“Donde hay sangre, hay vida”. Con esta frase la doctora María Alejandra da Silva Minas, médica clínica especialista en medicina regenerativa que se sumó al reconocido Centro Medico de Diagnostico CEMEDYT, resumió, en diálogo con Infobae, uno de los que podría ser considerado como principio de esta práctica que ya revoluciona el mundo de la ciencia y el deporte, ya que logra regenerar tejidos blandos y huesos en casi la mitad del tiempo.
“Cuando el paciente llega a la consulta, como tenemos los métodos de diagnóstico no solo clínicos sino también por imágenes, podemos hacer el diagnóstico en el momento y decir si es pasible de recibir este tratamiento. Esta medicina es personalizada”, afirmó la experta, la cual es pionera en el uso de terapias biológicas autólogas (derivadas de la propia sangre del paciente) principalmente con “plasma rico en factores de crecimiento”, para utilizarlas en distintas áreas de la emergente especialidad llamada medicina regenerativa y para tratar todo tipo de lesiones de piel, óseas, ligamentosas y articulares, como la artrosis avanzada, e incluso evitar una cirugía.
Da Silva Minas inició su carrera médica la Universidad de Buenos Aires, posteriormente se desempeñó en el Hospital de Clínicas, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. En lo que respecta a su especialidad, durante 8 años concurrió periódicamente a España, donde se formó con actual referente internacional en Ortobiología, el doctor Mikel Sánchez, quien es director médico y científico de la UCA (Unidad de Cirugía Artroscópica, ubicada en el Hospital Vithas San José, de Vitoria); además de pionero y referente a nivel Mundial en Terapias Biológicas. Un ejemplo de su labor son los tratamientos exitosos que le realizó al tenista Rafael Nadal (por una lesión crónica en una de sus rodillas) y Rey Juan Carlos, de España.
Dentro del prestigioso y renombrado Centro Médico de Diagnóstico CEMEDYT, da Silva Minas se suma en la Unidad Científica de la Piel, donde profundizará en esta técnica, ampliamente conocida en el área de medicina estética y antienvejecimiento, para tratar heridas, ulceras, quemaduras y lesiones de piel, pie diabético, y lesiones crónicas sobre infectadas, entre otras.
“Estuve entre España y Argentina por años, pero luego de volver al país, durante la pandemia, busqué un lugar para poder aplicar esta técnica. Era imprescindible encontrar no solo un lugar, sino un equipo profesional con la mentalidad de abrirse a esta nueva medicina y apostar. En CEMEDYT, desde el primer día lo encontré, gracias a Inés Durbano (responsable de la Dirección Administrativa), conocida por su apodo Milu, y Yamila Tejada. Ya estamos tratando un paciente con una herida grave que no cerraba desde hace tres años con terapias convencionales y ya está avanzando rápidamente”, afirmó.
“Mi primera formación fue en el Hospital de Clínicas en el área de Unidad de Cuidados Intensivos y medicina interna, ahí fue cuando me empecé a interesar en el área de heridas y cirugía. Veía pacientes internados, personas accidentadas, con secuelas de diabetes, por nombrar algunos, y me interesaba que se curaran rápidamente esos tejidos para que, por ejemplo, no se tuviera que amputar un pie diabético y se eliminara la infección. Buscando medicina novedosa para que estos tejidos se puedan regenerar en un menor tiempo conocí la técnica, que recién se esta aplicando en España, y terminé contactándome al grupo del doctor Sánchez, quien ya la estaba aplicando”, explicó la especialista a Infobae.
En ese sentido, da Silva Minas recordó el primer caso que trataron de manera conjunta. En 2003, la bailarina Lorena Paranyez sufrió un ataque con ácido muriático en su cara y en su cuerpo, tras 30 operaciones quedó con cicatrices que, en algunos casos, empeoraban como consecuencia del proceso patológico o insuficiente de regeneración. En 2006, la experta se contactó con ella y consultó el caso en España, viniendo a la Argentina en el año 2010 para tratarla en conjuntamente. Para su tratamiento utilizaron esta técnica y lograron mejorar y regenerar su piel. “Fue uno de los primeros casos en conjunto y un gran caso de éxito en esta área”, explicó y resaltó que ahora comenzará una segunda etapa de tratamientos.
