En Argentina, según el Instituto Nacional del Cáncer (INC), se diagnostican por año más de 11 mil casos de cáncer de próstata, registro que representa el 20% de todos los tumores malignos en varones y el 9% de la totalidad de cánceres del país.
Se trata de una enfermedad considerada silenciosa ya que, al no tener síntomas específicos, suele detectarse en etapas avanzadas. Por eso los especialistas dicen que es clave iniciar a tiempo los controles. Sin embargo, explican, los tratamientos actuales mejoran las perspectivas de los pacientes. Lo esencial es comenzar con los controles a partir de los 50 años o una década antes para quienes tengan antecedentes familiares de este tipo de tumores.
Este 11 de junio, cuando se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, es una buena oportunidad para conocer las características y las recomendaciones médicas en la lucha contra una enfermedad que muchos hombres van a atravesar.
Las estadísticas publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación indican que cada año se diagnostican 11.686 casos de cáncer de próstata, lo que representa casi uno de cada cinco tumores detectados en hombres a nivel nacional. De esta forma, es el más frecuente en varones, por encima del de colon y de pulmón.
Pero existe consenso entre los médicos acerca de que estos números muestran una foto incompleta ya que, en verdad, la incidencia sería mayor, pero no se vería reflejada en las cifras oficiales porque se trata de una enfermedad que no es de denuncia obligatoria.
“Argentina tiene cifras semejantes a las de países desarrollados occidentales, como los de Norteamérica y Europa. Aproximadamente uno de cada 7 u 8 hombres va a tener cáncer de próstata a lo largo de su vida”, explicó el oncólogo clínico Juan Sade (MN 105141), jefe de la Unidad Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming.
El experto agregó otro factor que incide en el subdiagnóstico: el cáncer de próstata no presenta síntomas específicos en etapas tempranas. “Todos los hombres sufrimos agrandamiento prostático benigno a lo largo de los años y muchos de nosotros tenemos síntomas asociados a ese agrandamiento, que se llama hiperplasia prostática benigna”, detalló.
Cuando el tumor llega a etapas avanzadas, se puede manifestar, por ejemplo, “con sangre en la orina, una obstrucción urinaria o dolor en los huesos, pero esto ya es cuando ha invadido la vejiga o ha hecho metástasis en los huesos”, agregó Sade.
Los factores de riesgo del cáncer de próstata son tres:
-Edad: es el principal factor de riesgo. Aumenta con el paso de los años y suele presentarse a partir de los 50.
-Historia familiar: los hombres con un familiar de primer grado que tuvo cáncer de próstata tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.
-Dieta: estudios recientes muestran que una dieta rica en grasa animal puede aumentar el riesgo de desarrollar este tipo de tumores.
Cómo se origina el cáncer de próstata
Es una neoplasia o tumor que compromete una glándula reproductiva en hombres que se localiza por debajo de la vejiga y por encima del recto. Esta glándula produce un fluido seminal que contiene esperma durante la eyaculación.
El tumor se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control. Suele avanzar muy lentamente y por eso en frecuente que no presente síntomas tempranos.
Un dato importante es que la mayoría de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata no morirá por esta causa. Mientras el riesgo de padecer la enfermedad en el tiempo de vida alcanza a 1 de cada 8, sólo un 3% muere a causa de este tumor.
La detección del cáncer de próstata
“A menos que el paciente haga estudios de detección precoz, no va a detectar síntomas, por lo que podría llegar tarde al diagnóstico”, afirmó Sade. En la actualidad, los estudios disponibles son dos: el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), que es un análisis de sangre; y el tacto rectal que hace el urólogo para palpar la próstata y detectar un nódulo.
En los últimos años, el uso de estos métodos de detección abrió una fuerte polémica en la comunidad médica. “Hubo una controversia sobre el rol del antígeno prostático específico en la detección temprana de la enfermedad, y el debate se centró en si debemos utilizarlo o no”, contó el urólogo cirujano Gustavo Villoldo (MN 100654), subjefe del Servicio de Urología del Instituto Alexander Fleming.
El problema radicó en que durante años hubo una sobreutilización del PSA, con el riesgo de que, ante un “falso positivo”, se avanzara en la realización de más estudios diagnósticos que pueden causar incontinencia urinaria, dolor e impotencia sexual. En 2012 las autoridades sanitarias de Estados Unidos determinaron que no ofrecía demasiada utilidad y bajó radicalmente su uso. La consecuencia: aumentaron los casos de enfermedad avanzada y metastásica.
La síntesis de estas dos situaciones derivó en un nuevo paradigma en el diagnóstico del cáncer de próstata. “Hubo un cambio en la recomendación: ya no hay que hacerle el PSA a todos como hace muchos años, ni a ninguno, como sucedió a partir de 2012. Ahora se define en forma consensuada entre el médico y el paciente, tras explicar los pro y los contra de este chequeo”, detalló.
El experto afirmó que, como medida general, los hombres mayores de 50 años deben comenzar y tener al menos un chequeo y definir con su médico cuánto más deben seguir haciendo estos controles. “En aquellos pacientes que tienen antecedentes de cáncer de próstata o algunas mutaciones puntuales que los predispongan a mayor riesgo, deben chequearse a partir de los 40″, agregó.
Prevención y tratamiento del cáncer de próstata
Uno de los obstáculos en la lucha contra el cáncer de próstata es que no hay medidas preventivas. “Se puede decir que si uno es delgado y físicamente activo, tiene mejores resultados en el tratamiento, pero eso es recién cuando el cáncer ya fue diagnosticado. Y existen estudios que indican que algunos alimentos podrían enlentecer la evolución de tumores indolentes, por ejemplo el tomate, el brócoli, el té verde, la cúrcuma, la granada. Pero hay que remarcar el ‘podrían’ porque no es algo concluyente”, indicó Sade.
En cuanto al tratamiento, el experto afirmó que la evolución es “alentadora” por la eficacia de las herramientas terapéuticas disponibles. “Los tratamientos curativos, como la radioterapia, han avanzado enormemente y tienen alta precisión, con lo cual mejoran las tasas de curación y disminuyen los efectos colaterales”, dijo, y destacó los avances en el tratamiento de la enfermedad avanzada. “Hemos ido aumentado el tiempo de vida y calidad de vida en los pacientes que tienen una enfermedad incurable, duplicando en promedio cada 7 o 10 años el tiempo de vida”, sumó.
El doctor Villoldo, por su parte, explicó que “desde el punto de vista de la cirugía, hubo una mejora en las imágenes y eso hace que podamos detectar tumores más incipientes y metástasis cada vez más pequeñas”. El cirujano oncológico destacó la implementación de la cirugía mínimamente invasiva, con la laparoscopia como punto de inicio.
“Lo que mejoró enormemente los resultados funcionales es la cirugía robótica. Es manejada por la empresa Intuitive, el robot se llama Da Vinci, y permite operar con una destreza superior a lo que habíamos imaginado, con visión tridimensional y con algunos suplementos extra que permiten visualizar mejor los nervios, preservar mejor la función eréctil y las tasas de incontinencia, manteniendo los resultados oncológicos. Más allá de las dificultades en el acceso, porque es una tecnología que no tiene cobertura, creo que el futuro de la cirugía va por ese camino”, anticipó.
En el contexto del Día de la lucha contra el cáncer de próstata, Sade concluyó que “se ha vuelto una enfermedad muy compleja de tratar, que requiere la utilización de múltiples recursos tecnológicos y humanos, y un equipo multidisciplinario, con médicos específicamente dedicados a esta patología”.
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