En la semana del parto respetado, el Hospital de Clínicas José de San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, señaló que más del 40% de los nacimientos en el mundo todavía son por cesárea y que ”el fundamento del parto respetado implica el consentimiento de la paciente previo a cada intervención durante el trabajo de parto” y “la elección de un acompañante si lo desea durante todo el proceso hasta el nacimiento de su hijo”.
El parto respetado comienza con el ingreso de la paciente al centro de salud y está reglamentado mediante la Ley 25.929, que entró en vigencia en el año 2005, detalló la institución. Además, remarcó que la población más afectada por la violencia obstétrica son las pacientes más jóvenes y de nivel sociocultural más bajo.
Para Darío Didia, jefe de la División Obstetricia del Hospital de Clínicas, “la diferencia entre esta forma de atención y la manera en que se realizaba previamente es que no se tenía en cuenta el deseo materno y toda la atención se basaba en la decisión del equipo de salud”.
“El parto respetado marca una clara diferencia y no da a lugar ninguna posibilidad de ejercer violencia obstétrica hacia la paciente, ni física, ni verbal, ni emocional, que en otros tiempos en algunos centros tanto privados como estatales ha recibido a la mujer durante el trabajo de parto”, sostuvo el especialista.
Sin embargo, a pesar de este marco legal que propone soluciones a la situación de muchas mujeres que enfrentan un embarazo en situaciones de vulnerabilidad, el hospital advirtió que todavía hay varios indicadores que alertan sobre la necesidad de seguir trabajando intersectorialmente para mejorar la salud de la mujer y del recién nacido: elevado porcentaje de cesáreas; accesibilidad cultural y económica; educación y atención en salud reproductiva pre-concepcional, prenatal perinatal y postnatal; alta tasa de embarazo adolescente; abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, entre otras.
”El parto respetado no solo asegura una buena experiencia durante el mismo, sino que además genera mejores resultados en la salud física y psíquica de la madre, el niño y el entorno familiar”, indicó Didia. Y agregó que la ley de parto respetado se encuentra en línea con la Ley 27.611 de los 1.000 días del recién nacido. ”Desde nuestra institución esperamos poder satisfacer los deseos de nuestras pacientes teniendo en cuenta no solo sus expectativas con respecto al parto, sino también en el cuidado de la salud del binomio madre-hijo”, sostuvo.
Por último, el experto aseveró que también existe un porcentaje de pacientes con algún tipo de patología obstétrica que puede implicar riesgos, por lo que las decisiones corren por cuenta de los profesionales de la salud “siempre dando explicaciones sobre los motivos por los cuales se toman conductas distintas y buscando la comprensión y aceptación de las madres con el objetivo de no descuidar la salud madre-hijo”, concluyó.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la cesárea es “una de las operaciones quirúrgicas más frecuentes del mundo, con tasas que siguen subiendo, en particular en los países de ingresos medios y altos”.
“Aunque puede salvar vidas, la cesárea a menudo se realiza sin necesidad médica, poniendo a las mujeres y a sus bebés en riesgo de problemas de salud a corto y a largo plazo. Una nueva declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recalca la importancia de enfocarse en las necesidades de cada paciente y desalienta centrar la atención en intentar alcanzar una tasa determinada”, explicó el organismo.
La OPS remarcó que, desde 1985, la comunidad internacional ha considerado que la “tasa ideal” para las cesáreas debe oscilar entre 10% y 15%. Estudios nuevos revelan que cuándo la tasa de cesárea se acerca al 10% a nivel de población, disminuye el número de defunciones maternas y de los recién nacidos. Pero cuando la frecuencia va por encima del 10%, no hay indicios de que mejoran las tasas de mortalidad.
Se estima que a nivel mundial, la tasa de cesárea supera el ideal. En las Américas, es del 38,9% en promedio, según los últimos datos disponibles de 25 países. Esta cifra, sin embargo, podría ser mayor ya que en muchos casos no se tiene en cuenta las cesáreas que se realizan en el sector privado. “Resulta preocupante que casi cuatro de cada diez partos sean por cesárea en la región”, sostuvo Suzanne Serruya, directora del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP) de la OPS, oficina regional para las Américas de la OMS. “Los médicos, las parteras, las enfermeras obstétricas, los responsables de la formulación de políticas sanitarias, las madres y padres, y la sociedad entera, debemos trabajar juntos para reducir ese número y recurrir a la cesárea solo cuando es necesaria por razones médicas”, señaló.
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