La rabia es una enfermedad causada por un virus del género Lyssavirus, que se transmite a través de la saliva, por la mordedura de un animal infectado. Si bien puede ser prevenida mediante la vacuna, es una afección que aún no tiene cura. Tanto es así que, una vez que la persona comienza a manifestar síntomas, ya no existe posibilidad de recuperación, pero aún luego de la infección la vacuna permite neutralizar el patógeno.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en casi el 99% de los casos de rabia en humanos, el virus es transmitido por perros domésticos por lo que vacunar a los animales es fundamental. Se trata de una enfermedad zoonótica viral que se transmite entre animales salvajes, animales de compañía y personas por contacto directo con la saliva de animales infectados, generalmente a través de mordeduras, arañazos y lameduras en la piel lesionada y las mucosas.
Los expertos recomiendan que, en caso de sospechar haber estado expuesto al virus de la rabia, se debe tratar la herida y acudir inmediatamente al profesional de la salud. A su vez, los veterinarios deberán implementar el seguimiento correspondiente al animal supuestamente rabioso, explicó la división Salud Animal de Boehringer Ingelheim.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) define la rabia como “una enfermedad viral que es mortal pero prevenible”. “El virus de la rabia infecta el sistema nervioso central. Si una persona no recibe la atención médica adecuada después de una posible exposición a la rabia, el virus puede causar la enfermedad en el cerebro y, por último, la muerte. Se puede prevenir la rabia al vacunar a las mascotas, no acercarse a los animales silvestres y al buscar atención médica después de una potencial exposición antes de que comiencen los síntomas”, advierte la autoridad sanitaria estadounidense.
Por su parte, Mayo Clinic al dar cuenta de la gravedad de esta infección, señaló que “una vez que una persona comienza a mostrar signos y síntomas de rabia, la enfermedad casi siempre causa la muerte”, y resaltó la defensa que otorga la vacuna, aún después de la infección, aunque siempre que se aplique en los primeros momentos. “Cualquier persona que pueda tener un riesgo de contraer rabia debe recibir la vacuna antirrábica como protección”.
Según esa prestigiosa institución sanitaria “los primeros síntomas de la rabia pueden ser muy similares a los de la gripe y pueden durar días”.
Estos incluyen:
Fiebre
Dolor de cabeza
Náuseas
Vómitos
Agitación
Ansiedad
Confusión
Hiperactividad
Dificultad para tragar
Salivación excesiva
Miedo provocado por los intentos de beber líquidos debido a la dificultad para tragar agua
Miedo provocado por el aire que sopla en la cara
Alucinaciones
Insomnio
Parálisis parcial
Al conmemorarse hoy el Día Mundial contra la Rabia, los profesionales buscan generar conciencia sobre la necesidad de la vacunación de los animales de compañía a partir de los 3 meses de edad y una vez por año.
La fecha se instituyó el 28 de septiembre en conmemoración de la muerte del doctor Louis Pasteur, quien desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad. Desde el año 2007 cuando se comenzó a recordar el Día Mundial contra la Rabia es utilizado para fomentar la lucha por la erradicación de esta afección viral.
El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires señaló que, “si bien en el último año en la República Argentina no se registró ningún caso de rabia entre humanos”, recordó que el año anterior sí hubo que lamentar una víctima. “En mayo de 2021 se notificó la muerte de una mujer de 33 años que previamente había sido mordida por un gato, en la ciudad bonaerense de Coronel Suárez”. Ese fue el primer caso en el país desde 2008 y en particular en la provincia de Buenos Aires hasta entonces no se había detectado uno desde 1981.
Pero que existan pocos casos “no implica dejar de prestar atención a esta enfermedad”, remarcó esa entidad profesional. “Basta recordar que, a nivel mundial, la rabia sigue matando: se estima que causa alrededor de 70.000 muertes cada año, principalmente de niños. En los últimos meses se informaron brotes en Sudáfrica y Malasia, además de numerosos casos sospechosos por contacto con animales infectados en Brasil y en la ciudad de Orán, en la frontera entre Argentina y Bolivia”, agregó.
“La vacunación anual de todos los animales de compañía resulta indispensable para pensar en una futura erradicación de la rabia, y marca a las claras el rol del médico veterinario en la salud pública, agregó. “Este simple acto de vacunar a los animales de compañía tiene un gran impacto. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) sostiene que, cuando una persona vacuna a su perro o gato, evita una muerte cada diez minutos”.
La OMSA lanzó una campaña bajo el lema “Cero casos de rabia humana para 2030″ con el objetivo de erradicar la enfermedad a fines de esta década.
Rabia paresiante
Esta variante “es una enfermedad epidémica y recurrente causada por el virus rábico transmitido por el vampiro común Desmodus rotundus, que afecta principalmente a los bovinos, a los equinos, con menor frecuencia a otras especies domésticas, al hombre y a algunos animales silvestres”, según explica el Ministerio de Salud de Argentina en su página web.
Este vampiro suele encontrarse en huecos de árboles, cuevas y canales de riego y ataca a grandes animales. Habitualmente asesta las mordeduras en lugares en que al animal le resulta difícil espantarlos, como detrás de las orejas, la base de la cola, la ubre y los pezones. En Argentina la rabia paresiante es una enfermedad de notificación obligatoria, tanto para los productores como para los veterinarios.
Este año se presentaron casos de rabia paresiante en Chaco y Formosa. El contacto con animales rabiosos implica riesgo de contagio para los seres humanos, por lo que la prevención mediante la vacunación de las especies susceptibles de contraer la enfermedad y el monitoreo de vampiros en zonas ganaderas y urbanizadas resulta fundamental.
“Entre los carnívoros domésticos de la Argentina, hasta el momento no se han observado casos producidos por el virus rábico que transmite el vampiro; no obstante, se debe mantener una estrecha vigilancia pues, tanto el perro como el gato, depredan a los vampiros y a otros murciélagos”, indicó la cartera de Salud.
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