La llegada del calor y los días propicios para andar al aire libre coinciden, muchas veces, con la aparición de episodios de sangrado nasal, un cuadro que técnicamente se denomina epistaxis. Ocurren de manera especialmente frecuentes entre niños y adolescentes, de los 2 a los 15 años, tanto durante como después de la exposición al sol.
Según explicó la doctora Stella Maris Cuevas (MN 81701) médica otorrinolaringóloga, experta en olfato y alergista, “en la gran mayoría de los casos, se debe a alteraciones locales de los vasos que irrigan las fosas nasales, que se dilatan con el calor y, ante el mínimo roce o al hurgar en la nariz, se produce una erosión y aparece el sangrado”.
La experta precisó que “en la infancia, las pequeñas arterias de la fosa nasal poseen una capa muscular que está inmadura, lo que produce una dificultad para contraerse y colapsarse ante el sangrado” y recomendó que, especialmente en el caso de los más chicos, cuando los sangrados son frecuentes y repetitivos, se debe consultar con el médico, ya que “en ocasiones, la epistaxis en los niños puede ser un signo de algunas enfermedades sistémicas”.
A la hora de enumerar las causas del sangrado nasal, la doctora Cuevas dijo que, en la niñez puede ser “la congestión y las erosiones en la mucosa nasal, que hacen que puede sangrar fácilmente, también por traumatismos, como caídas o golpes en las fosas nasales, por la presencia de un cuerpo extraño, por una cirugía nasal o tumores o estados carenciales vitamínicos, incluso por algunos síndromes congénitos como el de Rendu-Osler-Weber u otras causas menos frecuentes como, por ejemplo, enfermedades que cursan con alteraciones en la coagulación”.
“Los sangrados también son frecuentes en las personas con antecedentes de alergia, en quienes el picor nasal y la congestión pueden desencadenar un sangrado repentino por dilatación de los vasos sanguíneos. También algunas veces aparecen en quienes usan gotas nasales descongestivas”, subrayó.
Cuevas mencionó entre las causas la posible presencia de parásitos o la introducción de un cuerpo extraño en las fosas nasales, ambas posibilidades especialmente en el caso de los chicos, “ya que es muy frecuente que los niños se metan objetos pequeños en la nariz, producto de su curiosidad y el intento de extraerlos con maniobras caseras puede ocasionar el sangrado”, dijo.
En el caso de los adolescentes que padecen epistaxis a repetición “es importante descartar el diagnóstico de angiofibroma, un tumor benigno muy frecuente en esta etapa de la vida” y, finalmente, en el caso de los “adultos, el sangrado puede deberse a tumores benignos o malignos, o puede relacionarse con picos en la tensión arterial”.
“La epistaxis, como cualquier cuadro hemorrágico, asusta mucho. Si bien en la mayoría de los casos el cuadro cede de manera espontánea, para los especialistas en otorrinolaringología es siempre una emergencia”, aclaró.
Expertos de la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Zaragoza y del Servicios de Urgencias Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de la misma ciudad de España, en un paper titulado Actuación ante una epistaxis publicado en Elsevier, explicaron que este cuadro se clasifica en epistaxis anteriores y posteriores.
En las anteriores “la hemorragia procede de los pequeños vasos situados en la zona anterior de las fosas nasales, generalmente del plexo de Kiesselbach (o de Little), exteriorizándose por las narinas. Generalmente se puede visualizar el punto sangrante o bien apreciarse una hemorragia en sábana por toda la mucosa, lo que dificultaría su control”.
En el caso de las posteriores, “el origen de la hemorragia procede de los vasos de la zona posterior que son de mayor calibre. El punto sangrante es de difícil apreciación, lo que dificulta su control. La sangre es expulsada hacia orofaringe y orificios nasales anteriores indistintamente”.
Recomendaciones en caso de sangrado nasal
“Lo más importante es lo más difícil: se debe mantener la calma”, dijo la doctora Cuevas. Luego recomendó “respirar por la boca, colocar la cabeza y el cuerpo hacia delante, para evitar el atragantamiento” y para quien asista a la persona “usar guantes, taponar con algodón embebido con agua oxigenada la fosa sangrante y presionar a modo de pinza con los dedos índice y pulgar durante al menos 15 minutos”. La experta destacó que se debe evitar el uso tanto de vinagre como de alcohol.
Asimismo, advirtió que, “si el sangrado es abundante, puede tratarse de un sangrado posterior (en la parte de atrás de la nariz), por lo que se debe realizar la consulta con especialistas otorrinolaringólogos a la brevedad” e insistió que, aún cuando el sangrado no sea tan importante, en caso de que las medidas antes mencionadas “no logren reducir el sangrado, es importante concurrir a un centro asistencial”.
Finalmente, aconsejó “evitar la congestión nasal con el uso de gorras y sombreros mientras dure la exposición al sol y evitar permanecer bajo el sol entre las 10 y 16 horas”.
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