El tiempo al aire libre puede reducir el riesgo de miopía en los niños, según Harvard

La visión es un sentido primordial para los seres humanos y debemos cuidarlo a lo largo de toda la vida. Durante la infancia muchos hemos escuchado a nuestros padres decir que había que alejarse del televisor al ver una película o sufriríamos problemas de vista y, en cierto punto, tenían razón. En los últimos años, la evidencia científica sugiere que pasar tiempo al aire libre reduce el riesgo de miopía, un problema de la visión que está en aumento en todo el mundo.

Mientras que un niño miope puede ver claramente los objetos cercanos, los objetos más distantes se ven borrosos. Parte de este problema creciente, según los expertos, es que los niños pasan demasiado tiempo adentro mirando cosas cercanas a ellos en lugar de salir y mirar cosas que están a distancias mayores.

La doctora Claire McCarthy, pediatra de atención primaria en el Boston Children’s Hospital y profesora asistente de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, repasó cómo el hecho de disfrutar de la naturaleza y el cambio de rutina en los niños acostumbrados a vivir en entornos urbanos, colabora a prevenir la miopía o frenar su aumento.

La miopía es un trastorno común de la visión que ocurre cuando se enfocan las imágenes delante de la retina en lugar de hacerlo sobre la retina. Esto puede resultar en una visión borrosa. La miopía se desarrolla cuando el globo ocular es demasiado largo y evita que la luz que viene entrando se enfoque directamente sobre la retina. También puede ocurrir cuando la córnea o el cristalino tienen forma anormal.

Puede manifestarse gradualmente o de forma rápida y con frecuencia se acentúa durante la niñez y la adolescencia. Afecta aproximadamente al 5% de los niños en edad preescolar, al 9 % de los niños en edad escolar y al 30% de los adolescentes, precisó McCarthy en la Harvard Health Publishing, la web con consejos de salud y bienestar de la Escuela de Medicina de la universidad.

Los expertos están preocupados porque en las últimas décadas la prevalencia mundial de la miopía se ha duplicado y el fenómeno se acrecentó con la pandemia. En 2021, científicos de Hong Kong detectaron que los confinamientos a causa de la pandemia del nuevo coronavirus afectaron la visión de los niños. De acuerdo con un estudio publicado en British Journal of Ophthalmology se produjo un incremento en los casos de miopía que los investigadores vincularon, no solo con la mayor exposición a las pantallas, sino también con la imposibilidad de pasar tiempo prolongado al aire libre.

La miopía ocurre cuando el globo ocular es demasiado grande de adelante hacia atrás. Los genes juegan un papel importante, pero la creciente investigación muestra que existen factores de desarrollo.

La profesora de Pediatría de Harvard dijo que “la investigación muestra que cuantos más años se pasan en la escuela mayor es el riesgo de miopía. Las investigaciones también señalan, de manera aún más confiable, que pasar tiempo al aire libre puede disminuir el riesgo de que un niño desarrolle miopía”.

A medida que los niños crecen y evolucionan, sus estilos de vida afectan el desarrollo del organismo. Un niño que está desnutrido, por ejemplo, puede no crecer tanto como lo haría si tuviera una mejor alimentación. Un niño que desarrolla obesidad durante la infancia tiene muchas más probabilidades de tener obesidad de por vida.

Del mismo modo, los ojos de un niño que siempre está mirando cosas cercanas pueden adaptarse a esto y perder parte de la capacidad de ver a lo lejos.

“La miopía no solo puede causar problemas con las tareas cotidianas que requieren ver a más de unos pocos centímetros de distancia, como ir a la escuela o conducir, sino que las personas con miopía corren un mayor riesgo de ceguera y desprendimiento de retina. Los problemas no siempre se pueden solucionar con un par de anteojos”, advirtió la doctora McCarthy.

Un gran paso es procurar que su hijo pase tiempo al aire libre con regularidad, todos los días, si es posible. “Esa es la mejor manera de asegurarse de que miran las cosas a lo lejos. También es una excelente manera de hacer que sean más activos, obtengan suficiente vitamina D y aprendan algunas habilidades importantes para la vida. Y trate de limitar la cantidad de tiempo que su hijo pasa cerca de una pantalla”, contó la especialista de Harvard.

Los niños hacen tareas escolares en las computadoras, se comunican con el celular y además pasan demasiado tiempo de juego en dispositivos en lugar de jugar con juguetes, dibujar u otras actividades. Por eso se recomienda consensuar en cada familia algunas reglas básicas sobre la exposición a pantallas. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda no más de dos horas de dispositivos digitales de entretenimiento al día.

Visita con al menos una vez al año al oftalmólogo para controlar la vista de su hijo con regularidad. La mayoría de los pediatras realizan exámenes de la vista con regularidad, pero es importante recordar que los exámenes básicos pueden pasar por alto problemas de la vista. Lo ideal es que un oftalmólogo le haga un examen completo de la vista a su hijo antes del jardín de infantes.

La especialista de Harvard recomendó consultar al oftalmólogo si nota que su hijo manifiesta posibles problema de visión como:

- Sentarse cerca de la televisión o sostener dispositivos como la tablet o el teléfono móvil muy cerca de la cara

- Entrecerrar los ojos o quejarse de cualquier dificultad para ver

- Dificultad para identificar objetos lejanos (una estrategia es jugar al “Veo, veo” cuando sale a caminar y elegir objetos que se ubiquen a varios metros de distancia)

- Evitar o rechazar actividades que impliquen mirar de cerca, como armar rompecabezas o mirar libros, lo que puede ser un signo de hipermetropía

- Inclinar demasiado la cabeza para mirar las cosas, se cubrirse o frotarse los ojos al querer observar un objeto a media distancia

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