Pese a que pasaron más de 2 años desde que comenzó la pandemia, solo existen escasos tratamientos contra el COVID-19. Es por este motivo, que los científicos aún permanecen en la búsqueda de una terapéutica que pueda frenar al coronavirus. En este contexto, un grupo de investigadores del Instituto Indio de Ciencias (IISc) evaluó el comportamiento de un medicamento utilizado para tratar el asma y las alergias, con más de 20 años de aplicación. Según señalaron, esta droga podría bloquear una de las proteínas cruciales del SARS-CoV-2 (Nsp1) y así evitar la infección.
En el estudio, que fue publicado en eLife, los científicos explicaron que el denominado montelukast, que cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) desde hace más de 20 años para el tratamiento de la inflamación provocada por afecciones como el asma, la fiebre del heno y la urticaria; podía unirse y bloquear una proteína del SARS-CoV-2 llamada Nsp1. De este modo, se podría disminuir la replicación del virus y, por ende, la infección.
Según señalaron los científicos, esta proteína es una de las primeras que el virus libera dentro de las células y se une a los ribosomas, responsable de producir más proteínas. “La tasa de mutación en esta proteína, especialmente en la región C-terminal, es muy baja en comparación con el resto de proteínas virales”, explicó el autor principal del estudio y profesor en el Departamento de Reproducción Molecular, Desarrollo y Genética (MRDG), Tanweer Hussain.
En palabras del experto, la poca mutación de esta proteína, pese a las distintas variantes y subvariantes del coronavirus que surgieron, pusieron a Nsp1 en el centro de los estudios. “Los médicos han intentado usar este medicamento y hay informes que dicen que montelukast redujo la hospitalización en pacientes con COVID-19″, destacó Hussain al hablar sobre el fármaco.
Pero esta droga no fue la única analizada por Hussain y su equipo, ya que buscaron evaluar el comportamiento de más de 1600 medicamentos ya avalados por la FDA. Para alcanzar este objetivo, utilizaron modelos computacionales y dilucidaron cuáles se unían a la Nsp1. Los resultados arrojaron casi una docena de fármacos con esta conducta, entre ellos el montelukast y el saquinavir, utilizado para tratar el VIH.
“Las simulaciones de dinámica molecular generaron una gran cantidad de datos, en el rango de terabytes. Y ayudaron a determinar la estabilidad de la molécula de proteína unida al fármaco”, afirmó el primer autor del estudio, Mohammad Afsar. “Analizarlos e identificar qué fármacos pueden funcionar dentro de la célula fue un desafío”, agregó el además excientífico del proyecto y actual postdoctorando en la Universidad de Texas, en Austin (Estados Unidos).
Para corroborar sus estimaciones, el equipo de Hussain trabajó junto al grupo liderado por Sandeep Eswarappa, Profesor en el Departamento de Bioquímica. El objetivo de la unión fue cultivar células humanas en el laboratorio que generaban la proteína Nsp1, para luego evaluar tanto al montelukast, como al saquinavir. Los estudios se realizaron con cada droga por separado, por lo cual pudieron detectar que solo el destinado al tratamiento del asma bloqueaba la síntesis de estas proteínas.
“Hay dos aspectos (a analizar): uno es la afinidad y el otro es la estabilidad”, señaló Afsar. En palabras del experto, las droga con esta finalidad “no solo debe unirse fuertemente a la proteína viral, sino también permanecer unida durante un tiempo suficientemente largo para evitar que afecte a la célula huésped”. Es por eso que explicó que “el fármaco anti-VIH (saquinavir) mostró buena afinidad, pero no buena estabilidad”.
El laboratorio de Hussain probó, posteriormente, el efecto del fármaco en virus vivos, en las instalaciones de Bio-Seguridad Nivel 3 (BSL-3) del Centro para la Investigación de Enfermedades Infecciosas (CIDR). Para esta prueba, contó con la colaboración con Shashank Tripathi, Profesor Asistente en CIDR, y su equipo. El estudio arrojó que el “montelukast” era capaz de podía reducir la cantidad de virus en las células infectadas en el cultivo.
“Los médicos han intentado usar el medicamento y hay informes que dicen que el montelukast redujo la hospitalización en pacientes con COVID-19″, aseguró Hussain. Al tiempo que admitió que “los mecanismos exactos por los que funciona aún deben comprenderse por completo”. Es por este motivo que adelantó que, junto a su equipo, buscarán potenciar la estructura del fármaco con el objetivo de hacerle frente al SARS-CoV-2 de forma más efectiva.
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