Cuáles son los beneficios de la terapia cetogénica para los pacientes con epilepsia refractaria

El tratamiento nutricional es una opción médica para aquellas personas que no responden a los fármacos anticonvulsivos. En qué consiste y por qué debe ser abordado por un equipo multidisciplinario

El 30% de las personas con epilepsia que no responden a las terapias con fármacos pueden recibir otros tratamientos, como la dieta cetogénica, que no solo disminuye los episodios sino que ayuda a mejorar el sueño y la calidad de vida (Getty)

La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica que afecta a unas 50 millones de personas en todo el mundo. Según su grado de severidad, puede provocar convulsiones recurrentes, contracciones musculares involuntarias, pérdida de la conciencia, alteraciones del movimiento, de los sentidos y de otras funciones cognitivas.

Se estima que casi el 70% de los pacientes con epilepsia puede controlar la enfermedad con tratamientos farmacológicos. Asimismo, alrededor de un 30% de las personas con epilepsia, no pueden manejar las crisis con medicación, ya sea con uno o más fármacos.

“A este grupo se lo llama ‘refractarios’ al tratamiento, y pueden ser estudiados para evaluar alguna otra alternativa de tratamiento, como por ejemplo cirugía, neuroestimulación o dieta cetogénica”, señala la Liga Argentina contra la Epilepsia.

La terapia cetogénica es un tratamiento nutricional no farmacológico que consiste en modificaciones en la dieta, con la ingesta de una serie de alimentos ricos en grasas, adecuados en proteínas y una menor proporción de aquellos elevados en hidratos de carbono.

La dieta cetogénica se utiliza para el tratamiento de la epilepsia refractaria en la infancia debido al efecto beneficioso sobre la reducción de las convulsiones (Getty)

En estos casos, el tratamiento es abordado por un equipo de salud multidisciplinario, liderado por un especialista en neurología, sobre todo en las primeras etapas de la implementación de la terapia.

“En aquellos casos que no responden a la terapia con dos o más fármacos anticonvulsivantes (en monoterapia o en combinación, apropiadamente elegidos y empleados de forma adecuada), que son las epilepsias refractarias, es importante realizar la consulta con un neurólogo especializado en la terapia cetogénica, para ver si ese paciente es candidato o no a este tratamiento no farmacológico. Los beneficios muchas veces pueden ser un verdadero cambio en el día a día del paciente y de su familia”, afirmó el doctor Ignacio Sfaello, neuropediatra, jefe del servicio de Neurología Infantil en la Clínica Universitaria Reina Fabiola, en Córdoba, integrante de la Sociedad Argentina de Neurología Infantil, de la Sociedad Argentina de Pediatría y de la Liga Argentina contra la Epilepsia.

Existen fórmulas nutricionales que facilitan este tipo de alimentación, con muchos nutrientes y alto contenido en grasas que ayudan a preparar comidas como las tradicionales; se pueden elaborar panes, muffins, fideos o panqueques, entre otros alimentos. De esta manera, pueden aumentar los cuerpos cetónicos que necesitan mediante una alimentación variada, contribuyendo a la vez a la adherencia al tratamiento.

La epilepsia afecta a 50 millones de personas en todo el mundo (Getty)

Estas fórmulas nutricionales están cubiertas por las obras sociales y prepagas (o por el Ministerio de Salud de la Nación para quienes no cuenten con cobertura médica) por la Ley de Discapacidad (n°22.431 y n° 24.901) en los casos en que se tenga Certificado Único de Discapacidad (CUD) y por la Ley de Epilepsia (N° 25.404) para aquellos que no lo posean.

En cuanto a su eficacia, la terapia cetogénica mostró reducciones significativas en la cantidad e intensidad de las convulsiones diarias: logró disminuir 50% la cantidad de crisis en el 85% de los niños tratados, de los cuales el 55% quedó libre de convulsiones, según un estudio del equipo de investigadores del Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido actualizado en 2020.

Otras investigaciones también señalaron un efecto positivo sobre el funcionamiento cognitivo y conductual, disminuyendo niveles de ansiedad, mejorando el estado de ánimo e incrementando la productividad vinculada al aprendizaje, cambios que fueron independientes del control de las crisis convulsivas.

En toda la Argentina hay más de 30 centros formados por terapia cetogénica, integrados por equipos interdisciplinarios. “Lo que buscamos con la terapia cetogénica es la producción de cuerpos cetónicos en el hígado, que se generan a través del metabolismo de los ácidos grasos. La producción de los cuerpos cetónicos provoca cambios en la actividad metabólica cerebral, mediante varios mecanismos, contribuyendo a controlar las crisis convulsivas”, destacó el doctor Sfaello.

Las dietas cetogénicas son ricas en grasas y bajas en carbohidratos y azúcares (Getty)

“En los primeros tres meses se ven los resultados, con una importante disminución de la frecuencia e intensidad de las crisis. Tengamos presente que estos pacientes que no responden a los medicamentos tradicionales y son personas que tienen que cvivir con 5,10 y hasta 50 o 100 convulsiones diarias; es una patología que atraviesa totalmente su calidad de vida y la de su familia”, subrayó el especialista en neuropediatría.

Para la indicación, instrumentación y seguimiento de un tratamiento en base a la terapia cetogénica es importante la consulta con un equipo médico interdisciplinario formado en terapia cetogénica, generalmente integrado, entre otros, por un neurólogo de cabecera, un nutricionista y el médico pediatra.

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes que afecta a todas las edades. Se considera que existe una prevalencia que oscila entre el 4 al 10 por 1000 habitantes, según estimaciones difundidas por la Liga Argentina contra la Epilepsia.

Es una patología neurológica que muchas veces se presenta en forma crónica y produce un alto grado de discapacidad e impacto en la calidad de vida. Afecta principalmente a niños y niñas, pero también a personas adultas, con su pico a partir de los 65 años. Si bien no hay mediciones nacionales sobre epilepsia y los casos refractarios a medicamentos, se estima que se presentan en hasta un 25% de los casos, lo que representaría potencialmente unos 50 mil niños y niñas en nuestro país.

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