La dermatitis atópica es una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel, que provoca brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor y enrojecimiento. Es una patología multifactorial, en la que intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas o problemas en la función barrera de la piel.
Es una dolencia que tiene un fuerte impacto en la calidad de vida de los pacientes ya que la irritación en la piel los lleva a rascarse muy intensamente, lo que provoca problemas para dormir e incluso las personas pueden dañar su piel aumentando la predisposición a infecciones, generando más ardor y dolor.
A nivel mundial, se estima que el 25% de los niños y el 10% de los adultos sufren dermatitis atópica, esto indica que es una afección que se va atenuando con el paso del tiempo. Aproximadamente el 85% de los pacientes presentan las primeras manifestaciones de la enfermedad antes de los 5 años.
“La calidad de vida de los pacientes en casos de moderados a severos, y la de toda su familia o entorno, se ve muy afectada. En muchos casos, las familias, parejas o padres no duermen porque tienen que estar controlando que la persona no se rasque ni lastime. Elegir cómo vestirse es también un desafío para los pacientes, que deben optar por prendas que no intensifiquen la picazón”, señaló la doctora María Valeria Angles (MN 100.502), jefa de Dermatología Infantojuvenil del Hospital Italiano de Buenos Aires y coordinadora del grupo de trabajo de dermatitis atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología.
La dermatitis atópica no es una enfermedad contagiosa, sin embargo en algunos casos, por las burlas sufridas, puede dañar la autoestima de los pacientes. “Los pacientes sufren bullying porque aún son muchos los que creen que es una enfermedad contagiosa. Esto afecta la autoestima, sobre todo en los pacientes adolescentes. En los adultos, la dermatitis impacta mucho en el ámbito laboral ya que suelen darse ausentismos en los casos de infecciones cutáneas”, amplió la especialista del Hospital Italiano.
La Organización Mundial de Alergia (WAO, por sus siglas en inglés), organiza cada año del 5 al 11 de junio la Semana Mundial de la Alergia. En este marco, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) organizaron un encuentro conjunto para concientizar sobre dermatitis atópica.
Cuando el sistema inmunológico de los pacientes está sobreactivado, puede generar procesos inflamatorios sistémicos que desencadenan tanto la dermatitis atópica como otras enfermedades. Es muy frecuente que la dermatitis coexista con otras enfermedades alérgicas, como asma, rinoconjuntivitis o alergia alimentaria.
“En algunos casos los pacientes inician, por ejemplo, con una alergia alimentaria y luego desarrollan dermatitis atópica. En otros casos, la alergia alimentaria coexiste y desencadena exacerbaciones de dermatitis. Esto no se da en todos los pacientes, en algunos la enfermedad se da exclusivamente como algo intrínseco de la piel”, explicó el doctor Maximiliano Gómez (MN 174.006), especialista en Alergia e Inmunología y presidente electo de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
Por eso, es fundamental un abordaje multidisciplinario de la enfermedad en el que intervengan diferentes profesionales. “La visión del dermatólogo y del alergólogo se complementan y el paciente se beneficia del cuidado integral, de su piel y de su alergia. Trabajar en conjunto garantiza una evaluación y un tratamiento especializado y complementario, en beneficio del paciente”, indicó Gómez.
“El diagnóstico temprano favorece la indicación de cuidados especiales de la piel que pueden evitar, en los casos leves, la progresión a eczema. A su vez, el diagnóstico correcto puede contribuir al alivio en aquellos casos con enfermedad más grave y avanzada”, expresó la doctora Marta Patricia La Forgia (MN 53.413), especialista en Dermatología y Alergia e Inmunología.
Nuevos tratamientos
Hasta hace algunos años, los especialistas no tenían las herramientas terapéuticas necesarias a la hora de manejar los casos moderados a severos. “Transcurrió mucho tiempo desde las primeras opciones de tratamiento para la dermatitis hasta el día de hoy. Las herramientas para tratar a los pacientes eran muy limitadas”, señaló la doctora Angles.
“Las novedades más importantes para los pacientes con dermatitis atópica de moderada a grave en Argentina son la aparición de fármacos biológicos y, más recientemente, la aprobación del primer inhibidor de JAK, que con una dosis oral diaria, ha demostrado reducir notablemente la picazón y las lesiones cutáneas en los pacientes”, dijo el doctor Gabriel Gattolin (MN 3090), especialista en Alergia e Inmunología, ex presidente de la AAAeIC, y coordinador de Investigación Clínica en Fundación de Estudios Clínicos y en el Centro Respiratorio Infantil de Rosario.
Los expertos coinciden en que se trata de fármacos más efectivos, “con estudios científicos de respaldo que garantizan su seguridad y que mejoran notablemente la calidad de vida al disminuir las lesiones cutáneas y la picazón. Estas nuevas opciones terapéuticas nos llenan de alegría, tanto a los médicos como a los pacientes, porque finalmente podemos tener algo diferente, seguro y efectivo para ofrecerles. Significa una esperanza para aquellos pacientes que ya habían probado todo lo que había hasta el momento, y no lograban mejorías”, concluyó la doctora Angles.
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