Unas 2.100 millones de toneladas de basura se generan cada año en el mundo, lo que equivale a 800.000 piletas olímpicas. En este contexto global, con el propósito de disminuir la contaminación y generar recursos destinados a cuidar la salud de los niños más vulnerables, la Fundación Garrahan, la farmacéutica Sanofi y Drogería del Sud, se unieron en la iniciativa MedicAcción.
La propuesta incluye la recolección y el reciclado de los capuchones de las lapiceras autoinyectoras de insulina, para ser convertidos en distintos productos plásticos y luego insertarse nuevamente en el mercado. Los fondos de lo recaudado son destinados al Programa de Reciclado y Medio Ambiente de la Fundación Garrahan.
Se estima que en Argentina se descartan 20 millones de lapiceras de insulina por año. Los capuchones utilizados en estos dispositivos pensan unos cuatro gramos, por lo que la simple acción de reciclarlos evitaría que más de 81.000 kilos de plástico sean desechados, tardando cientos de años en degradarse.
“Esta iniciativa apoya el reciclado de los capuchones de los dispositivos para la administración de insulina. A estos capuchones, que cada uno de los usuarios suele tirar, se les da una nueva vida al ingresar en el proceso de reciclado y transformarse en nuevos productos plásticos. Así, entran en la cadena de consumo con otros formatos”, explicó a Infobae Patricia Gavilán, coordinadora del Programa de Reciclado y Medio Ambiente de la Fundación Garrahan.
Los pacientes, luego de utilizar las lapiceras autoinyectoras de insulina podrán dejar los capuchones en las farmacias adheridas a la iniciativa MedicAcción. Los puntos de recepción pueden consultarse acá.
Entre los productos que se elaboran con estos insumos médicos, figuran un combo ecológico de un balde con forma de corazón y un fuentón, un kit infantil para jugar en la arena de la playa o la plaza, el Eco Andarín, un caminador conocido como “pata pata” para que jueguen los chicos y los Eco Ladrillos lúdicos para armar, que también se confeccionan con tapitas de bebidas recicladas.
“La participación de la comunidad fortifica los valores de la solidaridad y el cuidado del medio ambiente, como dice la campaña: un pequeño acto, un gran impacto. Esperamos que cada una de estas buenas acciones, estos gestos de amor de esas personas que van a separar esos capuchones y no los van a tirar, sumen para que el programa reciclado de la Fundación Garrahan siga creciendo”, precisó Gavilán.
“La sostenibilidad de nuestro negocio depende de un planeta saludable y de personas con capacidad de acceso a los tratamientos que les cambian la vida. La iniciativa MedicAcción nació en Argentina a partir de escuchar a las personas que viven con diabetes, que nos preguntaban ¿cuál es la mejor forma de descartar las lapiceras de insulina? Ellos identificaron que había una oportunidad de disminuir la contaminación, a través de la recuperación de los capuchones”, contó a Infobae Mara Leonardi, directora de Comunicación y Sustentabilidad de Sanofi para Cono Sur.
Leonardi valoró los alcances de esta iniciativa, que sienta un precedente en cómo recuperar y reutilizar insumos médicos: “Es muy valioso para nosotros poder colaborar con otros actores clave del sistema como son Droguería del Sud y la Fundación Garrahan en una causa común con un impacto positivo en la comunidad y en el medioambiente”.
Todo este proceso de reciclado tiene como objetivo final el beneficio de los niños de todo el país que se atienden en el Hospital Garrahan. La Fundación, a través de la venta de los materiales que reciben (tapitas plásticas, capuchones de las lapiceras de insulina, llaves de bronce, placas radiográficas o latas de aluminio), obtiene recursos económicos que se destinan al Hospital Garrahan (desde equipamiento para pacientes hasta capacitación para los profesionales de la salud) y a la Casa Garrahan.
“La Casa Garrahan es un hogar que está ubicado a una cuadra del hospital, donde se alojan niños que no tienen recursos económicos, que vienen de lugares a más de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Se hospedan en este espacio mientras reciben tratamiento ambulatorio tanto en el Garrahan como en el hospital Elizalde o el Guitérrez, los tres hospitales pediátricos de la Ciudad de Buenos Aires. La Casa cuenta con 43 habitaciones con baño privado para que los niños se alojen con su mamá o su papá durante su tratamiento, ya que necesitan estar cerca del hospital”.
La Casa Garrahan se sostiene con el aporte solidario a través de padrinos y con el aporte del programa de Reciclado y Medio Ambiente de la Fundación Garrahan.
La iniciativa MedicAcción integra toda la cadena de valor: “Participa Sanofi, la droguería, la farmacia, el farmacéutico, las asociaciones de pacientes que nos ayudan a divulgar, los pacientes, la Fundación Garrahan, las cooperativas que trabajan de reciclado y la sociedad en su conjunto, que luego accede a los materiales realizados con el plástico reciclado”, indicó Leonardi.
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