Las zoonosis, las enfermedades transmitidas por los animales vertebrados al hombre, se han multiplicado en los últimos años y esto eleva el riesgo de que emerjan nuevas pandemias. Existen más de 200 tipos conocidos de zoonosis y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente cerca del 60% de las enfermedades infecciosas humanas son de origen zoonótico.
Algunas enfermedades, como el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), comienzan como una zoonosis pero luego mutan en cepas exclusivas para humanos. Otras zoonosis pueden causar brotes de enfermedades recurrentes, como la enfermedad por el virus del Ébola y la salmonelosis. Otras, como el nuevo coronavirus que causa el COVID-19, tienen el potencial de causar pandemias globales.
Si bien aparecieron hace miles de años, desde que el hombre intensificó sus interacciones con los animales al domesticarlos, se han desarrollado mucho en estos últimos 20 o 30 años al ir modificándose los vínculos por el comercio y la agricultura.
“La interfaz entre el hombre y el animal es ahora bastante inestable”, expresó Mike Ryan, director de Emergencias de la OMS. Ejemplo de ello, pero no el único caso, es la viruela del mono, agregó el especialista. La viruela símica es causada por un virus transmitido al hombre por animales infectados, generalmente roedores, es el último ejemplo de la multiplicación de estas zoonosis.
La OMS registró 5.322 casos confirmados en laboratorio de viruela del mono en 53 países de todo el mundo, Europa sigue siendo la región más afectada por el virus, con 85% de los nuevos casos. Desde mayo se detectó un aumento inusual de casos de viruela símica fuera de las naciones de África Central y Occidental, en los que el patógeno circula habitualmente.
El 6 de julio de 1885 el científico francés Louis Pasteur administró por primera vez la vacuna contra la rabia a un niño que mordido por un perro. Hasta ese momento, el investigador la había probado solo en perros, pero la grave situación del niño lo llevó a aplicar la dosis y el chico se salvó. Hoy se celebra el Día Mundial de las Zoonosis, en recuerdo de ese hito en la historia de la investigación científica, y para concientizar sobre las enfermedades transmitidas por los animales a los seres humanos.
¿Quiénes corren más riesgo?
Los patógenos zoonóticos pueden propagarse a los humanos a través de cualquier punto de contacto con animales domésticos, agrícolas o salvajes. Los mercados en los que se vende la carne o los subproductos de animales salvajes son particularmente peligrosos debido al gran número de patógenos nuevos o no documentados que existen en algunas poblaciones de animales salvajes.
Los trabajadores agrícolas de las zonas en que se utilizan mucho los antibióticos para los animales de granja pueden correr un mayor riesgo de verse afectados por patógenos resistentes a los actuales antimicrobianos. Las personas que viven en lugares adyacentes a zonas silvestres o en zonas semiurbanas con un mayor número de animales silvestres corren el riesgo de contraer enfermedades provenientes de animales como ratas, zorros o mapaches.
Al ocupar cada vez más extensas zonas del globo, los seres humanos contribuyen también a perturbar el ecosistema y a favorecer la transmisión de virus. La urbanización y la destrucción de los hábitats naturales de la fauna nativa también aumentan el riesgo de enfermedades zoonóticas al incrementar el contacto entre las personas y los animales salvajes.
El cambio climático va a impulsar a algunos animales a migrar de sus ecosistemas hacia otras regiones, advirtió a fines de abril un estudio publicado en la revista Nature. La migración de los mamíferos terrestres en respuesta a los 2°C de calentamiento global puede dar lugar a miles de nuevas transmisiones virales entre especies de mamíferos para aproximadamente el año 2070, lo que aumenta el riesgo de que nuevos virus salten de los animales para infectar a los humanos, concluyó el estudio.
“Las próximas décadas no solo serán más calurosas sino más enfermas”, advirtió el especialista Gregory Albery perteneciente a la Universidad de Georgetown y autor principal del documento.
Cómo cuidarse
Los métodos de prevención de enfermedades zoonóticas difieren para cada patógeno, sin embargo, varias prácticas son reconocidas como efectivas para reducir el riesgo a nivel comunitario y personal, alerta la OMS.
- Cuidado de animales: las pautas seguras y apropiadas para el cuidado de los animales en el sector agrícola ayudan a reducir el potencial de brotes de enfermedades zoonóticas transmitidas por los alimentos a través de alimentos como la carne, los huevos, los lácteos o incluso algunas verduras.
- Agua limpia y desechos: las normas para el agua potable limpia y la eliminación de desechos, así como la protección de las aguas superficiales en el entorno natural, también son importantes y eficaces.
- Higiene de manos: las campañas de educación para promover el lavado de manos después del contacto con animales y otros ajustes de comportamiento pueden reducir la propagación comunitaria de enfermedades zoonóticas cuando ocurren.
“Todo un linaje de nuevas enfermedades potencialmente peligrosas corre el riesgo de emerger. Habrá que estar preparados”, advirtió Eric Fèvre, profesor especialista de enfermedades infecciosas veterinarias en la Universidad de Liverpool, Reino Unido. Eso significa, según él, “insistir en la salud pública de las poblaciones” en los entornos más remotos, y “estudiar mejor la ecología de esas zonas naturales para comprender cómo interactúan las diferentes especies”.
Por todo esto, desde hace varios años los expertos del mundo recalcan la importancia del concepto One Health (“una única salud”), que promueve un enfoque multidisciplinario y global de los desafíos sanitarios, con vínculos estrechos entre la salud humana, la de los animales y el estado ecológico global.
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