Cuál es el impacto del huso horario en el rendimiento académico de niños y jóvenes

El reloj biológico humano se sincroniza por la exposición al sol. Cómo influye en la concentración y el desempeño de los estudiantes

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El reloj biológico de los humanos es el que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo puntual (EFE)
El reloj biológico de los humanos es el que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo puntual (EFE)

La luz solar influye en el desempeño de las personas, esto se debe a que el reloj biológico del organismo están influenciado por los rayos del sol: la exposición solar reduce la secreción de melatonina, lo que hace que el cuerpo se sienta más despierto y en alerta durante el día.

Además, exponerse al sol ayuda a regular el metabolismo, la producción de insulina, la presión arterial y las hormonas, dicen los expertos en cronobiología.

Basado en estos conceptos, el diputado radical Julio Cobos presentó un proyecto de ley para cambiar el horario oficial de la Argentina, modificando el huso horario actual (-3) y llevarlo a (-4), que es el que corresponde según nuestra geografía.

Hoy nuestro país tiene una de las mayores diferencias entre la hora solar y la hora oficial, lo que afecta no solo al consumo de electricidad sino también al desempeño escolar. Necesitamos lograr una mayor coincidencia entre la hora solar y la oficial”, señaló Cobos.

Entre los científicos que promueven que la Argentina retome el huso horario -4 (esto es 4 horas al oeste del meridiano de Greenwich que se toma como referencia en el mundo), se encuentra el especialista en cronobiología, Diego Golombek, biólogo e investigador de CONICET.

El reloj biológico regula las funciones críticas del organismo: los patrones de sueño, del comportamiento, los niveles hormonales, la temperatura corporal y el metabolismo (Getty Images)
El reloj biológico regula las funciones críticas del organismo: los patrones de sueño, del comportamiento, los niveles hormonales, la temperatura corporal y el metabolismo (Getty Images)

Según el biólogo, la elección de los husos horarios es un asunto “político y los países van cambiando las líneas y horarios de acuerdo con consideraciones que cambian con el tiempo. Así, Argentina comenzó en 1930 a alternar horario de verano (zona horaria -3) con horario de invierno (zona horaria -4), aduciendo beneficios energéticos. Hacia 1974 nos quedamos en zona -3 como permanente, e incluso alternando con zona -2 para horario de verano, cada vez más alejados de nuestro horario natural. Habernos quedado en -3 en lugar de -4 es un equívoco que no se logra explicar claramente”.

Reloj biológico

El reloj biológico de los humanos es el que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo puntual, por ejemplo con la coordinación de las órdenes para que durante la noche, se eleven los niveles de melatonina, la hormona que controla el ciclo diurno/nocturno y se produzca el descanso necesario. Los latidos del corazón, la presión arterial, la respiración y la actividad reproductiva entran en esta categoría.

Este cronómetro interno regula las funciones críticas además de los patrones de sueño, como el comportamiento, los niveles hormonales, la temperatura corporal y el metabolismo, por lo que cualquier alteración puede derivar en algún tipo de trastorno, e incluso en contraer ciertas enfermedades. Varios estudios científicos coinciden en que la principal sincronización de nuestro reloj biológico es la luz solar.

Desempeño escolar

Dormir en horarios nocturnos y despertarse con luz de día es fundamental para el buen descanso
Dormir en horarios nocturnos y despertarse con luz de día es fundamental para el buen descanso

Cambiar el huso horario implicaría que los chicos que hoy entran al colegio a las 7.30 de la mañana, ya no iniciarían su día escolar de noche. Golombek señala que para los estudiantes, despertarse con luz solar es fundamental.

El biólogo afirmó a Infobae que “el valor recomendado es de un mínimo de 8 horas/noche para adolescentes y de 9 horas/noche para niños. Esto implica, obviamente, acostarse más temprano de lo que solemos hacerlo en Argentina”. Al tiempo que advirtió que “habrá que tener en cuenta la necesaria exposición a la luz solar en horas de la mañana, sobre todo en invierno”.

Dormir en horarios nocturnos y despertarse con luz de día es fundamental para el buen descanso. Un hábito que niños y jóvenes vieron perturbado durante la el tiempo que no tuvieron clases presenciales en pandemia. El doctor Alejandro Guillermo Andersson, médico neurólogo y director del INBA (Instituto de Neurología Buenos Aires) destacó la importancia de despertarse siempre a la misma hora y dormir unas 7 horas.

Ver la luz del día, exponerse a la luz del sol de la mañana, “setea” el reloj biológico que se encuentra en la glándula pineal, esto produce la melatonina para descansar bien por las noches.”, subrayó Andersson

Según Golombek, “estar en el huso horario adecuado a nuestro lugar en el mundo hace que nos expongamos a la luz adecuada para la salud, el sueño y el alerta” (foto: @diegogolombek)
Según Golombek, “estar en el huso horario adecuado a nuestro lugar en el mundo hace que nos expongamos a la luz adecuada para la salud, el sueño y el alerta” (foto: @diegogolombek)

Si bien sabemos que el reloj biológico de los adolescentes está ‘retrasado’ y un comienzo demasiado temprano los perjudica, también sabemos que tanto adolescentes como niños y niñas requieren un mínimo de horas nocturnas de sueño para rendir adecuadamente y tener buena salud”, señaló Golombek a Infobae.

¿Y por qué la importancia de esta discusión? Según Golombek, “estar en el huso horario adecuado a nuestro lugar en el mundo hace que nos expongamos a la luz adecuada para la salud, el sueño y el alerta”.

Hace pocas horas, además, el Gobierno Nacional propuso extender una hora la jornada escolar de primaria, consultado sobre el tema por Infobae, Fernando Burgos (MN 81.759), médico pediatra e integrante de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), explicó la importancia de un buen descanso: “Si los niños tienen una rutina de dormir de 8 a 10 horas, con una cena adecuada el día anterior y un horario nocturno que no sobrepase las 21 horas para irse a dormir, aunque entren en un horario más temprano o salgan más tarde va a estar compensado y puede prestar atención. Deberíamos corregir todos los rituales o rutinas antes de comenzar con este horario”.

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