, proyectos de investigación, formación, infraestructura, contención y asistencia tanto para el equipo de profesionales como para la población.
Por su parte, en el Día Internacional del Cáncer Infantil, desde la OPS buscaron concientizar sobre esta patología mediante la campaña: “En tus manos”, la cual tiene como objetivo alertar a los padres, cuidadores y profesionales de la salud en América Latina y el Caribe sobre los primeros signos de los cánceres más comunes en niños, niñas y adolescentes, para mejorar el diagnóstico oportuno y el resultado del tratamiento. Además de resaltar la importancia del acompañamiento ante estas patologías.
El doctor Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS, señaló que “en América Latina y el Caribe, cerca de 29.000 niños y adolescentes son diagnosticados con cáncer cada año; y, si bien, la tasa regional general de supervivencia del cáncer infantil es actualmente del 55%, esta varía significativamente de un país a otro”.
En ese sentido, según indicaron desde el organismo sanitario panamericano, “en los países con más bajos ingresos de la región, los niños, niñas y adolescentes padecen tasas de supervivencia tan bajas como el 20%, mientras que los de los países con ingresos más altos se enfrentan a probabilidades de supervivencia muy diferentes, que llegan hasta el 80%”. Esta disparidad está relacionada con los retrasos en el diagnóstico, falta de atención especializada, acceso y disponibilidad limitados de medicamentos esenciales contra el cáncer y mortalidad evitable debida a infecciones.
“Aunque el cáncer infantil no puede prevenirse, la mayoría de estos cánceres pueden curarse si se detectan a tiempo”, afirmó Hennis. Y agregó: “Proporcionar a los padres y cuidadores la información que necesitan para dar la voz de alarma es crucial para garantizar un diagnóstico a tiempo”. Es por este motivo que indicaron que los tipos más comunes de cáncer pediátrico son la leucemia linfoblástica aguda, el linfoma de Burkitt, el linfoma de Hodgkin, el tumor de Wilms, el retinoblastoma y el glioma de bajo grado, que representan hasta el 60% de todos los cánceres infantiles.
En ese tono, resaltaron que los síntomas más frecuentes son fatiga, hematomas inexplicables, bultos o hinchazón, pérdida de apetito, dolor de cabeza persistente, mareos y vómitos, y dolor óseo. “Los seis cánceres infantiles más comunes tienen características únicas, con signos y síntomas tempranos detectables, y son altamente curables con terapias probadas”, señaló Marcela Zubieta, responsable de la red latinoamericana de Childhood Cancer International.
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