“Para regenerar cualquier tejido del cuerpo, nuestra propia farmacia está en la sangre. Y la colocamos en el lugar que se requiera regenerar, ya sea en cirugía o en aplicaciones locales”, señaló la experta, que destacó además que se trata de una técnica “muy segura, porque es la propia sangre del paciente que se procesa en el momento en que se la va utilizar. Además, es una terapéutica noble, está demostrado en muchas publicaciones científicas y trabajos multicéntricos; es prácticamente inocua y siempre tiene beneficios”.
Si bien estas técnicas han sido usadas desde la década del 80, gracias a el gran número de casos y publicaciones, la medicina regenerativa está creciendo a nivel mundial, siendo que su principio es utilizar los recursos que se encuentran en la sangre, como son los factores de crecimiento. Los cuales son señales celulares que se despiertan cuando el organismo sufre una lesión y le indican a las células del tejido a tratar qué deber hacer para no solo cicatrizarlo, sino para sea lo mas parecido al original.
“Los pacientes responden de distintas formas, porque algunos tienen factores agregados. Por eso, al asociarla con distintas terapias se genera esta nueva especialidad, que es la nueva medicina regenerativa y que son muchas las especialidades que la pueden usar para muchos tratamientos porque día a día se incrementan las evidencias de sus beneficios”, explicó da Silva Minas y advirtió que esta práctica se aborda con un equipo multidisciplinario de especialistas, tales como nutricionistas, kinesiólogos, inmunólogos y reumatólogos, y “muchas especialidades que tienen que tratar al paciente desde distintos puntos de vista”.
Es más, la experta destacó que se mantienen en contacto y colaborando con el equipo español “para todo lo que sea avances y casos que la medicina convencional no puede tratar, porque es mejorar la calidad de vida del paciente y darle una medicina más avanzada”, siendo que “estas técnicas logran muchas cosas que con otras no se logran y no son caras en relación costo – beneficio”. Además, la experta destacó que, con esta práctica, logran generar “membranas de fibrina que son como un scaffold biológicos, es decir andamios donde las células se dirigen para regenerar el tejido y que en algunos casos se puede asociar con cultivos celulares, sustitutos óseos y otras sustancias biológicas, dependiendo el tejido a tratar”, siendo que la especialista es una de las pocas que las realizan en el país.
“En condiciones normales, cuando nos lastimamos, fracturamos, desgarramos un tendón o hacemos herida, por ejemplo, nuestros factores de crecimiento y señales celulares tratan de rápidamente de frenar esa lesión y regenerar el tejido, pero lo hace dejando una cicatriz, que puede ser visible o microscópica. Cuando uno estimula la regeneración de tejidos, combinando con terapias metabólicas, de basal oxidativo, de corrección de micronutrientes o rehabilitación, por decir algunas, se estimula para que el tejido se regenere sin cicatriz y que sea lo mas parecido al original. Y esta técnica logra acelerar en un 50% la regeneración”, explicó la especialista.
Asimismo, la experta destacó que esta técnica logra que los tejidos alcancen la misma elasticidad y características, por lo cual se puede aplicar para las cicatrices, las secuelas del acné, la curación acelerada de tejidos blandos (músculos, tendones y ligamentos) y aliviar el dolor, entre otros. “En la medicina estética está demostrado científicamente que la aplicación de plasma rico en factores de crecimiento estimulaba hasta 16 veces más la regeneración de los fibroblastos (NdrR: células que secretan colágeno, una proteína que ayuda a mantener el marco estructural de los tejidos), que hacen que la piel luzca joven y saludable”.
Por último, en lo que respecta a la pandemia y las secuelas del COVID (como es el COVID prolongado), la medicina regenerativa comenzó a centrarse, mediante estudios, en el estrés oxidativo (que evalúa el exceso de radicales libres en el plasma, los cuales son dañinos para el buen funcionamiento del organismo). Con este objetivo, CEMEDYT incorporó una Unidad de Estrés Oxidativo, en colaboración con la UBA, donde realiza un test rápido, sencillo y de vanguardia, que les permitirá “corregir las causas que pueden estar afectando o enlenteciendo los procesos de regeneración de las células, y promoviendo un envejecimiento celular acelerado, que en muchos casos se cree es la causa del inicio de enfermedades crónicas y de algunos de las causas de los síntomas del COVID prolongado”, destacaron desde la institución.
* Con fotos de Franco Fafasuli
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