La poliomielitis, conocida también como polio, es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar una parálisis total en cuestión de horas, según define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Afecta principalmente a los niños menores de cinco años, pero cualquier persona que no esté vacunada puede contraer la enfermedad, sin importar su edad. Por todo esto, es importante saber que la poliomielitis no tiene cura, pero se puede prevenir.
En las últimas semanas, se detectó el virus de la polio en las aguas residuales de Londres y Nueva York. Las autoridades británicas decidieron iniciar una nueva campaña para vacunar a todos los niños de entre 12 meses y 9 años que residen en Londres.
El mes pasado, un informe de las Naciones Unidas (ONU) alertó que, por primera vez en el siglo XXI, el número de niños no vacunados en todo el mundo aumentó considerablemente por segundo año consecutivo. Se trata del mayor retroceso en las vacunas infantiles en 29 años, en lo que los expertos dicen que es una advertencia de “alerta roja” para la salud.
Para aclarar dudas, en especial a los padres que pueden preocuparse frente a los datos recientes, Claire McCarthy, pediatra de atención primaria en el Boston Children’s Hospital y profesora de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, respondió a las principales inquietudes sobre la poliomielitis.
¿Qué es el poliovirus derivado de la vacuna?
La vacuna contra la polio ayuda al cuerpo a producir los anticuerpos que necesita para combatir la polio. La vacuna oral contra la poliomielitis que se utliza en muchos países contiene una versión debilitada del poliovirus. Desde el año 2000, Estados Unidos solo aplica la vacuna basada en una versión inactivada del virus, con dosis que se aplican con una inyección, explicó la doctora McCarthy en una reciente publicación de la Escuela de Medicina de Harvard.
El virus derivado de la vacuna proviene de la vacuna oral contra la poliomielitis. Si bien la vacuna oral es efectiva y generalmente segura, el virus debilitado puede causar enfermedades en personas con sistemas inmunitarios debilitados. La enfermedad se puede propagar cuando hay muchas personas sin vacunar.
¿Cómo lograr la inmunidad frente a la polio?
Las coberturas altas de vacunación, cuando se logra superar el 95%, provocan la inmunidad colectiva, esto significa que la mayoría de la población se mantiene protegida contra el virus de la poliomielitis.
“Si suficientes personas están vacunadas, el viajero ocasional con poliovirus salvaje o derivado de la vacuna no causa ningún problema. Inmunidad colectiva es el término utilizado para describir cómo la vacunación protege a las personas: si suficientes personas recibieron su dosis, es más complejo para la enfermedad propagarse”, detalló la experta de Harvard. En consecuencia, los niveles altos de inmunización también protegen a quienes no fueron vacunados.
La OMS recomienda una tasa de cobertura de vacunación del 95% para mantener al virus de la polio bajo control.
La doctora McCarthy aclaró que, si bien la mayoría de los niños en los EE. UU. están vacunados contra la poliomielitis, la vacilación frente a las vacunas sigue siendo un problema, especialmente cuando los niños no vacunados viven en grupos donde las infecciones pueden propagarse.
¿Qué deben saber los padres sobre la poliomielitis?
La mayoría de las personas que contraen el virus no tienen síntomas o tienen síntomas leves parecidos a los de la gripe, lo que puede permitir que se propague silenciosamente.
La gravedad reside en que en uno de cada 200 casos el virus destruye partes del sistema nervioso, ocasionando la parálisis permanente en piernas o brazos. Aunque es muy raro, el virus puede atacar las partes del cerebro que ayudan a respirar, lo que puede causar la muerte.
A fines de la década de 1940, los brotes de polio inhabilitaban a unas 35 000 personas cada año. Por todo esto es importante remarcar que la vacunación funciona.
La profesora de Pediatría de la Escuela de Medicina de Harvard resaltó dos aspectos fundamentales a tener en cuenta:
- La vacuna contra la poliomielitis es eficaz. Dos dosis de la vacuna inactivada tienen una eficacia del 90 % para prevenir la poliomielitis; con una tercera dosis, esa protección aumenta del 99% al 100%.
- La vacuna contra la poliomielitis es segura. Algunas personas se sienten brevemente mareadas después de recibirla y puede haber enrojecimiento o dolor en el lugar de la inyección.
Cualquier tratamiento médico puede tener efectos secundarios y las alergias pueden ser difíciles de predecir, pero no se registraron problemas graves asociados con la vacuna inactivada contra la poliomielitis.
Las últimas declaraciones de la OMS sintetizan el escenario actual: “Mientras haya un solo niño infectado, los niños de todos los países corren el riesgo de contraer esta enfermedad. Si no se erradica la poliomielitis en estos últimos reductos restantes, la enfermedad podría reaparecer en todo el mundo”.
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