El Ministerio de Educación de la Argentina anunció que en los colegios la jornada se extenderán una hora. Es decir que aquellos que van en el turno mañana ingresarían una hora antes, entre las 7 y las 7,30, mientras que los que asisten durante la tarde se retirarán a las 18. Las definiciones recién llegarán este viernes, cuando se reúna el Consejo Federal de Educación. Más allá de las argumentaciones educativas, la ciencia también advierte sobre algunos inconvenientes. ¿Estas modificaciones en sus jornadas pueden afectar su aprendizaje y momentos de atención?
“Debería ser un cambio integral en las costumbres. Si bien sabemos que el reloj biológico de los adolescentes está ‘retrasado’ y un comienzo demasiado temprano los perjudica, también sabemos que tanto adolescentes como niños y niñas requieren un mínimo de horas nocturnas de sueño para rendir adecuadamente y tener buena salud”, señaló Diego Golombek, doctor en Biología de la Universidad de Buenos Aires, docente e investigador superior del Conicet, en diálogo con Infobae.
En ese sentido, doctor Fernando Burgos (MN 81.759), médico pediatra e integrante de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), aseguró: “Si los niños tienen una rutina de dormir de 8 a 10 horas, con una cena adecuada el día anterior y un horario nocturno que no sobrepase las 21 horas para irse a dormir, aunque entren en un horario más temprano o salgan más tarde va a estar compensado y puede prestar atención. Deberíamos corregir todos los rituales o rutinas antes de comenzar con este horario”.
Por su parte, Omar Tabacco (MP 8942), expresidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), señaló: “Creo que todos los esfuerzos que hagamos en función de mejorar la oferta educativa será siempre bien valorado e importante. Creo que una hora más puede ser importante, más allá de cuáles son los horarios de concentración, de la capacidad del docente por generar y mantener la atención y la concentración. Me parece una buena medida y creo que lo tenemos que analizar como un factor positivo, aunque es probablemente que haya que adaptar algunas cosas”.
Reloj biológico y escuela
Este viernes 8 de abril, el Consejo Federal de Educación analizará cómo implementar una hora más de clase, por día, desde este año. La propuesta fue elaborada por el Ministerio de Educación de la Nación y, de aprobarse, entraría en vigencia en las provincias en mayo. Según pudo conocer Infobae, existen tres propuestas: que el turno mañana pase de 7:00 a 12:00 o de 7.30 a 12.30 y el turno tarde lo haga de 13:00 a 18:00 o de 13:15 a 18:15; sumar una hora extra por día y retrasar la salida de los chicos, con turnos que podrían superponerse; o mantener las cuatro horas de clase por día en la semana y sumar una jornada los sábados.
Sin embargo, ¿pueden existir problemas biológicos en los chicos al sumar y adelantar (turno mañana) o atrasar (tarde)? Golombek, especialista en cronobiología, es decir que conoce en profundidad los ritmos biológicos para el buen funcionamiento del organismo como son los ciclos circadianos, señaló a Infobae: “El horario escolar es un ancla social, con múltiples actores y niveles de decisión. Todo cambio importante debe ser consensuado y planificado adecuadamente”.
“Debería ser un cambio integral en las costumbres. Si bien sabemos que el reloj biológico de los adolescentes está ‘retrasado’, y un comienzo demasiado temprano los perjudica, también sabemos que tanto adolescentes como niños y niñas requieren un mínimo de horas nocturnas de sueño para rendir adecuadamente y tener buena salud”, aseguró el investigador del CONICET.
En ese tono, el experto afirmó que “el valor recomendado es de un mínimo de 8 horas/noche para adolescentes y de 9 horas/noche para niños. Esto implica, obviamente, acostarse más temprano de lo que solemos hacerlo en Argentina”. Al tiempo que advirtió que “habrá que tener en cuenta la necesaria exposición a la luz solar en horas de la mañana, sobre todo en invierno”.
Educación y salud: puede repercutir en la salud de los chicos el cambio de horario
Además de lo expuesto por el especialista en cronobiología, los pediatras señalan la importancia de tener un buen descanso si se necesita comenzar una hora antes las clases. Al tiempo que advierten sobre la necesidad de una buena alimentación y abrigo, entre otros puntos. De todos modos, recalcan la importancia de mejorar la oferta educativa cuando la pandemia lo permite.
“La presencialidad es fundamental para el aprendizaje, los chicos han perdido muchos contenidos, de acuerdo a lo que he charlado con gente de educación. Hasta puedes llevar un par de años recuperarlos, aún en las mejores condiciones. Por eso, todos los esfuerzos que podamos hacer para recuperar el terreno perdido y mejorar la oferta educativa será siempre bien valorado e importante”, dijo Tabacco. Al tiempo que señaló que “una hora más puede ser importante, más allá de cuáles son los horarios de concentración y de la capacidad del docente por generar y mantener la atención y la concentración”.
Incluso, resaltó que “una hora más es un consejo prudente, si no habría que clase los sábados y se agrega un día más de clase. Creo que lo tenemos que analizar como un factor positivo, aunque es probablemente que haya que adaptar algunas cosas. Una hora más por día, como carga horaria en la escuela, me parece una medida que debemos analizar y apoyar”.
En tanto, Burgos advirtió que “los niños en edad escolar tienen rutinas que deben ser cumplidas en sus casas y que deben tener ciertos componentes saludables. Si los niños tienen una rutina de dormir de 8 a 10 horas, con una cena adecuada el día anterior, en un horario nocturno que no sobrepase las 21 horas y se acuestan a dormir cumpliendo con estas pautas de prevención, aunque entren en un horario más temprano o salgan más tarde va a estar compensado y puede prestar más atención”.
De todos modos, el pediatra resaltó la necesidad de “corregir todos los rituales o las rutinas previas antes de comenzar con este horario”. “Siempre educación y salud tienen que ir de la mano, si no vamos a tener complicaciones sanitarias, médicas, biológicas, físicas y también emocionales. Indudablemente, a los chicos argentinos les viene bien mejorar su aprendizaje, ya que las estadísticas y los exámenes demuestran que tienen un bajo rendimiento, sobre todo en matemática y lenguaje. Pero también sabemos que los niños, para llegar al colegio a las 7 de la mañana o a las 7:30, dependiendo de la distancia, se pueden levantar una o dos horas antes y esto también requiere de una buena alimentación y de las herramientas y la posibilidad de cada familia”, concluyó.
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