Hoy les quiero hablar del tema de la discriminación en las personas con sobrepeso. También denominado como “bodyshaming” o sesgo por peso, esta acción tiene lugar cuando a las apreciaciones sobre el “cuerpo ajeno” que, lamentablemente no pasan de moda, se les suma alguna acción que busca avergonzar o burlarse de otra persona por su apariencia física o su cuerpo. Y hay una cantidad de puntos que he seleccionado para poder dar un panorama sobre esta situación.
Primero, se niega que la obesidad es una enfermedad crónica, una tendencia que ha venido para quedarse y que uno debe hacer esfuerzos, que lo puede lograr, para controlarla el resto de su vida.
Y la segunda es que hay muy pocos estudios. Los medicamentos que se estudian, para ver la dosis, no se estudian en personas o de más de 65 años o que tengan sobrepeso. Por lo tanto, si una persona tiene 120, la dosis de un medicamento siempre, más o menos, se la calcula.
Las personas con sobrepeso tienen entre tres y siete veces más complicaciones que las personas de peso normal. Tienen dificultades en la movilidad, posible dependencia de otros por la discapacidad que puede llegar a tener, una reducción de la calidad y de la expectativa de vida, pero lo peor de todo, la peor de las discriminaciones, es decir que la obesidad no es una enfermedad.
Esa es la peor de todas las discriminaciones. Decir: “No, no es un enfermo, es igual”, esto presenta una cuestión de aceptación. La aceptación, uno acepta a las personas diabéticas, acepta a las personas que tienen psoriasis o acepta a las personas que tienen cualquier tipo de enfermedad, eso no quiere decir que uno no diga que es una enfermedad.
Acuérdese si usted está muy aferrado a una idea, la cabeza es redonda para permitir que los pensamientos den vuelta.
Cuáles son los datos internacionales sobre la discriminación hacia las personas con obesidad
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad afectan a casi el 60% de los adultos y a casi uno de cada tres niños (29% de los niños y 27% de las niñas) en la región europea. Incluso, desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtieron que las tasas de obesidad casi se han triplicado en las Américas desde 1975, con 62,5% de los adultos con sobrepeso u obesidad (64,1% de los hombres y 60,9% de las mujeres).
Según la OMS, “el sesgo de peso (o body shaming) se define como actitudes negativas y creencias sobre los demás por su peso”, las cuales, mayoritariamente se “manifiestan en estereotipos y/o prejuicios hacia las personas con sobrepeso y obesidad” que pueden “conducir al estigma de la obesidad”.
“El estigma de la obesidad involucra acciones contra las personas con obesidad que pueden causar exclusión y marginación, y conducir a inequidades, por ejemplo, cuando las personas con obesidad no reciben atención médica adecuada o cuando son discriminadas en el lugar de trabajo o en entornos educativos”, resaltó el organismo internacional.
En ese tono, la OMS indicó que “el estigma de la obesidad es omnipresente” y afirmó que “aunque tanto los hombres como las mujeres experimentan el estigma y las presiones de la obesidad, las mujeres experimentan más psicopatología relacionada con la alimentación, informan que experimentan más estigmatización por la obesidad e internalizan más el sesgo de peso que los hombres”.
“Al igual que otras formas de estigmatización (por motivos de raza, clase, capacidad, género, orientación sexual, etc.), el estigma de la obesidad está asociado con consecuencias fisiológicas y psicológicas significativas, que incluyen mayor depresión y ansiedad, trastornos alimentarios y disminución de la autoestima”, afirmó el organismo sanitario internacional.
Y añadió: “Las investigaciones muestran que el 47% de las niñas y el 34% de los niños con sobrepeso informan que son victimizados por miembros de la familia”, amigos y compañeros, una situación que “puede desencadenar sentimientos de vergüenza y llevar a la depresión, baja autoestima, mala imagen corporal e incluso al suicidio”. “La vergüenza y la depresión pueden hacer que los niños eviten hacer ejercicio o comer en público por temor a la humillación pública”, además de “experimentar burlas, amenazas verbales y agresiones físicas”. “También pueden experimentar aislamiento social al ser excluidos de la escuela y de las actividades sociales o al ser ignorados por sus compañeros de clase”, concluyó la OMS.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
* Realización: Samuel Cejas / Edición: Facundo Madero / Producción: Dolores Ferrer Novotný
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