Alimentarse saludablemente es un tema de interés para cada vez más personas, interés que se incrementó a raíz de lo vivido durante la pandemia. Sin embargo, de acuerdo con el estudio ELANS (Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud), los argentinos tenemos un faltante de micronutrientes, entre ellos calcio, hierro, vitaminas A, B, C, D y E. Fundamentalmente, los resultados obtenidos en este estudio evidencian una carencia en el consumo de calcio en todos los grupos de edad de nuestra población, y a la vez un riesgo incrementado en adolescentes, adultos mayores de 50 años y población de nivel socioeconómico bajo. En toda la población, independientemente del sexo, edad y nivel socioeconómico, se detecta además un 100% de déficit para la Vitamina D.
La ENNYS 2 (Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2019) indica que en nuestro país el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) alcanza al 68% de la población adulta mayor de 18 años. Sumado a esto, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2019) arrojó que el 29% de la población argentina tiene el colesterol elevado. Asimismo, la evidencia refleja que la población argentina no tiene un consumo adecuado de los grupos de alimentos recomendados por las Guías Alimentarias para la Población Argentina.
Frutas y verduras, cereales integrales y legumbres se consumen por debajo de las recomendaciones, pero también los lácteos, fuente principal de aporte de varios de estos micronutrientes deficitarios, sobre todo de calcio.
Por un lado, El estudio “Los argentinos y los lácteos 2021″ realizado a una muestra de hombres y mujeres de 18 años y más, residentes en todo el país, indica que hay un desconocimiento respecto a las recomendaciones del consumo de lácteos. Apenas 1 de cada 10 argentinos cubre la porción recomendada por las Guías Alimentarias para la Población Argentina que es de 3 porciones al día para toda la población mayor de 2 años, y durante todas las etapas de la vida.
Por el otro, el 72% de la población encuestada considera que las personas intolerantes a la lactosa no pueden consumir productos lácteos, lo que constituye una oportunidad para informar al consumidor sobre la existencia de, por ejemplo, productos sin lactosa o reducidos en su contenido, que manteniendo todos los beneficios nutricionales son una alternativa de más fácil digestión.
Existen diversas categorías de alimentos que constituyen una opción para mejorar la calidad de la alimentación, sobre todo en aquellas personas con deficiencias nutricionales (micronutrientes), como así también para aquellos que no alcanzan un consumo de alimentos saludables según la recomendación de las Guías Alimentarias para la Población Argentina. Una de esas categorías de alimentos, la constituyen los lácteos y en especial la leche.
Las leches funcionales, ya sea fortificadas con algún mineral (hierro, zinc, calcio) o vitaminas A, D, C, E o adicionadas de nutrientes como las proteínas o los ácidos grasos omega 3, o modificadas tecnológicamente para disminuir su contenido de lactosa para aquellas personas intolerantes, son todas alternativas para avanzar hacia una nutrición saludable y adaptándose así a las necesidades individuales.
Desde la educación alimentaria este panorama implica una ventana de oportunidad para dar a conocer a los consumidores la existencia de opciones de alimentos con un perfil nutricional mejorado, fundamentalmente considerando ciertas insuficiencias en los patrones de alimentación de la población y en todas las regiones del país, con un menor consumo de los alimentos saludables y mayor de aquellos no recomendados por las GAPA (Guías Alimentarias para la Población Argentina).
Estas diversas opciones de leches funcionales constituyen una alternativa tanto para suplir las carencias de consumo de micronutrientes, como para incorporar opciones nutricionalmente equilibradas.
*Marcela A. Leal. Nutricionista MN 1196 (UBA), Máster Internacional en Tecnología de los Alimentos (UBA/Universita Degli Studi di Parma)
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