La fiebre amarilla es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de la picadura de ciertas especies de mosquitos. Puede ser grave y provocar la muerte. No tiene tratamiento pero puede prevenirse a través de una vacuna.
Si bien es recomendada para visitar y estar de vacaciones en zonas de Brasil como Río de Janeiro y Florianópolis, no es obligatorio aplicarse la vacuna contra la fiebre amarilla.
En Argentina, las 24 jurisdicciones reciben dosis de vacunas desde el Ministerio de Salud de la Nación y cada una tiene una modalidad diferente para aplicarlas: en algunos casos, hay que sacar turnos. Autoridades sanitarias de la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires confirmaron a Infobae que el servicio de aplicaciones está regularizado (hubo algunas demoras en diciembre) y hay vacunas para aplicar durante enero.
Actualmente, las áreas de Brasil en las que se recomienda estar al día con la vacunación contra la fiebre amarilla son Santa Catarina (el estado al que pertenece Florianópolis), Rorama, Amapá, Amazonas, Pará, Acre, Rondónia, Mato Grosso, Mato Grosso Do Sul, Maranhäo, Tocantins, Goiás, San Pablo, Paraná, Río Grande Do Sul, Piaui (Oeste y Sur), Bahía, Minas Gerais, Espíritu Santo y Río de Janeiro.
“Las indicaciones para la vacuna contra la fiebre amarilla son las mismas que todos los años”, informó a Infobae Juan Manuel Castelli, subsecretario de estrategias sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación en la Argentina.
La vacuna debe aplicarse preferentemente 10 días antes de la fecha de viaje y una sola dosis es suficiente para protegerse a lo largo de toda la vida. Se puede coadministrar junto con el resto de las vacunas del calendario nacional y con la vacuna contra el COVID, comentó Castelli.
“El Ministerio de Salud provee las vacunas a las jurisdicciones de acuerdo a la demanda de las propias jurisdicciones, que se hace formalmente mes a mes. No hubo demoras en las entregas y hay vacunas disponibles”, afirmó Castelli. En relación a los turnos para acceder a las vacunas “hay que averiguar en las jurisdicciones”, que son las que administran la aplicación de las dosis en los vacunatorios.
Si una persona quiere viajar a alguna de esas áreas de Brasil, desea vacunarse, y reside en la ciudad de Buenos Aires, tiene que llamar a la línea gratuita 147 y sacar turno para vacunarse contra la fiebre amarilla en hospitales y centros de salud. “Hay disponibilidad de turnos para aplicarse la vacuna en enero. Lo ideal es vacunarse dos semanas antes del viaje”, dijo a Infobae el subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Ministerio de Salud porteño, Gabriel Battistella.
En cambio, si reside en la provincia de Buenos Aires, la vacuna se aplica en los hospitales Posadas, Sommer y Cuenca Alta y hay que sacar turno antes a través de esta página web que está aquí.
Según informó el Ministerio de Salud bonaerense a Infobae, el servicio de turnos para vacunación contra fiebre amarilla ya está regularizado, tras registrarse demoras en diciembre. También hay centros de salud y hospitales con diferentes horarios que vacunan sin turno en localidades bonaerenses.
En la provincia de Catamarca, el Ministerio de Salud de la Provincia emitió un comunicado en el que recomienda la vacunación contra la fiebre amarilla. Habilitó el Vacunatorio Central, ubicado en calle Chacabuco 169, en la capital de Catamarca, que aplicará la vacuna los días martes y viernes de 7.30 a 17.30 horas.
En tanto, en la provincia de Jujuy, están aplicando la vacuna contra la fiebre amarilla en los vacunatorios del Centro de Especialidades Norte (CEN) y de los hospitales Pablo Soria y Snopek. También se da la inmunización en otras localidades.
Además de vacunarse contra la fiebre amarilla, hay otras medidas que suman para la prevención. Una de ella es usar siempre repelentes y ropa clara y de manga larga. Hay que vaciar los envases que acumulen agua para evitar que se conviertan en criaderos de mosquitos. En el hospedaje se debe usar el aire acondicionado o el ventilador y verificar que haya mosquiteros, según la recomendación de la cartera de Salud nacional.
Hay que tener en cuenta, según el Ministerio de Salud de la Nación, que algunos grupos de personas tienen un riesgo aumentado de efectos adversos potencialmente graves asociados a la vacunación.
Para esos casos, se recomienda no viajar a destinos con transmisión activa de fiebre amarilla. Si el viaje fuera impostergable, un médico deberá evaluar la conveniencia de indicar la vacunación y emitir una orden médica para recibir la vacuna.
Se refiere a los niños que tienen de 6 a 8 meses, personas de 60 años o más, persona con la infección asintomática por VIH y recuento de linfocitos T CD4+ entre 200 a 499/mm3 (15-24% del total en niños menores 6 años de edad), las personas cursando un embarazo, y las personas que están en período de lactancia entre el nacimiento y los 8 meses exclusivo, porque podrían transmitir a sus hijos el virus vacunal a través de la leche.
Los síntomas de la fiebre amarilla aparecen entre 3 y 6 días después de la picadura de un mosquito infectado. En una fase inicial causa fiebre, dolor muscular y de cabeza, escalofríos, pérdida del apetito y náuseas o vómitos. Para la mayoría de los pacientes estos síntomas desaparecen después de 3 a 4 días. Sin embargo, el 15% entra en una segunda fase, más tóxica dentro de las 24 horas siguientes a la remisión inicial.
Los mosquitos pueden transmitir el virus de la fiebre amarilla también a los monos. Estos animales se enferman y mueren rápidamente, pero no transmiten la enfermedad a los seres humanos.
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