La muerte de una niña de 8 años, residente en una zona rural de Chubut, puso de relieve nuevamente la necesidad de información y las formas de prevención de una enfermedad cuyas tasas de mortalidad son variables, aunque elevadas, según la cepa del virus que la provoque.
El hantavirus (VH) es una enfermedad zoonótica transmitida especialmente por roedores, incluidos ratones y ratas, aunque también se ha comprobado su contagio de persona a personas. Se caracteriza por presentar síntomas de fiebre, mialgia (dolor muscular) y afecciones gastrointestinales y respiratorias. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “no hay tratamiento disponible”, aunque “el diagnóstico temprano puede reducir las tasas de mortalidad a la mitad”.
Según la OPS, la tasa de mortalidad del Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH), el más habitual en Sudamérica, es de un 38%, mientras que los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) dicen que el tipo Fiebre hemorrágica con síndrome renal tiene una mortalidad del 5 al 15%”.
El caso informado ayer por el Ministerio de Salud de la Nación fue el primer fallecimiento en la provincia de Chubut en lo que va del año. La niña de 8 años, que residía con su familia en el departamento Futaleufú, había comenzado con dolor abdominal, fiebre y vómitos el 8 de julio pasado y fue llevada a una consulta con un efector local. Ante la persistencia del dolor abdominal y la fiebre, el 12 de julio se realizó una consulta en el hospital de Esquel donde quedó internada en la unidad de cuidados intensivos.
“Allí se hizo una primera prueba con resultados positivos para hantavirus y se confirmó al día siguiente por pruebas moleculares en el laboratorio del hospital de Esquel. La paciente presentó una evolución desfavorable y falleció el 13 de julio por la mañana”, informó la cartera sanitaria nacional en un comunicado.
Desde el inicio del 2022 y hasta el momento se han confirmado 32 casos de hantavirus en las provincias de Buenos Aires, Cuidad Autónoma de Buenos Aires (caso con antecedente de viaje a Esquel, Chubut), Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Salta y Tucumán, de los cuales cinco de ellos resultaron fallecidos.
Qué es el hantavirus
La enfermedad por hantavirus es una zoonosis emergente producida por virus ARN pertenecientes a la familia Bunyaviridae. Es transmitida al ser humano por roedores silvestres, reservorios naturales de la infección, que presentan una infección crónica asintomática con viremia persistente y eliminan el virus a través de la orina, saliva y excretas.
Transmisión
Los hantavirus se transmiten fundamentalmente por inhalación de aerosoles cargados de partículas virales provenientes de las heces, orina y saliva de roedores infectados. Otras posibles vías de transmisión son el contacto con excrementos o secreciones de ratones infectados con las mucosas conjuntival, nasal o bucal, o mordedura del roedor infectado.
La transmisión al humano generalmente ocurre al introducirse en el hábitat de los roedores en zonas suburbanas y ambientes rurales, principalmente en los peri-domicilios y durante el desarrollo de actividades laborales, recreativas, o en lugares cerrados como galpones o depósitos infestados por roedores.
También existe evidencia de transmisión persona a persona, y por ello, las secreciones y otros fluidos humanos deben considerarse potencialmente peligrosos.
Síntomas
Los primeros síntomas son similares a un estado gripal: fiebre 38°C, dolores musculares, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea sin compromiso de vías aéreas superiores. Aunque luego le sigue un inicio repentino de dificultad respiratoria e hipotensión.
Diagnóstico y tratamiento
Si bien no existe una cura hasta la actualidad, según informa la OPS, la identificación temprana y la atención médica oportuna mejoran el resultado clínico. La atención durante las etapas iniciales de la enfermedad debe incluir antipiréticos y analgésicos según sea necesario. En algunas situaciones, los pacientes deben recibir antibióticos de amplio espectro mientras confirman el agente etiológico.
“Dada la rápida progresión de SCPH, el tratamiento clínico debe centrarse en la monitorización hemodinámica del paciente, el manejo de fluidos y el soporte de ventilación. Los casos graves deben transferirse de inmediato a las unidades de cuidados intensivos (UCI)”, precisó el organismo.
Según informa el CONICET en su página web “actualmente, se están llevando a cabo estudios sobre vacunas y terapias virales contra los hantavirus del continente americano, pero los resultados son aún incipientes. Por lo tanto, el elemento básico para evitar la enfermedad es la prevención basada en minimizar la exposición humana a los roedores infectados y tomar las medidas sanitarias adecuadas ante un caso.
El Ministerio de Salud recomendó el “aislamiento de contactos estrechos de casos confirmados de hantavirus por virus Andes o que hayan adquirido la infección en la región Surandina”.
Medidas de prevención
El Ministerio de Salud de la Nación enumeró las siguientes medidas para evitar el contagio.
-Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
-Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
-Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
-Realizar la limpieza de pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas con una parte de hipoclorito de sodio y nueve de agua (dejar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
-Ubicar huertas y leña (a 30 cm de altura) a más de 30 metros de las viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros alrededor del domicilio.
-Ventilar por lo menos 30 minutos antes de entrar a lugares como viviendas y galpones ubicados en ambientes rurales y/o silvestres en zonas endémicas que hayan estado cerrados por periodos prolongados. Cubrirse la boca y la nariz con un respirador o máscara N95 antes de ingresar.
-Tener especial cuidado en la puesta en marcha de ventiladores y de aparatos de aire acondicionado cuyos filtros o conductos puedan haber tenido contacto con polvo contaminado, roedores o excretas de estos. De tener que realizarlo, realizar la limpieza adecuada previamente y cubrirse con un respirador o máscara N95.
-Al acampar hacerlo alejado de maleza y basurales. No dormir directamente sobre el suelo; consumir agua potable.
-Si se encuentra un roedor vivo: usar trampas para capturarlo (no intentar tocarlo o golpearlo). Consultar y asesorarse en el municipio con técnicos en control integral de plagas.
-Si se encuentra un roedor muerto: rociarlo con hipoclorito de sodio junto con todo lo que haya podido estar en contacto y esperar un mínimo de 30 minutos. Luego recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de profundidad o quemarlo.
-El control de roedores no es practicable en el medio silvestre por el impacto ecológico, sin embargo, debe aplicarse en áreas urbanas. Consultar en el municipio por el control integral de plagas.
Las posibilidades de exposición a los hantavirus son mayores cuando las personas trabajan, juegan, viven o frecuentan lugares donde habitan estas especies de roedores.
Según la OPS, al menos 13 países en las Américas tienen áreas endémicas y cada año, hay aproximadamente 300 casos reportados en el continente. Desde 1993, cuando el virus fue reconocido inicialmente, y hasta 2016, se han registrado más de 6.300 casos en países de la región donde la enfermedad está bajo vigilancia.
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